Autores de la talla de Gorki, con su increíble cuento “Chelkash” sobre la dura vida de los vagabundos, donde la avaricia puede llevar al hombre a sacar su verdadero yo. Pasando con el maestro Korolenko, en este caso, con un sorpresivo cuento llamado “La necesidad”, con esa prosa de una sensibilidad admirable, que en unas cuantas páginas hace una profunda reflexión espiritual.
No queda fuera una autentica historia de Odessa, de la mano de Bábel con “El despertar” de autentico sabor Ucraniano que nos deleita llevándonos hasta las profundidades del mar y del alma humana. La joya de la corona, sin duda, se la lleva “La víbora” de Alexéi Tolstoi. Ambientado en la revolución, sobre el amor, la vida, la muerte y las duras condiciones a las que se debieron someter los ciudadanos tras detonar el gran movimiento comunista.
Alexei demuestra una prosa de un gran nivel estético, que hace recordar algunos fragmentos de otra magna obra: Guerra y paz (Tolsoti, Lev), de hecho, la referencia a un fragmento de la misma se ajusta al cuento en cuestión.
Es importante saber que tras la caída del régimen zarista, la literatura rusa que originalmente era de carácter religioso, detona como un fuerte grito de libertad ante la caída del zarismo y ello se refleja en obras como las de Bábel, Korolenko (quien sufrió largos destierros en Siberia derivado a su incansable lucha por los derechos oprimidos por los Zares) o incluso Gorki.
Para los clásicos rusos, escribir no solo implicaba un grito de libertad, también una forma artística de decir mucho en unas cuantas líneas y cada uno de los 8 cuentos aquí reunidos, lo demuestra. Imprescindibles para quien guste literatura de calidad en unas cuantas líneas.
Irving Romero.