Haruki Murakami, es un escritor japonés, calificado como una de las figuras más importantes de la denominada literatura posmoderna y ubicado por muchos entre los mejores novelistas de la actualidad; ha sido considerado varias veces como candidato al Premio Nobel de Literatura, pero hasta ahora no ha obtenido el galardón. Entre los premios que sí ha alcanzado se encuentran el Franz Kafka (otorgado precisamente por la Sociedad Franz Kafka en la ciudad de Praga) y el Jerusalén (otorgado con periodicidad bienal a escritores cuyo trabajo haya destacado por la lucha por la libertad en el contexto de la sociedad actual).
En este libro ameno, Murakami narra la historia de Hajime y su mejor amiga de infancia Shimamoto. Siendo ellos pequeños, estrecharon sus lazos de amistad porque ambos tenían en común ser hijos únicos (gustaban de pasar mucho tiempo juntos estudiando, haciendo tareas y escuchando música); pero, como sucede muchas veces en la vida real, al crecer tomaron caminos distintos y no volvieron a verse.
Pasados los años, cuando Hajime era ya esposo, padre de dos hijas y dueño de un club de jazz, reaparece en su pacífica vida la compañera de adolescencia (quien le confiesa que pudo reencontrarlo porque supo de él gracias a una portada de revista en la cual apareció él como empresario exitoso), perturbando su existencia y provocando la idea de dejarlo todo para concluir una historia que sintió dejar inconclusa años atrás.
Hajime mezcla los remordimientos que le engendra la probabilidad de abandonar a su esposa e hijas (y “traicionar” a su suegro quien ha financiado sus exitosos clubes) con la alegría que le infunde la inquietante presencia de su amor de la infancia (de quien por cierto, salvo su nombre y una pequeña parte de su lejano pasado no conoce nada más; al grado de no saber cómo se gana la vida ni que padece una grave enfermedad).
El libro es una lectura ligera y grata, recomendable para el ya cercano verano.
Ángel Rosas Solano.