13 de septiembre de 2016
alcalorpolitico.com
Llevábamos tres sexenios de silencio. Toda una generación de veracruzanos nunca conoció la posibilidad de dialogar en público. Un grave y profundo anti intelectualismo afectó las vías del diálogo y el ejercicio permanente y crítico de la palabra. La indiferencia, la represión y la abulia en una sociedad tradicionalmente temerosa de criticar, de innovar, de progresar en medio y por medio del ejercicio de las libertades crearon una sociedad del silencio cómplice. Las autoridades hacen lo que quieren, exhiben desdén por las voces inconformes de algunos ciudadanos y éstos reaccionan dando la espalda a esa autoridades con lo cual se crea una aceptación tácita del Statu quo.
Ahora, con el cambio de partido en el gobierno, florecen las voces de la responsabilidad. Un conjunto de voces auténticas. De ciudadanos. De todavía muchos temerosos e incrédulos ciudadanos acompañados de otros francamente deseosos de ejercer su libertad de crítica radical: de exhibir las raíces de los problemas sin desprestigiar el nombre de nadie.
Una sociedad que conversa en público sobre sus problemas y que se arriesga a pensar y decir las soluciones que cree convenientes es una sociedad invencible, indomable. Esa es la sociedad veracruzana. Acepta la invitación a exponer sus puntos de vista sobre la problemática de su región, de su ciudad, de su barrio. Lejos quedaron los años y las experiencias de invitar a los hombres de experiencia para que en un diálogo de sordos expusieran los halagos, las palabras silenciadas por la melcocha del respeto forzado que querían escuchar sus gobernantes. De vez en cuando algunas mujeres y poco a poco más y más. También a algunos indígenas, ah! Y que dijeran algunas palabras en su lengua natal. También algunos jóvenes (nuevas promesas domesticadas del partido) y últimamente algunos ancianos.
Ahora no existe propiamente un presídium. Y nadie hace de su participación un concurso de ingeniosos halagos a la autoridad. Llegan los ciudadanos para hacer uso de su voz sin reparos (excepto el siempre temible por reducido, tiempo de exposición), sin elogios, sin concesiones, con respeto, con dignidad. Y es cuando la libertad muestra sus mejores facetas: los planteamientos de problemas surgen, las soluciones se multiplican. Los que creen todavía que tienen el monopolio de la crítica son escuchados con respeto por sus interlocutores y perciben que el poder de la arrogancia ahora los aleja cada vez más porque alguien jaló la cadena y en el remolino también ellos, tan orgullosos y perdonavidas, se empiezan a ir por la coladera.
Algunos funcionarios gubernamentales, seguros de sus conocimientos y de su actuación digna como servidores públicos, estatales y municipales de gobiernos del tricolor, aceptan la invitación para participar y con todo respeto hacen su exposición sin lanzar estridentes culpas ni dándose baños de pureza. Como personas adultas colaboran con sus experiencias y conocimientos. Son escuchados con interés y con debido respeto por todos los asistentes al foro. Al final conversan con sus iguales, es decir con ciudadanos interesados en sus problemas.
Los Foros de Consulta Ciudadana para construir el Plan Veracruzano de Desarrollo reúnen en las plazas públicas a ciudadanos simple y llanamente preocupados por su presente y su futuro. Se viven escenas de una autenticidad que deslumbra. De la reunión efectuada en la USBI de Ixtazoquitlán, de la Universidad Veracruzana, extraigo esta vivencia que relata así la Maestra Leticia Chama de la FCAS de la UV: <<en la temática de educación se presentaron 35 trabajos, esta temática se unió con la de género, en esta última se presentaron 15 propuestas, haciendo un total de ¡50! Fue una reunión maratónica, nos dieron cuatro minutos para exponer, obvio que no fue tiempo suficiente para exponer la propuesta en su totalidad pero algo se dijo. La segunda cosa fue el hecho de que muchas personas de la sociedad civil participaron, desde el padre de familia que presentó una propuesta para mejorar canchas de futbol, hasta los doctores de las universidades que presentaban proyectos más académicos. Todos ellos con el ánimo de proponer.
La tercera cosa, y tal vez la más significativa, es que sin lugar a dudas la gente tiene esperanzas, tenemos fe en que las cosas pueden mejorar; un maestro del COBAEV cuando pasó a leer su propuesta dijo que llevaba porra (eran sus alumnos), pero mencionó algo que me emocionó: “Como se dieron cuenta, traigo porra, traje a mis alumnos porque les dije que era importante que observaran que todavía hay mucha gente que tiene esperanzas, gente que está dispuesta a trabajar para que nuestro estado cambie, por eso están aquí”. En síntesis, la reunión fue fructífera y respetuosa>>.
