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Columnas y artículos de opinión
Contrapunto
La Gobernadora decide candidaturas... pero a Andy nadie se le atraviesa
Víctor Murguía
5 de marzo de 2025
alcalorpolitico.com
¿Qué hizo la gobernadora Rocío Nahle para que su partido, Morena, no le dé un buen trato y le reste fuerza política?. Tal vez mostrar (de más) poder, derivado de su cercanía con la Presidenta, pero cada vez es más claro que Claudia Sheinbaum tiene sus límites y que Morena, es decir, Andrés Manuel López Beltrán, se maneja aparte, con poder propio.

No se recuerda que un gobernador de Veracruz haya padecido que el comité nacional de su partido le centralizara los "destapes" y que sea en la Ciudad de México donde den a conocer a los candidatos a ediles. No es que le quiten todo el poder a Nahle y que los candidatos los decidan allá, pero le dañan su imagen y le restan fuerza.

Decíamos que no se recuerda algo así. Intentos de centralizar la nominación de candidatos a alcaldes siempre los hubo, pero solo prosperaron a medias y, sobre todo, fueron cuidadas las formas.


En ocasiones el presidente de la República en turno recordaba a algún amigo y ordenaba su postulación, en otras ocasiones había la recomendación por parte de algún alto funcionario de la Federación o el dirigente nacional del partido gobernante quería meter las manos de más en el listado de candidatos. Por decir algo, López Portillo vio en una lista (cinco en total) el nombre de Beto Ávila -el beisbolista veracruzano triunfador en Las Grandes Ligas- y dijo que fuera el nominado.

Por esos años Gustavo Carvajal, a la sazón dirigente nacional del PRI, quiso influir de más en el proceso selectivo y, por decir algo, fue de los que apoyó al joven Dante Delgado Rannauro en sus aspiraciones de ser alcalde de Córdoba. Le puso un delegado del CEN del PRI a modo (un asesor de la SEP), para sacar avante su nominación, pero ese delegado un mal día para él -cuentan priístas de esa época- fue subido a la cajuela de un automóvil y lo fueron a dejar al Estado de México. Fue un "operativo" discreto, sin aspavientos.

Carvajal se habría enojado muchísimo, pero desistió en sus intenciones. Gobernaba Veracruz Rafael Hernández Ochoa -un gobernador con real influencia, que sabía ejercer el poder- y era presidente estatal del PRI Gonzalo Morgado.


Tal vez, para hacer respetar el localismo, en el comité estatal de Morena necesiten de asesores a gente muy corrida en estos menesteres, como Morgado. Pero no es que a la gobernadora le hayan quitado todo el poder y haya pasado a ser una figura decorativa apenas comenzado su mandato.

No. Si fuera así Bertha Ahued no habría recibido su nombramiento del CEN de Morena que la coloca como candidata. Tampoco sería candidata Daniela Griego, quien competirá por la alcaldía de Xalapa.

(Por cierto, vaya muestra de reconocimiento y respaldo a Griego. No solo es la candidata, sino que el Instituto de Pensiones del Estado queda en manos de otra persona que en los últimos seis años ha participado en el equipo que, honestamente y con buen trabajo, ha rescatado al IPE, Octavio Hernández Lara).


Igualmente no sería candidato, por Coatzacoalcos, Pedro Miguel Rosaldo, otra pieza de Nahle. Lo mismo con Igor Rojí en Orizaba; Hipólito Deschamps en Alvarado y Adanely Rodríguez en Poza Rica, en donde dejaron fuera a José Luis Lima Franco, quien pasó de ratificado en la Secretaría de Finanzas a aspirante fallido a la alcaldía y no sea que termine aclarando el destino de recursos.

Y así seguirán los actuales "destapes", como seguramente será el de Rosa María Hernández Espejo por Veracruz. La cuestión es que hace ruido en Veracruz que los destapes sean en la sede del comité nacional de Morena y no acá. Lo que dan de mensaje es que la última palabra la tienen allá. Es como decir, al proyecto de Andrés Manuel López Beltrán no se le puede atravesar nada, ni gobernadores ni nadie.

Y a quienes no entiendan eso, pues que no se les olvide que en Morena se llevan pesado.