21 de septiembre de 2016
alcalorpolitico.com
Así reza el grafiti escrito en la parte trasera de un camión materialista. La pícara frase parece hacer referencia, por supuesto, a la cancelación de una relación amorosa del propietario del camión con una mujer, la cual pasó a un segundo plano en la vida del dueño del flamante transporte de materiales. Preferir su presente, es decir, un camión nuevo, a cambio del futuro de la posible esposa se sustenta, desde luego, en la racionalidad individual del sujeto que tomó esa decisión y la luce con satisfacción.
Esta racionalidad individual resulta nefasta si quien toma la decisión de manera egoísta es un alto funcionario público y la sustenta con el uso de los recursos públicos. No sólo por tratarse de un acto ilegal. También y tal vez más importante, porque el afectado no es una persona exclusivamente, sino un grupo social e inclusive toda una sociedad. Esta es la lógica de la corrupción: mejorar el presente de quien comete el acto ilícito a cambio de las pérdidas de los muchos a quienes perjudica su decisión.
Esta “lógica” convertida en actuación gubernamental ha dominado el quehacer público en Veracruz durante casi 18 años, es decir, toda una generación. De ese nivel es la afectación de la corrupción gubernamental en Veracruz. Una generación completa de seres humanos que ha visto deteriorada, cuando no cancelada, su legítima aspiración a una mejor calidad de vida. Muchos altos funcionarios aseguraron su presente e inclusive el futuro familiar de sus dos generaciones subsiguientes, cuando menos, a cambio de cancelar el futuro de millones de veracruzanos. Una fatalidad.
La investigación por posible defraudación fiscal, por 30 mil millones de pesos, que realizan autoridades de la procuraduría federal y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en contra de un grupo de altos funcionarios del gobierno de Veracruz, y amigos suyos, es un signo del nivel millonario que alcanzaron sus negocios, sustentados con dineros públicos. Es una desmesura. Tal vez es la estrategia para proteger a los inculpados. Lo más grave es que no fueron los únicos funcionarios que hicieron estos posibles fraudes. Aunque sean de una escala menor.
Esta manera de gobernar explica en gran parte el malestar ciudadano que deriva de un hecho real: el deteriorado bienestar social y el alto nivel de exclusión, pobreza, marginación que viven millones de seres humanos en el estado. Es notable la ausencia de obras públicas. También las carencias de equipamientos, de recursos materiales, técnicos, financieros y humanos que se aprecian a simple vista en todo el territorio veracruzano. Todo esto causa desazón y molestia en quien los constata. Impotencia, rabia, frustración en quien sufre los efectos de las malas decisiones gubernamentales. Realidades que contrastan con las situaciones que viven los ciudadanos de los estados del centro y norte de la república.
Fue enviada, a los bolsillos de unos pocos, la riqueza generada por el auge petrolero. Época de bonanza presupuestal y financiera que fue desperdiciada por quienes juraron, sobre la Constitución, alentar el progreso de los veracruzanos, cuidar por su bienestar y aumentarlo. Perdimos colectivamente una exuberante riqueza petrolera, cargamos con las frustraciones de toda una generación y ahora carecemos también de los mecanismos para hacer justicia franca, justicia a secas: no será recuperada, para generar bienestar colectivo, la riqueza desperdiciada. Tal vez ni siquiera castiguen a quienes cometieron delitos.
El verdadero desarrollo no es alentado por la mentalidad de suma cero: quien gana, gana todo; y quien pierde, pierde todo, como fustigan los promotores de un gobierno interventor en la economía y encargado de proporcionar todo el bienestar económico y social. Por esta razón, lo más grave de los últimos 18 años es que no fue formada, educativa y culturalmente, una nueva generación de veracruzanos independientes de las canonjías del gobierno. Los impulsos ciudadanos del desarrollo fueron paralizados política y culturalmente. Acostumbrados a vivir principalmente de los privilegios gubernamentales, sea mediante rentas (sueldos, salarios, becas, plazas, placas de taxi, etcétera) o a través de negocios (contratos amarrados, sin licitaciones, con sobrepagos, etcétera) la masa crítica de Veracruz vive sin los reflejos que exige el modo de producción digital que empieza a dominar el mundo, las sociedades interconectadas en la sociedad global.
