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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Una sociedad de nuestro siglo
Miguel Molina
13 de junio de 2024
alcalorpolitico.com
Desde antes de que Claudia Sheinbaum ganara las elecciones, la adivinación política veía portentos en los actos de la candidata de Morena a la Presidencia. Quién se había sentado dónde, cómo se saludaron, dónde fue y dónde dejó de ir, qué pensaba, qué decía que pensaba, y cuando lo decía, cosas así. Todo era un símbolo.

Un parpadeo – en público o en privado –, igual que un saludo o un abrazo, puede significar una bendición o una maldición, según a quién y cómo y cuándo, y eso no es de ahora. Lo que ayer era común seguirá siendo común hasta que haya cambios, si es que hay cambios. Así ha sido durante un siglo, minutos más o menos, y no tiene por qué cambiar ni puede hacerlo, al menos en este momento de la política mexicana, que durante los próximos dos meses seguirá siendo un asunto de los signos.

Poco se sabe del proyecto de Nación que quiere Claudia Sheinbaum, salvo las generalidades que iban apareciendo en los discursos de campaña. Pronto vendrán los anuncios de su gobierno, la voz de su gobierno, al principio en la línea de la cuarta transformación, y gradualmente en la línea que la presidenta decida. Pero habrá un momento en que Morena se defina: o es un partido de militantes en torno a una idea común, o sigue siendo un movimiento en torno a la figura de su líder.


Tal vez se deba a que los políticos mexicanos – me dijo Carlos Castillo Peraza una tarde – llevan un pequeño priista dentro. Tenía razón, como hemos visto y como ojalá no veamos. Pero en el último cuarto de siglo, que no es nada en la vida de una Nación, ha habido gobiernos de tres partidos, y ha habido una colección de alianzas, pactos, acuerdos con los partidos menores. Es hora de que la nueva generación de políticos salga a la luz pública y diga lo que tiene que decir y ofrezca lo que tiene que ofrecer, para que haga lo que tiene que hacer. Antes, como ahora, como siempre, los conoceremos por sus obras.

La cuarta transformación tiene que transformarse

Y antes, o después, o durante el renacimiento de una oposición digna, lo que queda de la cuarta – o el principio de la quinta – transformación tendrá que producirse en el seno del movimiento, porque el partido del César no sólo debe ser lo que dice el César, sino además parecerlo.


Tener la mayoría no significa hacer lo que a uno le plazca, sino tener la dignidad de hacer posible lo que sea necesario para bien de los más. La justicia social no consiste en que uno pueda insultar a los demás y burlarse de ellos, sino en que nadie tenga que insultar a nadie ni burlarse de las ideas de nadie, como en una sociedad de nuestro siglo.

Lo que tenemos que superar es la imagen del gobierno como dador, y descubrir si puede o quiere ser organizador de una sociedad civil desamparada – porque no es cierto que México va muy bien – que ya no tiene fuerzas para dar abrazos y todavía tiene miedo de recibir balazos. Lo que también tenemos que superar es la idea de que el gobierno es infalible, y que cualquier cosa que proponga será para mejor servicio de la República, por la sencilla razón de que no siempre es así, y de que los gobiernos, como los pueblos, se equivocan. El que viene va a ser un sexenio complicado, sobre todo al principio. Después veremos.

Desde el balcón


Uno ya no sabe qué pensar. Un día hace sol y al rato llueve, y otro día amanece lloviendo y al rato hace sol pero hace frío. Quién sabe cómo serán los días que vienen, pero la malta ayuda a alejar los demonios del clima, al menos hasta que aparezcan nuevas bolsas con boletas de votos en la basura, o los trescientos millones de pesos que encontró el gobernador Cuitláhuac García Jiménez (para luego perderlos quién sabe cómo, quién sabe dónde). O hasta que aparezcan nuevas bolsas con boletas de votos en la basura de algún lado.

Poco le queda a esta primavera. Poca malta le queda al vasito que uno levanta a la salud de algo en el atardecer donde vaga una música que podría ser de Strauss. Dentro de no mucho, los veracruzanos comenzarán a ver qué gobierno eligieron. Y para entonces será verano.