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Columnas y artículos de opinión
Alternancia y transición a la democracia
Uriel Flores Aguayo
10 de junio de 2016
alcalorpolitico.com
Con un enorme esfuerzo ciudadano, el liderazgo de Yunes Linares y la alianza entre el PAN y el PRD se logró la alternancia política en Veracruz; los intentos por evitarlo fueron complejos y crueles, con todo tipo de amenazas, la división opositora y la guerra sucia en extremo. La alternancia superó una elección de Estado y la determinación cupular de los detentadores del poder de no entregarlo pacíficamente. Sólo la valentía a toda prueba del ahora gobernador electo, la sensatez de los opositores y la claridad de los ciudadanos hicieron posible un acontecimiento verdaderamente histórico por estar relevando a un partido que ha gobernado por 87 años. Increíblemente pudo haber sido diferente el resultado, favorable al tricolor, si no se hace lo necesario con unidad y firmeza. Aunque parezca broma es real que no querían irse, que hicieron hasta lo imposible por no perder; la guerra sucia que le armaron a Yunes Linares fue monstruosa y en algo afectó su tendencia ganadora. El PRI pierde mucho, pero su realidad es todavía más desoladora, sin el aparato público, la guerra sucia y el control de medios, su nivel de representación debe ser la mitad de lo que se le reconoce oficialmente. Se pone a prueba si sabe y puede sobrevivir en condiciones de oposición.
 
La alternancia permite un gobierno de coalición donde estén los partidos que la hicieron posible y ciudadanos sin filias políticas que tengan la capacidad y el perfil adecuado. No es un gobierno de una línea ideológica exclusiva, vendría a ser de centro democrático, sentaría las bases para la recuperación del Estado de Derecho, la vida democrática, la honradez y el desarrollo. Hay que darle contenido a la alternancia, cumplir las ofertas de campaña y demostrar que todo se puede hacer mucho mejor, al menos a la última decena de años en que ha gobernado sin límites un mismo grupo. Las expectativas son enormes, hay que explicar la realidad en que se reciba la administración, hablar con la verdad, convocar ampliamente, construir consensos y dar resultados lo más pronto posible. Lo deseable es que la oposición asuma una postura responsable en general, pero especialmente en el Congreso que, afortunadamente, tendrá una composición plural, permitiendo su autonomía y jugar un papel de equilibrios de poder.
 
De los partidos políticos el más fortalecido es el PAN que, a su posicionamiento tradicional, sumó la simpatía por el candidato a gobernador; el PRD fue clave para el resultado, sin él simplemente no se hubiera ganado, lo cual habla de lo correcto de su línea aliancista anteponiendo el interés de Veracruz a los propios; el PRI queda casi agónico, sin el ejecutivo y con una presencia pequeña en el Congreso, con una fuerza que se le puede diluir si adopta un papel rijoso y de poca colaboración; MORENA obtiene un resultado enorme y atípico, que no corresponde al perfil de sus candidaturas, pero sí a ser un canal muy claro de inconformidades como la de los petroleros, los maestros, los universitarios y los jubilados, entre otros sectores que, independientemente de la falta de ideas y propuestas, estuvieron dispuestos a darle sus votos.
 

Viene un escenario inédito, totalmente desconocido para todos; habrá que acostumbrarse, poco a poco, a ello; para evitar el río revuelto que aprovecha el saqueo y la delincuencia se requiere mano firme del gobernador electo, colaboración institucional del gobernador saliente y claridad de los tiempos y metas del equipo llamado a gobernar. Hay muchas materias donde se debe trabajar en lo inmediato, tanto en lo legislativo como en la administración; tal vez lo primero es atender las deudas y la seguridad; de la revisión de la deuda saldrán responsabilidades y recuperación de recursos; de la seguridad vendrán inversiones, empleo y reactivación económica. Se podrá demostrar que hay posibilidad real de practicar otro tipo de política, con espíritu democrático, incluyente, sana, democrática y útil socialmente.
 
El éxito de la alternancia tiene que ver con la transición a la democracia, ante cuya convocatoria todos deberíamos acudir, sin pretextos o posturas irreductibles. Hay que insistir que las oposiciones, PRI y MORENA, deberían asumir una postura responsable en primer lugar con sus votantes, quienes les dan la confianza, pero no cheques en blanco; los sufragios no son propiedad de los partidos, no pueden hacer lo que quieran con ellos, también tienen obligaciones que cumplir. El llamado del nuevo gobierno tiene que ser muy claro, apelar a la crisis que vivimos, ser generoso, incluyente y muy preciso en las grandes tareas que tenemos enfrente.
 
Para todos, sociedad y clase política, la alternancia plantea un reto formidable, requiere aprender a vivir en democracia; costaría un poco asumir las conductas adecuadas, el único problema es que no se cuenta con mucho tiempo para cumplir con las principales demandas ciudadanas; en ese sentido el nuevo gobierno debe colocar sus prioridades en la vida pública, dejando claro por dónde va a caminar, qué tiempos llevaría resolver los problemas y que, por su complejidad, sería materia trans sexenal
 

Pienso que si el PRD quiere jugar un papel tanto en el gobierno de coalición como en el futuro inmediato debe renovarse, deslindándose de los mercenarios que jugaron con el gobierno, depurando sus filas, no integrándose todo a la administración, reinventándose y ratificando su política de alianzas para las elecciones municipales en puerta. No la tiene fácil, en las nuevas condiciones nacionales su panorama es complicado; acá cuenta con el triunfo, si lo entiende y aprovecha positivamente puede sobrevivir.
 
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Recadito: Mi agradecimiento al equipo que me acompañó en la candidatura y mi compromiso con quienes me tuvieron la confianza con su voto.