12 de diciembre de 2024
alcalorpolitico.com
Me lo dijo el entonces presidente nacional del PAN, Carlos Castillo Peraza – como otros personajes les habrán dicho antes o después a otros reporteros –: Los políticos mexicanos tienen un pequeño priista adentro. La idea era que los políticos mexicanos de entonces, como muchos de los de ahora, crecieron en un sistema político diseñado y controlado por el Revolucionario Institucional, y no aprendieron a hacer política de otra forma.
Y entonces uno lee lo que dijo Esteban Bautista Hernández, de largo historial de izquierda y actual presidente de la Junta de Coordinación Política – así se llama – del Congreso de Veracruz. Cuando hablaba con periodistas y columnistas en un desayuno, reconoció que hubo irregularidades en la Legislatura anterior en el pago de bienes y servicios, y que hay procesos en marcha, aunque no dijo qué tipo de procesos ni dónde.
Pero según Bautista Hernández, él mismo puso al tanto a la gobernadora Rocío Nahle de todas las irregularidades que encontró, y la gobernadora le ordenó que procediera en consecuencia. El Poder Ejecutivo no tiene – según la ley y el sentido común – qué hacer o qué decir y mucho menos ordenar al Poder Legislativo. Lo que hizo don Esteban no se hace, y eso no se dice si se hace.
Lo mismo pasó con el ahora exgobernador Cuitláhuac García Jiménez, que daba instrucciones a Isabel Inés Romero Cruz, licenciada que era presidenta del Tribunal Superior de Justicia del estado, como declaró la propia señora cuando anunció que investigaría a todos los jueces de Veracruz. No se diga de la Fiscalía, cuyo vocero fue durante mucho tiempo y muchas veces el propio García Jiménez.
No hay que buscar mucho para encontrar los modos viejos. No sé qué dirán quienes piensan – con razón o sin ella – que México se está trasformando en otra cosa.
Las disculpas de Nahle
Era gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos recomendó al gobierno de Veracruz que pidiera una disculpa pública a las familias de ocho policías que desaparecieron mientras estaban en servicio activo hace más de diez años. El texto de la disculpa quedaría en un monumento frente al palacio municipal de Úrsulo Galván, donde los policías fueron secuestrados en patrullas de Seguridad Pública del estado.
El ingeniero gobernador expresó su interés en acompañar a las familias de las víctimas, sin reconocer que tenía que pedir perdón en nombre de las instituciones que representaba en ese tiempo, pero siempre estaba ocupado en otros asuntos y "actividades imprevistas", y nunca fue. La recomendación de Derechos Humanos no se cumplió. Pero la intención de ofrecer disculpas oficiales no se extinguió con la partida de García Jiménez, porque el gobierno del estado no terminó cuando el hombre se fue. Alguien tendrá que pedir disculpas. La gobernadora Rocío Nahle. Una raya más al inge.
Notiver
Notiver cumple cincuenta años de hacer periodismo serio pero no solemne, y uno se alegra de eso. Hay que celebrar – con Alfonso Salces y con el equipo todo que hace el diario y lo reparte a diario – el trabajo de más o menos dieciocho mil doscientos cincuenta días en la interminable tarea de contar la historia de lo inmediato, que no es poco. Qué gusto. A la distancia, uno brinda por eso.
Desde el balcón
Hizo frío. El viento que viene del lago y las montañas – la bise, le dicen – se llevaba las gorras y helaba las orejas, y la gente iba y venía de aquí pallá y de allá pacá, como si fuera realmente a alguna parte. A salvo del invierno temprano, uno se asoma al balcón. La vida sigue. Pasan parejas con paso preciso, mamás y niñeras empujando carreolas con bebés envueltos a prueba de todo, señoras paseando y señores paseando a sus perros.
Desde hace más de diez días uno dejó de pensar en los trescientos millones de pesos que encontró García Jiménez y nadie más vio ni ha vuelto a ver. Y prueba la malta y sabe que nadie le pedirá cuentas.
Y entonces uno lee lo que dijo Esteban Bautista Hernández, de largo historial de izquierda y actual presidente de la Junta de Coordinación Política – así se llama – del Congreso de Veracruz. Cuando hablaba con periodistas y columnistas en un desayuno, reconoció que hubo irregularidades en la Legislatura anterior en el pago de bienes y servicios, y que hay procesos en marcha, aunque no dijo qué tipo de procesos ni dónde.
Pero según Bautista Hernández, él mismo puso al tanto a la gobernadora Rocío Nahle de todas las irregularidades que encontró, y la gobernadora le ordenó que procediera en consecuencia. El Poder Ejecutivo no tiene – según la ley y el sentido común – qué hacer o qué decir y mucho menos ordenar al Poder Legislativo. Lo que hizo don Esteban no se hace, y eso no se dice si se hace.
Lo mismo pasó con el ahora exgobernador Cuitláhuac García Jiménez, que daba instrucciones a Isabel Inés Romero Cruz, licenciada que era presidenta del Tribunal Superior de Justicia del estado, como declaró la propia señora cuando anunció que investigaría a todos los jueces de Veracruz. No se diga de la Fiscalía, cuyo vocero fue durante mucho tiempo y muchas veces el propio García Jiménez.
No hay que buscar mucho para encontrar los modos viejos. No sé qué dirán quienes piensan – con razón o sin ella – que México se está trasformando en otra cosa.
Las disculpas de Nahle
Era gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos recomendó al gobierno de Veracruz que pidiera una disculpa pública a las familias de ocho policías que desaparecieron mientras estaban en servicio activo hace más de diez años. El texto de la disculpa quedaría en un monumento frente al palacio municipal de Úrsulo Galván, donde los policías fueron secuestrados en patrullas de Seguridad Pública del estado.
El ingeniero gobernador expresó su interés en acompañar a las familias de las víctimas, sin reconocer que tenía que pedir perdón en nombre de las instituciones que representaba en ese tiempo, pero siempre estaba ocupado en otros asuntos y "actividades imprevistas", y nunca fue. La recomendación de Derechos Humanos no se cumplió. Pero la intención de ofrecer disculpas oficiales no se extinguió con la partida de García Jiménez, porque el gobierno del estado no terminó cuando el hombre se fue. Alguien tendrá que pedir disculpas. La gobernadora Rocío Nahle. Una raya más al inge.
Notiver
Notiver cumple cincuenta años de hacer periodismo serio pero no solemne, y uno se alegra de eso. Hay que celebrar – con Alfonso Salces y con el equipo todo que hace el diario y lo reparte a diario – el trabajo de más o menos dieciocho mil doscientos cincuenta días en la interminable tarea de contar la historia de lo inmediato, que no es poco. Qué gusto. A la distancia, uno brinda por eso.
Desde el balcón
Hizo frío. El viento que viene del lago y las montañas – la bise, le dicen – se llevaba las gorras y helaba las orejas, y la gente iba y venía de aquí pallá y de allá pacá, como si fuera realmente a alguna parte. A salvo del invierno temprano, uno se asoma al balcón. La vida sigue. Pasan parejas con paso preciso, mamás y niñeras empujando carreolas con bebés envueltos a prueba de todo, señoras paseando y señores paseando a sus perros.
Desde hace más de diez días uno dejó de pensar en los trescientos millones de pesos que encontró García Jiménez y nadie más vio ni ha vuelto a ver. Y prueba la malta y sabe que nadie le pedirá cuentas.