29 de julio de 2016
alcalorpolitico.com
Para la Dra. María de Jesús Rosales y todos mis compañeros del
laboratorio 17 del Departamento de Química del Cinvestav
laboratorio 17 del Departamento de Química del Cinvestav
Durante dos años he tenido la fortuna de ser parte de uno de los centros de investigación más importantes de México: el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Desde finales de la década de los cincuentas del siglo pasado, varios científicos y académicos, empezaron a concebir la idea de crear una institución dedicada a la invesigación y a la especialización en áreas de la ciencia y tecnología, a través de estudios de posgrado.
En buena parte, el apoyo del Ingeniero Eugenio Méndez Docurro, entonces director del Instituto Politécnico Nacional, IPN, consiguió que esa idea se volviera realidad en 1961, cuando se publicó el decreto presidencial que constituía al Cinvestav.
En 1963, cuando se inauguraron sus instalaciones originales, al norte de la Ciudad de México en Zacatenco, su director fundador el Dr. Arturo Rosenbleuth, dijo: “El trabajo científico no se aprende en textos, ni monografías, ni revistas científicas; se aprende por la práctica con otro investigador, tanto más fácil y agradablemente cuanto más original, competente y humanamente comprensivo sea el investigador maestro”, (1) mostrando así una de las formas en las que se conseguiría lograr el objetivo principal con el que fue creado el Cinvestav: “preparar investigadores, profesores especializados y expertos en diversas disciplinas científicas y técnicas, así como la solución de problemas tecnológicos”. (2)
Con más de medio siglo de vida, el Cinvestav ha continuado ese objetivo y aunque sigue estando asociado al IPN, en 1982 un nuevo decreto presidencial le otorgó autonomía jurídica, administrativa y presupuestaria. (3)
Actualmente en el Cinvestav existen 33 departamentos, que están repartidos en nueve sedes, dos de las cuales están en la Ciudad de México: la original de Zacatenco, otra en el sur de la ciudad; además de las unidades de Mérida, Irapuato, Saltillo, Guadalajara, Querétaro y Tamaulipas. (4)
De haber comenzado con una decena de investigadores titulares, el Cinvestav ahora cuenta con más de 600, que por supuesto son quienes dirigen el rumbo de los estudios que se hacen en el centro, pero que sobre todo, son esos investigadores maestros a los que se refería Rosenbleuth y que forman a muchos nuevos científicos: cada año más de dos mil estudiantes son atendidos en el centro, ya sea como alumnos en alguno de los 57 programas de posgrado (de maestría y doctorado) con los que cuenta, o como participantes en estancias breves de investigación, realizando proyectos cortos de servicio social, o trabajos para tesis de licenciatura.
Así en su medio siglo de existencia ha conseguido formar más o menos a nueve mil maestros y doctores, y aunque en el principio prácticamente todos sus graduados eran mexicanos, cada vez más estudiantes extranjeros deciden hacer un posgrado en el Cinvestav, consiguiendo también otro de los ideales que planteó alguna vez Rosenbleuth, respecto a que: “la ciencia es un patrimonio de la humanidad entera, exento de matices sectarios ya fueran éstos raciales o nacionales”. (1)
Los departamentos que iniciaron funciones desde la fundación del centro fueron Física, Fisiología, Matemáticas e Ingeniería Eléctrica, poco después, en 1962 se fundó el de Bioquímica.
El departamento de Química que pude conocer más de cerca, cumplió justamente medio siglo el año pasado, tiene 18 profesores que dirigen investigaciones en cinco líneas diferentes: química inorgánica, química orgánica, química biológica, fisicoquímica y química teórica. (5)
Ahí, durante mi estancia posdoctoral de investigación, pude ver varios ejemplos de la importancia del Cinvestav, no solo por la infraestructura con la que cuenta, sino justamente por los recursos humanos con los que cuenta y a los que forma, contribuyendo además de manera importante a la generación de conocimiento en áreas que van desde la ciencia básica, pasando por la ciencia aplicada, hasta desarrollos tecnológicos (el Cinvestav es la quinta institución pública en México que más patentes registra).
Así, con este texto no solo quise hacer un modesto homenaje a sus fundadores, sino también mostrarles algo la importante labor que realiza para el avance de la ciencia en México y agradecer la oportunidad de haber contribuido, al menos un poco a ella.
Si quieren saber más sobre las investigaciones que se realizan en alguna de las nueve unidades del Cinvestav, los reconocimientos de sus investigadores o los alumnos que forma, pueden leer el suplemento especial que se editó por los 50 años del centro: Cinvestav 50 años a la vanguardia del conocimiento. http://www.cinvestav.mx/en-us/difusion/suplemento50aniversario.aspx
Comentarios, preguntas y sugerencias en [email protected] o en twitter a @paux_gr
(1) Arturo Rosenbleuth y Norbert Wiener: dos científicos en la historiografía de la educación contemporánea. Susana Quintanilla, Revista Mexicana de Investigación Educativa, mayo-agosto 2002 http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/wiener1.pdf
(2) A 55 años del Cinvestav. Revista Avance y Perspectiva, 10 de marzo de 2016 http://avanceyperspectiva.cinvestav.mx/Publicaciones/ArtMID/4126/ArticleID/380/A-55-a241os-del-Cinvestav
(3) Decreto sobre el Cinvestav en el Diario Oficial de la Federación del 24 de Septiembre de 1982: https://www.cinvestav.mx/Portals/0/SiteDocs/Sec_Conocenos/Decreto.pdf
(4) Departamentos del Cinvestav: http://www.cinvestav.mx/es-mx/departamentos.aspx
(5) Departamento de Química: http://quimica.cinvestav.mx/L%C3%ADneas-de-investigaci%C3%B3n