Este libro data del siglo XVII (pues fue publicado en 1651) y es de la autoría del filósofo y político inglés Thomas Hobbes; cuyo título alude al monstruo bíblico Leviatán, como sinónimo de poder excesivo o gigantesco [pues, en el Antiguo Testamento, se hace mención de ese ser proveniente del océano y con aspecto parecido al de un dragón].
Se compone de cuatro partes: la primera habla “del hombre”; la segunda “del Estado”; la tercera “del Estado cristiano” y la cuarta del “reino de la oscuridad”.
1. En la primera parte del libro, Hobbes alude al estudio del hombre para posteriormente analizarlo en sociedad; estudia el conocimiento humano cuyo génesis fundamenta en la experiencia. También analiza la voluntad y la conducta humanas; refiriendo que adquirir poder se convierte en una búsqueda permanente para el ser humano. Señala igualmente que el hombre actúa de acuerdo a sus impulsos recibidos del exterior y que ello produce que intente evitar los impulsos desagradables y conseguir todos los agradables posibles; puntualizando que el conflicto surge cuando esas fuentes de placer hay que compartirlas con otras personas o interfieren con sus deseos; lo cual, a su decir, provoca que cada ser humano esté en continua guerra con los demás; situación esta última que encontró su mejor definición en dos de sus sentencias mundialmente conocidas: la “guerra de todos contra todos” y “el hombre es un lobo para el hombre”.
2. En la segunda parte, el autor desarrolla su idea del contrato social, desarrollado por las personas como garantía de la seguridad personal y como una manera de frenar los conflictos generados por los intereses individuales, señalando que a las pasiones naturales se oponen las leyes morales. Indica que la libertad de la persona se reduce a los espacios en que la ley no se pronuncia. Podría resumirse esta segunda parte en la intención de Hobbes describir el deseo de los hombres en la imposición de los límites en los que vive socialmente y que constituyen un instrumento para su propia preservación.
3. En la tercera parte, argumenta sobre las relaciones entre el poder espiritual y el poder temporal, abobando por la sumisión de la iglesia al soberano. En esta parte, el auto estudia varios textos que son aceptados por distintas religiones y está llena de enseñanzas bíblicas.
4. En su última parte, Hobbes realiza una severa crítica a la iglesia, aunque en el apéndice con el cual concluye el libro, intenta “dulcificar” sus posturas [se asumiría que lo hizo con la intención de evitar represalias y censuras de la época en la cual fue escrito].
Es un texto que se torna un tanto barroco, tomando en cuenta que fue escrito hace más de tres siglos, sin embargo, su lectura es imprescindible por constituir una joya de la literatura universal y que se recomienda, principalmente, para quienes incursionan en el estudio de las ciencias políticas.
Ángel Rosas Solano.
Agosto de 2024.