En los foros de consulta para construir desde sus bases ciudadanas el Plan Veracruzano de Desarrollo fue posible apreciar que los ciudadanos modernos y democráticos han vivido sometidos bajo el peso de una burocracia corporativa gubernamental y que sus proyectos independientes y libres deben enfrentar más obstáculos que el trillado camino de ser favorecidos por alguna dependencia pública. La construcción ciudadana del Plan Veracruzano de Desarrollo conoció momentos estelares gracias a decenas de ciudadanos que, decididos, ejercieron su libertad de criticar, de definir problemas y de proponer soluciones.
Todos los foros fueron alimentados por esa veta, mientras se trató de foros ciudadanos en su médula. El último, realizado en Pánuco, fue una realidad de realidades, escenificada por mundos contradictorios. <<Escenas de pudor y liviandad>>, según la obra del desaparecido Carlos Monsiváis, se vivieron y puede ser el título de lo vivido en el norte del estado. Actitudes del Veracruz profundo y del Veracruz moderno. Una región abandonada históricamente no obstante la riqueza de sus recursos naturales. Las consignas y las porras. Los cohetones al llegar y al despedir al Gobernador Electo. Por primera vez se mezcló el ambiente netamente político con el ambiente netamente ciudadano. La autoridad política en funciones hizo su aparición y oficializó la reunión con un discurso. Un locutor oficial animaba la concurrencia con referencias lo mismo al gobernador que del presidente municipal. Y dijo en voz alta: ¡terminó la elección, ya no hay adversarios! ¡Todos juntos debemos apoyar a nuestro gobernador! ¡Viva…! ¡Viva…! ¡Viva…! La alegría de los veracruzanos del norte. Floreció el jolgorio súbito que demuestra la existencia política del Antiguo Régimen.
En resumen: el Veracruz “de las fuerzas vivas” apareció junto a las fuerzas que buscan formar otro tipo de sociedad. Está presente por todas partes el Veracruz que sufrió también el desastre del proyecto de desarrollo del país durante el siglo XX, el del nacionalismo revolucionario. El norte de Veracruz, todavía más abandonado a su suerte que el resto del estado, está desatendido por las autoridades estatales. Por eso ha sido presa más fácil de las actividades delincuenciales: las instituciones son más débiles y requieren atención extrema y de urgencia.
La cuestión política es de otro nivel. La relación institucional entre los equipos gobernantes, el entrante y el saliente, no tiene por qué ser, obligadamente, de ruptura, de pleitos y maldades. El oficio político de quién logró que las cosas sucedieran, para mostrar civilidad entre grupos diferentes, saltó a la vista en Pánuco. No hubo espontaneidad, sino un trabajo político fino, exigente, inteligente. El nivel de entendimiento y dominio del gobernador electo, sobre el accionar de la Realpolitik, con una visión moderna, encontró interlocutor directo y sensible en Ricardo García Guzmán. Si ayuda al estado de Veracruz, su reencuentro debe ser visto con la cautela propia de los actos políticos. El problema de fondo es otro: ¿cómo vincular las regiones más modernas con las más atrasadas? Ese es el verdadero dilema del desarrollo que debe enfrentar un estado resquebrajado regionalmente. ¿Cómo superar estas barreras? Este es el gran desafío a la inteligencia y sensibilidad de los jóvenes y de todos aquellos que quieren un estado más homogéneo, moderno, democrático y solidario. Superar las visiones egoístas y corporativas es una condición indispensable para iniciar una etapa de verdadero desarrollo colectivo, de protección de los intereses generales por encima de los intereses particulares de los individuos y grupos que han dominado una parte del PRI, del gobierno, de algunos hombres de negocios, de los sindicatos y sí, en muchas mentes que buscan alentar la división y no la cooperación institucional.
