En vísperas de año nuevo, Trotty, un viejo mensajero quien manifiesta que habla con las campanas de una vieja iglesia, se verá envuelto en un tormento, pues los duendes que vigilan dichas campanas le harán cuestionar su fe en la humanidad.
Tras el éxito que tuviera “Canción de Navidad”, sus seguidores esperaban leer un nuevo cuento navideño cada diciembre y así, nos lanzamos a su segundo cuento largo o novela corta incluida en “Cuentos de Navidad” (Alianza Editorial). Como era de esperarse, otra jugosa historia en la cual el aspecto Dickensiano no se hace esperar (fantasmas, duendes, miseria, pobreza y el reflector moral). El relato en cuestión no es la excepción. Dickens refleja las condiciones de los menos privilegiados y nos cuestiona que nunca debemos perder el espíritu navideño y por ende, el de año nuevo, tal como sucede a nuestro protagonista Trotty, quien, pese a sus condiciones económicas y gracias a los duendes, recuerda que tiene motivos para vivir plenamente feliz y esperar un mejor año nuevo.
Cierro con su siguiente aforismo: “La voz del tiempo le pide al hombre que avance. Si existe el tiempo, es precisamente para procurar su mejora, su mayor valía y su felicidad”
¡Feliz Año Nuevo!
Irving Romero