El país vive en la agitación y lo menos deseado es que tomemos rumbo hacia una crisis que nos cueste, al menos, años de retroceso.

Para empezar, aunque el gobierno federal diga que tiene otros datos, la economía de México no está bien.

La inflación reportada no es la que resienten los mexicanos cuando surten su despensa o compran algún bien. Los comerciantes en general reportan que sus ingresos están más estancados que en otros inicios de año. ¿Recesión? Hay empresarios que dicen que ya la tenemos.


Es necesario que el gobierno invierta en diversos ramos, no solo que entregue dinero por becas y siga gastando en un tren con pocos pasajeros, en un aeropuerto con escasos vuelos y en una refinería que quién sabe cuándo refine lo prometido.

Estaría mejor, por decir algo, que pagara los alrededor de 20 mil millones de dólares que debe a proveedores y prestadores de servicios de Pemex, pues los despidos ya afectan en varios estados del Golfo.

Y está la amenaza latente del presidente de EU, Trump, quien ya le tomó la medida al gobierno mexicano. Si aplica los aranceles la economía empeorará.


Trump querrá seguir imponiendo sus condiciones, económicas y políticas, lo que será motivo de preocupación permanente.

Este factor requiere de una Presidenta fuerte, ¿pero qué tenemos? Pues tenemos una presidenta bien calificada, según la encuesta de El Universal, pero débil, porque así lo dispuso quien le heredó el bastón pero no el mando.

Hay una Presidenta débil porque ante la amenaza de un narcotraficante encarcelado, el Mayo Zambada, hace lo posible por cumplirle su exigencia seguramente porque sabe que así debe hacerlo, pues de lo contrario habrá colapso y el primer colapsado sería su antecesor y luego su gobierno.


Es débil porque en el Senado, haciendo eco de los intereses que existen ahí y en otros espacios de poder, le modificaron su propuesta de no al nepotismo para heredar cargos de elección popular.

El mundo político no la percibe fuerte porque está rodeada de colaboradores que no le responden a ella, sino que le fueron impuestos y acentúa el problema al alabar, sin necesidad, a su antecesor.

Y el crimen organizado, que todos los días le pega a la economía y a la paz social, y que en todo está, percibe esto y actúa en consecuencia.


En fin, no hay las mejores condiciones para calmar un país agitado.

¿La imagen física de la presidenta Sheinbaum no es la mejor? Esperen a que transcurran dos años más...

LA AGITACIÓN EN VERACRUZ


Localmente resentimos lo que se vive en país, agregándole ingredientes locales.

Los crímenes, ejecutados por los cárteles, no paran y en diversos casos no se mueve ni un dedo para frenarlos.

Lo que sucede en Poza Rica, por dar un ejemplo, ya es de escándalo, luego de que al menos media docena de funcionarios del Ayuntamiento han sido secuestrados.


¿A poco la policía y la Fiscalía no saben quiénes son los que, a plena luz del día, secuestran a los funcionarios? Medio Poza Rica lo sabría.

Y ahí está el problema que es parte de la agitación social existente: los grupos criminales operan porque no son combatidos.

Por eso la gente resiente extorsiones, secuestros, asaltos y asesinatos.


En la Secretaría de Educación hay agitación pues pretenden mandar a las aulas a maestros comisionados. Uf, le pegaron al panal.

Son muchos los intereses que ahí se mueven, como los derivados de los sindicatos, por cierto, multiplicados en el primer gobierno de la 4T porque así convino a los intereses políticos y aspiraciones del entonces secretario Zenyazen Escobar.

No puede perder esta partida la gobernadora Rocío Nahle, pues si los sindicatos magisteriales se salen con la suya le habrán tomado la medida y otros gremios y organizaciones sociales habrán visto cómo se le hace para ganarle.


También están agitadas las aguas políticas no solo por la pretendida afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena -puerta de entrada para Fernando, su hermano, diputado local y para que en un futuro puedan pelear cargos de elección popular- sino por la selección de los candidatos a alcaldes.

Parecía que estaría más o menos tranquilo el proceso, pero ya se agitó, como siempre.

Lo último, la ida del dirigente estatal de Morena, Ramírez Zepeta, a la reunión con su dirigenta nacional, Luisa María Alcalde y las fotos difundidas en donde se ve como regañado.


Hay decenas y decenas de alcaldes queriendo heredar el cargo y un buen número de cuitlahuistas queriendo influir.

¿Qué harán ahora que ya les cortaron las alas? ¿Se quedarán así como así y doblarán las manos o por debajo de la mesa apoyarán a otros en contra de Morena, dolidos porque les impidieron dejar herencia?

La gobernadora debe pasar está primera prueba de fuego para que pueda gobernar los próximos años con relativa tranquilidad y pueda imponer a un buen número de candidatos a diputados federales en 2027.


De lo contrario, con los Yunes reivindicados y en su partido, con derrotas no previstas en las alcaldías y con pleitos con los coordinadores de los senadores y diputados y distanciada del comité nacional todo será cuesta arriba.