El buen Camus logra nuevamente acertar un amargo y duro golpe filosófico directo al paladar lector, en esta su tercera y última novela, nos narra la historia del abogado Jean Baptiste Clemence, (clara referencia a Sartre) en la cual se aborda muy directamente,
el yo,
el ego,
la conciencia,
la culpa, que no sólo vive nuestro amigo Clemence (también, todo ser humano, aunque se niega a aceptarlo), mismo que de ser un exitoso abogado le sucede “La Caída” hasta el punto de convertirse en un ser abominable, derrumbándose profesional y personalmente y por lo mismo, se refiere a sí mismo como un “Juez Penitente”. Durante toda esta corta pero magnífica novela, Camus nos hace reflexionar sobre la moralidad y las contradicciones de todo ser humano, además del suicidio, pues esta novela deja un final muy crudo gracias al cual, “nunca tendrás que poner en riesgo tu vida”.
Hay que recordar que “la filosofía del absurdo” es lo que Camus siempre manifestó y esta vez, no logra decepcionar en cuanto al tema, pues en toda la novela, esta filosofía no deja de ser amarga y contusa y por lo mismo, es muy recomendable ¡que sea releída cuantas veces se necesiten!
Indiscutiblemente, se recomienda para TODO LECTOR, aunque claro, darse una vuelta por otras lecturas existencialistas sería la cereza de este exquisito pastel literario.
¡Saludos!