Esta racionalidad individual resulta nefasta si quien toma la decisión de manera egoísta es un alto funcionario público y la sustenta con el uso de los recursos públicos. No sólo por tratarse de un acto ilegal. También y tal vez más importante, porque el afectado no es una persona exclusivamente, sino un grupo social e inclusive toda una sociedad. Esta es la lógica de la corrupción: mejorar el presente de quien comete el acto ilícito a cambio de las pérdidas de los muchos a quienes perjudica su decisión.
Esta “lógica” convertida en actuación gubernamental ha dominado el quehacer público en Veracruz durante casi 18 años, es decir, toda una generación. De ese nivel es la afectación de la corrupción gubernamental en Veracruz. Una generación completa de seres humanos que ha visto deteriorada, cuando no cancelada, su legítima aspiración a una mejor calidad de vida. Muchos altos funcionarios aseguraron su presente e inclusive el futuro familiar de sus dos generaciones subsiguientes, cuando menos, a cambio de cancelar el futuro de millones de veracruzanos. Una fatalidad.
La investigación por posible defraudación fiscal, por 30 mil millones de pesos, que realizan autoridades de la procuraduría federal y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en contra de un grupo de altos funcionarios del gobierno de Veracruz, y amigos suyos, es un signo del nivel millonario que alcanzaron sus negocios, sustentados con dineros públicos. Es una desmesura. Tal vez es la estrategia para proteger a los inculpados. Lo más grave es que no fueron los únicos funcionarios que hicieron estos posibles fraudes. Aunque sean de una escala menor.
Esta manera de gobernar explica en gran parte el malestar ciudadano que deriva de un hecho real: el deteriorado bienestar social y el alto nivel de exclusión, pobreza, marginación que viven millones de seres humanos en el estado. Es notable la ausencia de obras públicas. También las carencias de equipamientos, de recursos materiales, técnicos, financieros y humanos que se aprecian a simple vista en todo el territorio veracruzano. Todo esto causa desazón y molestia en quien los constata. Impotencia, rabia, frustración en quien sufre los efectos de las malas decisiones gubernamentales. Realidades que contrastan con las situaciones que viven los ciudadanos de los estados del centro y norte de la república.
Fue enviada, a los bolsillos de unos pocos, la riqueza generada por el auge petrolero. Época de bonanza presupuestal y financiera que fue desperdiciada por quienes juraron, sobre la Constitución, alentar el progreso de los veracruzanos, cuidar por su bienestar y aumentarlo. Perdimos colectivamente una exuberante riqueza petrolera, cargamos con las frustraciones de toda una generación y ahora carecemos también de los mecanismos para hacer justicia franca, justicia a secas: no será recuperada, para generar bienestar colectivo, la riqueza desperdiciada. Tal vez ni siquiera castiguen a quienes cometieron delitos.
El verdadero desarrollo no es alentado por la mentalidad de suma cero: quien gana, gana todo; y quien pierde, pierde todo, como fustigan los promotores de un gobierno interventor en la economía y encargado de proporcionar todo el bienestar económico y social. Por esta razón, lo más grave de los últimos 18 años es que no fue formada, educativa y culturalmente, una nueva generación de veracruzanos independientes de las canonjías del gobierno. Los impulsos ciudadanos del desarrollo fueron paralizados política y culturalmente. Acostumbrados a vivir principalmente de los privilegios gubernamentales, sea mediante rentas (sueldos, salarios, becas, plazas, placas de taxi, etcétera) o a través de negocios (contratos amarrados, sin licitaciones, con sobrepagos, etcétera) la masa crítica de Veracruz vive sin los reflejos que exige el modo de producción digital que empieza a dominar el mundo, las sociedades interconectadas en la sociedad global.
