La noche en que Frankenstein leyó el Quijote – Santiago Posteguillo
¿Cuántas veces nos cuestionamos el origen de lo que leemos? ¿Realmente existió William Shakespeare? ¿Cuáles fueron las obras que perseguían la KGB y la Gestapo? ¿De dónde surge el orden alfabético para organizar los libros? ¿Cuál es la capital semillera de talentos que ya son clásicos inmortalizados? ¿Qué relación tiene Frankenstein con El Quijote?
Estas, entre otras gratas curiosidades, son develadas por Posteguillo de una forma totalmente accesible para todo tipo de lector, especialmente para aquellos con mentes inquietas. Viajaremos desde Rusia hasta Praga, pasando por Dublín y España, donde visitaremos premios nobel, poesía, hasta la novela policiaca.
Posteguillo concluye esta fructífera antología con una interesante reflexión sobre los libros digitales, que nos invita a pensar y valorar lo que tenemos entre las manos, aquel papel que en unas cuantas páginas, nos puede llevar a cualquier parte del mundo, incluso fuera de él, o hasta conocer lo más profundo del alma humana. Con el paso del tiempo me doy cuenta de las joyas que tenemos al alcance de las manos y, recientemente, al regalar un libro, pienso que debe llevar una dedicatoria (no todos), cosa que jamás podrá igualar un libro
electrónico. Por ejemplo, cuando encontramos libros de viejo con recuerdos a mano del pasado al que pertenece. Un buen libro en papel, sea pasta dura o blanda, leerlo, contemplarlo, olerlo, palparlo, es algo que (espero no equivocarme) nunca podrá ser reemplazado por los inquietantes avances tecnológicos.
Irving Romero