Existen muchos ejemplos de autenticidad de las participaciones. Los alumnos designados para hablar formalmente en la inauguración del foro de cada región han dado una muestra de madurez y capacidad intelectual que avalan el porqué de su pertenencia al Consejo Universitario. Los vice rectores de las regiones han realizado un trabajo formidable y cabe hacer un reconocimiento por su entrega y dedicación. Los ciudadanos individualmente o como parte de organizaciones de la sociedad civil unieron sus voces a la de expertos de la Universidad Veracruzana y de otras universidades para integrar el coro civil de la esperanza con fundamentos en los conocimientos y en las experiencias de vida.
Está por realizarse un último foro en el municipio de Pánuco y sin embargo queda el sabor de que estas experiencias podían ser realizadas en otras ciudades y el resultado sería similar: la participación abierta y entusiasta de los ciudadanos y de los expertos. El aire de libertad que se respira inunda los espíritus más exigentes. Y es que la libertad ahora llena todos los espacios antes ocupados por la simulación, la intimidación o de plano la represión.
Creo que vale la pena explicitar que el respaldo y las orientaciones para realizar estos trabajos de parte de la rectora, la doctora Sara ladrón de Guevara ha sido fundamental para conquistar el éxito. También han puesto su parte de talento y esfuerzo el doctor Octavio Ochoa, secretario de la rectoría, y la maestra Índira Rosales San Román, de equipo del licenciado Miguel Ángel Yunes Linares. De Consejo Rector del Plan Veracruzano de Desarrollo unieron sus esfuerzos Ricardo Gómez Leiva, Mariana Aguilar López, Wilhem Castillo, Jaime Garcés, Donato Flores, Carmen Maldonado. Y también René Mariani, Hilario Barcelata, Rafael Vela, Ángel José Fernández Arreola y Pedro Manterola. Los equipos de trabajo han sido más extensos y para cada uno de sus integrantes debe quedar una voz de reconocimiento.
Todavía quedan muchos trabajos por realizar. El foro de Pánuco no es la estación terminal. Integrar el documento con la organización de las propuestas, en medio de los ensayos que dan cuenta de los contextos que rodean estas experiencias de participación ciudadana será una tarea ardua y difícil. El buen ánimo de trabajo permea a todos los integrantes de equipos especiales como el doctor Darío Fabián Hernández, director del IIESES, la doctora Angélica Gutiérrez, el maestro Manuel Suarez y muchos más que no descansan en sus labores cotidianas y además rinden con sus trabajos una ayuda invaluable al progreso de Veracruz. En eso estamos.
Ahora, con el cambio de partido en el gobierno, florecen las voces de la responsabilidad. Un conjunto de voces auténticas. De ciudadanos. De todavía muchos temerosos e incrédulos ciudadanos acompañados de otros francamente deseosos de ejercer su libertad de crítica radical: de exhibir las raíces de los problemas sin desprestigiar el nombre de nadie.
Una sociedad que conversa en público sobre sus problemas y que se arriesga a pensar y decir las soluciones que cree convenientes es una sociedad invencible, indomable. Esa es la sociedad veracruzana. Acepta la invitación a exponer sus puntos de vista sobre la problemática de su región, de su ciudad, de su barrio. Lejos quedaron los años y las experiencias de invitar a los hombres de experiencia para que en un diálogo de sordos expusieran los halagos, las palabras silenciadas por la melcocha del respeto forzado que querían escuchar sus gobernantes. De vez en cuando algunas mujeres y poco a poco más y más. También a algunos indígenas, ah! Y que dijeran algunas palabras en su lengua natal. También algunos jóvenes (nuevas promesas domesticadas del partido) y últimamente algunos ancianos.
Ahora no existe propiamente un presídium. Y nadie hace de su participación un concurso de ingeniosos halagos a la autoridad. Llegan los ciudadanos para hacer uso de su voz sin reparos (excepto el siempre temible por reducido, tiempo de exposición), sin elogios, sin concesiones, con respeto, con dignidad. Y es cuando la libertad muestra sus mejores facetas: los planteamientos de problemas surgen, las soluciones se multiplican. Los que creen todavía que tienen el monopolio de la crítica son escuchados con respeto por sus interlocutores y perciben que el poder de la arrogancia ahora los aleja cada vez más porque alguien jaló la cadena y en el remolino también ellos, tan orgullosos y perdonavidas, se empiezan a ir por la coladera.
