7 de febrero de 2015
alcalorpolitico.com
En la década de 1960 era muy sencillo escuchar la alegría y la entonación de jóvenes políticos que servían de manera magistral a las mejores causas sociales de Veracruz y de México.
Quiero que usted sepa que uno de los políticos más destacados en aquella época respondía al nombre de Julián Yunes Suárez.
A Julián lo conocí cuando tuvo la gentileza de visitar las oficinas de la dirección jurídica de palacio nacional donde yo laboraba ya que le interesaba conocer el proceso para la formulación de leyes, decretos y reglamentos que se tenían que elaborar para servir a los mexicanos entre las tareas que atendían en esa dependencia.
Más tarde, tuve la fortuna de coincidir con él en una de las primeras campañas políticas en las que yo participaba acompañando a don Rafael Hernández Ochoa y es muy justo saber que entre los veracruzanos que ofrecían apoyo logístico, y respaldaban activamente ese trabajo proselitista era la familia Yunes y uno de sus representantes era precisamente Julián, porque era un abogado dispuesto a servir a los veracruzanos. Pues como Usted lo debe saber, Julián había estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México y se había convertido en un licenciado muy prestigiado que además entendía perfectamente que el ejercicio del derecho debía servirle a todos, pero en particular a las causas de los campesinos y de los indígenas de nuestra entidad.
En mi caso tuve la oportunidad de tratarlo con una gran disposición y disfrutar, gozar de su deseo por servir a todos los jóvenes, porque lo que él deseaba era el bienestar de la población y cuidaba de manera espléndida a quien le visitaba en su morada para demostrar no tan sólo la sensibilidad social sino también sus cualidades artísticas que le caracterizaban porque Julián era partidario de tocar diversos instrumentos musicales, componer y compartir melodías que aún se escuchan en Perote y en Veracruz composiciones de canciones y que reflejan la gran sensibilidad que tenía Julián, prueba de su creatividad, talento y preparación del peroteño.
Todavía se tocan y reproducen las canciones, charlas, poesías y música que Julián Yunes Suárez dejó a todos y cada uno de los veracruzanos, podemos decir que desde hace 30 años aproximadamente tuvo la inquietud de manifestar su inspiración a través de la música, de manera concreta hizo algunos boleros de los cuales los que más se han cantado son los titulados: “Tengo muchas ganas de llorar”, “Crepúsculo” y “Ojos de caramelo”.
Era un hombre sensible, cordial, serio, tenía reflejos por la paz y la tranquilidad para que la sociedad se desarrollara de manera sensata y al asistir a la casa de los Yunes Suárez, en Perote, allí no tan sólo se convocaba a sus composiciones y su mensaje, sino también a sus consejos valiosos en diversos aspectos para desarrollarse con vitalidad en cada ser humano.
Julián Yunes Suárez fue siempre un hombre representativo de lo que es el afecto y el servicio a los demás y, en lo que corresponde a un servidor, siempre disfruté sus enseñanzas, sus puntos de vista y cada uno de sus análisis porque allí es donde nos daba a conocer cada una de sus características, mismas que se fueron el día de ayer al perderse la existencia de un veracruzano entrañable para mí y para todos quienes lo conocimos.
Me duele en lo personal su ausencia; la carencia de un ser humano tan extraordinario. Mi sentido pésame para su señora madre y sus hermanos que son altamente queridos y respetables como es el caso de José.
A sus hijos, a su viuda la señora Gloria Somera Bueno, mi solidaridad y respetos.
Descanse en paz un amigo tan estimado y respetable.
[email protected]
Quiero que usted sepa que uno de los políticos más destacados en aquella época respondía al nombre de Julián Yunes Suárez.
A Julián lo conocí cuando tuvo la gentileza de visitar las oficinas de la dirección jurídica de palacio nacional donde yo laboraba ya que le interesaba conocer el proceso para la formulación de leyes, decretos y reglamentos que se tenían que elaborar para servir a los mexicanos entre las tareas que atendían en esa dependencia.
Más tarde, tuve la fortuna de coincidir con él en una de las primeras campañas políticas en las que yo participaba acompañando a don Rafael Hernández Ochoa y es muy justo saber que entre los veracruzanos que ofrecían apoyo logístico, y respaldaban activamente ese trabajo proselitista era la familia Yunes y uno de sus representantes era precisamente Julián, porque era un abogado dispuesto a servir a los veracruzanos. Pues como Usted lo debe saber, Julián había estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México y se había convertido en un licenciado muy prestigiado que además entendía perfectamente que el ejercicio del derecho debía servirle a todos, pero en particular a las causas de los campesinos y de los indígenas de nuestra entidad.
En mi caso tuve la oportunidad de tratarlo con una gran disposición y disfrutar, gozar de su deseo por servir a todos los jóvenes, porque lo que él deseaba era el bienestar de la población y cuidaba de manera espléndida a quien le visitaba en su morada para demostrar no tan sólo la sensibilidad social sino también sus cualidades artísticas que le caracterizaban porque Julián era partidario de tocar diversos instrumentos musicales, componer y compartir melodías que aún se escuchan en Perote y en Veracruz composiciones de canciones y que reflejan la gran sensibilidad que tenía Julián, prueba de su creatividad, talento y preparación del peroteño.
Todavía se tocan y reproducen las canciones, charlas, poesías y música que Julián Yunes Suárez dejó a todos y cada uno de los veracruzanos, podemos decir que desde hace 30 años aproximadamente tuvo la inquietud de manifestar su inspiración a través de la música, de manera concreta hizo algunos boleros de los cuales los que más se han cantado son los titulados: “Tengo muchas ganas de llorar”, “Crepúsculo” y “Ojos de caramelo”.
Era un hombre sensible, cordial, serio, tenía reflejos por la paz y la tranquilidad para que la sociedad se desarrollara de manera sensata y al asistir a la casa de los Yunes Suárez, en Perote, allí no tan sólo se convocaba a sus composiciones y su mensaje, sino también a sus consejos valiosos en diversos aspectos para desarrollarse con vitalidad en cada ser humano.
Julián Yunes Suárez fue siempre un hombre representativo de lo que es el afecto y el servicio a los demás y, en lo que corresponde a un servidor, siempre disfruté sus enseñanzas, sus puntos de vista y cada uno de sus análisis porque allí es donde nos daba a conocer cada una de sus características, mismas que se fueron el día de ayer al perderse la existencia de un veracruzano entrañable para mí y para todos quienes lo conocimos.
Me duele en lo personal su ausencia; la carencia de un ser humano tan extraordinario. Mi sentido pésame para su señora madre y sus hermanos que son altamente queridos y respetables como es el caso de José.
A sus hijos, a su viuda la señora Gloria Somera Bueno, mi solidaridad y respetos.
Descanse en paz un amigo tan estimado y respetable.
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