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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Un gobernador fugaz
Miguel Molina
18 de diciembre de 2014
alcalorpolitico.com
Cuando el mundo era joven y muchos seguían siendo inocentes, nos íbamos al bar de Chencho en la avenida Américas mientras quedaba lista la edición de El Sol Veracruzano, y pedíamos un trago y Chencho servía callos a la madrileña (cuya receta aprendió cuando trabajaba en El Cantábrico de El Maño), y nos tomábamos otro trago y tal vez otro, hasta que era hora de volver al trabajo.

Pedíamos la cuenta. Pero Chencho servía tragos nuevos con una sonrisa: "Es por tu bien", decía. "Es por tu bien"... Y uno se quedaba otro ratito.

Pasó el tiempo y pasaron otras cosas. El martes, como otros días, me sorprendió en Berlín. Ese día fuimos a un concierto casi privado en la iglesia protestante de Francia, y a salvo del frío oíamos partes de la música que Händel compuso para los fuegos artificiales en honor del rey Jorge II.


Entonces me dí cuenta de que lo que Chencho nos decía y la idea de que haya un gobierno de dos años tienen el mismo fundamento, cuando menos con la información que tenemos a la mano, que no es mucho.

Nos han dicho que la reforma va a fortalecer el desarrollo democrático y social del estado, pero no han presentado ninguna evidencia de cómo va a pasar eso. La luz pública no ha visto ningún estudio, ningún análisis, nada que permita pensar que Veracruz va a pasar a una mejor vida democrática o social si las elecciones cambian de fecha y los mandatos se alteran.

La propuesta que presentó el doctor Javier Duarte para cambiar los tiempos políticos de Veracruz asegura que un gobierno breve será bueno para el estado hasta en materia de inversiones privadas y públicas. Pero tampoco hay datos duros —que tanto favorecen los economistas— para apoyar tan feliz afirmación.


Tampoco hay registro de consultas con los veracruzanos —que somos todos y no solamente algunos— sobre esta decisión que varios actores políticos han calificado de ocurrencia simplista, lesiva e imprudente en los tiempos que viven el estado y el país.

Otros (con malicia o sin ella) han señalado que la gubernatura de dos años más parece es un intento de prolongar un mandato que un cambio pertinente a la estructura política de Veracruz, cuando menos por la forma en que ha conducido el proceso.

Y otros, quizá los menos, tratan de establecer qué han hecho los últimos mandatarios de Veracruz en los dos primeros años de sus administraciones, para tener una idea aproximada de lo que puede pasar con un gobierno breve y un gobernador fugaz...


En fin. En esas cosas piensa uno, cerca y lejos. Y sabe que la invitación de Chencho se basaba en hechos tan concretos como un whisky en las rocas, y que la idea de un gobernador que dure dos años no tiene fundamento. Aunque sea para bien de uno o de todos.