Ambientada en la Sudáfrica post “apartheid” seguiremos la peculiar vida del profesor David Lurie, quien tras ser acusado de un escándalo sexual, se verá obligado a buscar una nueva vida fuera de Ciudad del Cabo, directo a la granja donde vive su hija Lucy, sin embargo, la desgracia lo persigue, pues los desgarradores acontecimientos que vivirá, marcarán un antes y un después el resto de su vida.
Incluso los contemporáneos tienen mucho que decir. Una durísima y cruel novela sobre la deshumanización de la sociedad sudafricana. El contexto histórico es importante para entender la novela, es cierto, sin embargo, siempre debemos recordar que, independiente a nuestro origen, raza o etnia, en esencia, todos somos iguales. Temas como la sexualidad, la discriminación, la soledad, la hipocresía, el deseo, la moral y lo que a mi parecer es el tema central: la crueldad animal, son bien manejados por Coetzee gracias a una prosa directa y sin tapujos que logra enganchar de principio a fin; lo que permite que se lea de una sentada.
También encontramos agradables referencias literarias y filosóficas que le dan un toque más profundo y apacible a esta desgarradora historia. Si eres un poco sensible, recomiendo leerla con mucho criterio, pues en
realidad es una absoluta obra maestra. Por último, el final será un duro golpe de realidad para quien se atreva a vivir la desgracia.
Concluyo con su siguiente aforismo: “Tal vez nos haga mucho bien sufrir una caída de vez en cuando. Al menos mientras no nos hagamos pedazos”
Irving Romero