19 de septiembre de 2024
alcalorpolitico.com
Cualquiera pensaría que hay dos Méxicos. Un México que se desangra por la violencia lo mismo en Sinaloa que en Chiapas, en Michoacán, en Chihuahua o en Guerrero, y otro México en el que no pasa nada o casi nada. El primero es el México que muchos mexicanos ven y viven y sufren. El segundo es el que aparece con frecuencia en el discurso de quienes no viven ni sufren lo que sufren y viven todos porque no son como todos, aunque digan que son.
En Sinaloa, por ejemplo, en los últimos días han muerto más de treinta personas y han desaparecido treinta y siete, de acuerdo con los reportes de la Fiscalía General del estado. En Chiapas y en Chihuahua se han producido desplazamientos de familias que huyen de la violencia. En Michoacán, en Guerrero, hay miedo y sangre, como en otras partes del país.
Y la respuesta de quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad nacional y la seguridad pública de la nación daría risa si no provocara tristeza y enojo. El comandante de la Tercera Región Militar, que incluye a Sinaloa y Durango, declaró que la seguridad en el estado y el cese de la violencia no depende de las fuerzas a su mando sino de los grupos criminales que se están enfrentando en la zona. De ese tamaño.
"No depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz", afirmó el general de División Francisco Jesús Leana Ojeda en una conferencia de prensa. La tarea del ejército es evitar que haya enfrentamientos (que los hay) y pérdida de vidas (que la hay).
Pero además de los enfrentamientos que no han podido evitar las fuerzas al mando del general Leana Ojeda, ha habido homicidios, bloqueos carreteros, robos de vehículos y secuestros que se han traducido en suspensiones de clases y paros de transporte público, y hasta cancelaciones de los festejos de la Independencia. Y eso es solamente en Sinaloa...
No hay una solución al problema de la violencia. La presidenta electa Claudia Sheinbaum aseguró que intervenir en los enfrentamientos de Los Chapitos y Los Mayos en Sinaloa generaría una guerra en el estado. Según Sheinbaum, la tarea primordial del Estado mexicano es garantizar la paz y la tranquilidad de los ciudadanos, y por eso – y para eso – las instituciones están actuando para recuperar la seguridad al menos en ese estado.
"Pero en el momento de la confrontación, entrar con poder de fuego, pues generaría una guerra, que fue lo que pasó en el pasado, que no nos llevó a nada", dijo la presidenta electa. "Por eso es delicado cómo se actúa y siempre pues defendiendo a las y los sinaloenses, la vida (sic)".
A fin de cuentas, estamos como antes. Se sabe lo que no hay que hacer, pero no se sabe qué hay que hacer. Lo que sí es cierto es que en varios puntos de la república hay una guerra, y que hasta ahora sólo se han ofrecido palabras para esta vaina que se está saliendo de control. Los mexicanos – y las mexicanas – ya no tienen fuerzas para dar abrazos y tienen cada vez más miedo de recibir balazos. Quién podrá salvarnos.
Desde el balcón
Hace frío. Uno sale a ver qué pasa con la copa de malta sin hielo en la mano, y siente el aire que viene de las montañas. Oye al vecino que ataca con insistencia las notas de algo que podría ser de Chopin, y busca el sol desganado que alumbra pero no calienta. Es un buen momento para hacer cuentas y recordar el cuento de los trescientos millones de pesos que descubrió el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en una oficina de la Fiscalía – autónoma – de Veracruz.
Habría que preguntarle al ingeniero García Jiménez dónde quedó lo hallado, antes de que le ofrezcan una embajada y desaparezcan para siempre él y esos millones que nadie ha visto y que nadie verá, porque así es esto de la política en nuestro tiempo.
En Sinaloa, por ejemplo, en los últimos días han muerto más de treinta personas y han desaparecido treinta y siete, de acuerdo con los reportes de la Fiscalía General del estado. En Chiapas y en Chihuahua se han producido desplazamientos de familias que huyen de la violencia. En Michoacán, en Guerrero, hay miedo y sangre, como en otras partes del país.
Y la respuesta de quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad nacional y la seguridad pública de la nación daría risa si no provocara tristeza y enojo. El comandante de la Tercera Región Militar, que incluye a Sinaloa y Durango, declaró que la seguridad en el estado y el cese de la violencia no depende de las fuerzas a su mando sino de los grupos criminales que se están enfrentando en la zona. De ese tamaño.
"No depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz", afirmó el general de División Francisco Jesús Leana Ojeda en una conferencia de prensa. La tarea del ejército es evitar que haya enfrentamientos (que los hay) y pérdida de vidas (que la hay).
Pero además de los enfrentamientos que no han podido evitar las fuerzas al mando del general Leana Ojeda, ha habido homicidios, bloqueos carreteros, robos de vehículos y secuestros que se han traducido en suspensiones de clases y paros de transporte público, y hasta cancelaciones de los festejos de la Independencia. Y eso es solamente en Sinaloa...
No hay una solución al problema de la violencia. La presidenta electa Claudia Sheinbaum aseguró que intervenir en los enfrentamientos de Los Chapitos y Los Mayos en Sinaloa generaría una guerra en el estado. Según Sheinbaum, la tarea primordial del Estado mexicano es garantizar la paz y la tranquilidad de los ciudadanos, y por eso – y para eso – las instituciones están actuando para recuperar la seguridad al menos en ese estado.
"Pero en el momento de la confrontación, entrar con poder de fuego, pues generaría una guerra, que fue lo que pasó en el pasado, que no nos llevó a nada", dijo la presidenta electa. "Por eso es delicado cómo se actúa y siempre pues defendiendo a las y los sinaloenses, la vida (sic)".
A fin de cuentas, estamos como antes. Se sabe lo que no hay que hacer, pero no se sabe qué hay que hacer. Lo que sí es cierto es que en varios puntos de la república hay una guerra, y que hasta ahora sólo se han ofrecido palabras para esta vaina que se está saliendo de control. Los mexicanos – y las mexicanas – ya no tienen fuerzas para dar abrazos y tienen cada vez más miedo de recibir balazos. Quién podrá salvarnos.
Desde el balcón
Hace frío. Uno sale a ver qué pasa con la copa de malta sin hielo en la mano, y siente el aire que viene de las montañas. Oye al vecino que ataca con insistencia las notas de algo que podría ser de Chopin, y busca el sol desganado que alumbra pero no calienta. Es un buen momento para hacer cuentas y recordar el cuento de los trescientos millones de pesos que descubrió el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en una oficina de la Fiscalía – autónoma – de Veracruz.
Habría que preguntarle al ingeniero García Jiménez dónde quedó lo hallado, antes de que le ofrezcan una embajada y desaparezcan para siempre él y esos millones que nadie ha visto y que nadie verá, porque así es esto de la política en nuestro tiempo.