Algunos funcionarios gubernamentales, seguros de sus conocimientos y de su actuación digna como servidores públicos, estatales y municipales de gobiernos del tricolor, aceptan la invitación para participar y con todo respeto hacen su exposición sin lanzar estridentes culpas ni dándose baños de pureza. Como personas adultas colaboran con sus experiencias y conocimientos. Son escuchados con interés y con debido respeto por todos los asistentes al foro. Al final conversan con sus iguales, es decir con ciudadanos interesados en sus problemas.
Los Foros de Consulta Ciudadana para construir el Plan Veracruzano de Desarrollo reúnen en las plazas públicas a ciudadanos simple y llanamente preocupados por su presente y su futuro. Se viven escenas de una autenticidad que deslumbra. De la reunión efectuada en la USBI de Ixtazoquitlán, de la Universidad Veracruzana, extraigo esta vivencia que relata así la Maestra Leticia Chama de la FCAS de la UV: <<en la temática de educación se presentaron 35 trabajos, esta temática se unió con la de género, en esta última se presentaron 15 propuestas, haciendo un total de ¡50! Fue una reunión maratónica, nos dieron cuatro minutos para exponer, obvio que no fue tiempo suficiente para exponer la propuesta en su totalidad pero algo se dijo. La segunda cosa fue el hecho de que muchas personas de la sociedad civil participaron, desde el padre de familia que presentó una propuesta para mejorar canchas de futbol, hasta los doctores de las universidades que presentaban proyectos más académicos. Todos ellos con el ánimo de proponer.
La tercera cosa, y tal vez la más significativa, es que sin lugar a dudas la gente tiene esperanzas, tenemos fe en que las cosas pueden mejorar; un maestro del COBAEV cuando pasó a leer su propuesta dijo que llevaba porra (eran sus alumnos), pero mencionó algo que me emocionó: “Como se dieron cuenta, traigo porra, traje a mis alumnos porque les dije que era importante que observaran que todavía hay mucha gente que tiene esperanzas, gente que está dispuesta a trabajar para que nuestro estado cambie, por eso están aquí”. En síntesis, la reunión fue fructífera y respetuosa>>.
Existen muchos ejemplos de autenticidad de las participaciones. Los alumnos designados para hablar formalmente en la inauguración del foro de cada región han dado una muestra de madurez y capacidad intelectual que avalan el porqué de su pertenencia al Consejo Universitario. Los vice rectores de las regiones han realizado un trabajo formidable y cabe hacer un reconocimiento por su entrega y dedicación. Los ciudadanos individualmente o como parte de organizaciones de la sociedad civil unieron sus voces a la de expertos de la Universidad Veracruzana y de otras universidades para integrar el coro civil de la esperanza con fundamentos en los conocimientos y en las experiencias de vida.
Está por realizarse un último foro en el municipio de Pánuco y sin embargo queda el sabor de que estas experiencias podían ser realizadas en otras ciudades y el resultado sería similar: la participación abierta y entusiasta de los ciudadanos y de los expertos. El aire de libertad que se respira inunda los espíritus más exigentes. Y es que la libertad ahora llena todos los espacios antes ocupados por la simulación, la intimidación o de plano la represión.
Creo que vale la pena explicitar que el respaldo y las orientaciones para realizar estos trabajos de parte de la rectora, la doctora Sara ladrón de Guevara ha sido fundamental para conquistar el éxito. También han puesto su parte de talento y esfuerzo el doctor Octavio Ochoa, secretario de la rectoría, y la maestra Índira Rosales San Román, de equipo del licenciado Miguel Ángel Yunes Linares. De Consejo Rector del Plan Veracruzano de Desarrollo unieron sus esfuerzos Ricardo Gómez Leiva, Mariana Aguilar López, Wilhem Castillo, Jaime Garcés, Donato Flores, Carmen Maldonado. Y también René Mariani, Hilario Barcelata, Rafael Vela, Ángel José Fernández Arreola y Pedro Manterola. Los equipos de trabajo han sido más extensos y para cada uno de sus integrantes debe quedar una voz de reconocimiento.
Todavía quedan muchos trabajos por realizar. El foro de Pánuco no es la estación terminal. Integrar el documento con la organización de las propuestas, en medio de los ensayos que dan cuenta de los contextos que rodean estas experiencias de participación ciudadana será una tarea ardua y difícil. El buen ánimo de trabajo permea a todos los integrantes de equipos especiales como el doctor Darío Fabián Hernández, director del IIESES, la doctora Angélica Gutiérrez, el maestro Manuel Suarez y muchos más que no descansan en sus labores cotidianas y además rinden con sus trabajos una ayuda invaluable al progreso de Veracruz. En eso estamos.