En los foros de consulta para construir desde sus bases ciudadanas el Plan Veracruzano de Desarrollo fue posible apreciar que los ciudadanos modernos y democráticos han vivido sometidos bajo el peso de una burocracia corporativa gubernamental y que sus proyectos independientes y libres deben enfrentar más obstáculos que el trillado camino de ser favorecidos por alguna dependencia pública. La construcción ciudadana del Plan Veracruzano de Desarrollo conoció momentos estelares gracias a decenas de ciudadanos que, decididos, ejercieron su libertad de criticar, de definir problemas y de proponer soluciones.
Todos los foros fueron alimentados por esa veta, mientras se trató de foros ciudadanos en su médula. El último, realizado en Pánuco, fue una realidad de realidades, escenificada por mundos contradictorios. <<Escenas de pudor y liviandad>>, según la obra del desaparecido Carlos Monsiváis, se vivieron y puede ser el título de lo vivido en el norte del estado. Actitudes del Veracruz profundo y del Veracruz moderno. Una región abandonada históricamente no obstante la riqueza de sus recursos naturales. Las consignas y las porras. Los cohetones al llegar y al despedir al Gobernador Electo. Por primera vez se mezcló el ambiente netamente político con el ambiente netamente ciudadano. La autoridad política en funciones hizo su aparición y oficializó la reunión con un discurso. Un locutor oficial animaba la concurrencia con referencias lo mismo al gobernador que del presidente municipal. Y dijo en voz alta: ¡terminó la elección, ya no hay adversarios! ¡Todos juntos debemos apoyar a nuestro gobernador! ¡Viva…! ¡Viva…! ¡Viva…! La alegría de los veracruzanos del norte. Floreció el jolgorio súbito que demuestra la existencia política del Antiguo Régimen.
En resumen: el Veracruz “de las fuerzas vivas” apareció junto a las fuerzas que buscan formar otro tipo de sociedad. Está presente por todas partes el Veracruz que sufrió también el desastre del proyecto de desarrollo del país durante el siglo XX, el del nacionalismo revolucionario. El norte de Veracruz, todavía más abandonado a su suerte que el resto del estado, está desatendido por las autoridades estatales. Por eso ha sido presa más fácil de las actividades delincuenciales: las instituciones son más débiles y requieren atención extrema y de urgencia.
La cuestión política es de otro nivel. La relación institucional entre los equipos gobernantes, el entrante y el saliente, no tiene por qué ser, obligadamente, de ruptura, de pleitos y maldades. El oficio político de quién logró que las cosas sucedieran, para mostrar civilidad entre grupos diferentes, saltó a la vista en Pánuco. No hubo espontaneidad, sino un trabajo político fino, exigente, inteligente. El nivel de entendimiento y dominio del gobernador electo, sobre el accionar de la Realpolitik, con una visión moderna, encontró interlocutor directo y sensible en Ricardo García Guzmán. Si ayuda al estado de Veracruz, su reencuentro debe ser visto con la cautela propia de los actos políticos. El problema de fondo es otro: ¿cómo vincular las regiones más modernas con las más atrasadas? Ese es el verdadero dilema del desarrollo que debe enfrentar un estado resquebrajado regionalmente. ¿Cómo superar estas barreras? Este es el gran desafío a la inteligencia y sensibilidad de los jóvenes y de todos aquellos que quieren un estado más homogéneo, moderno, democrático y solidario. Superar las visiones egoístas y corporativas es una condición indispensable para iniciar una etapa de verdadero desarrollo colectivo, de protección de los intereses generales por encima de los intereses particulares de los individuos y grupos que han dominado una parte del PRI, del gobierno, de algunos hombres de negocios, de los sindicatos y sí, en muchas mentes que buscan alentar la división y no la cooperación institucional.