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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Sísifo vive. Viva Sísifo
Miguel Molina
25 de enero de 2024
alcalorpolitico.com
Más allá de lo que ha dicho la ingeniera Rocío Nahle – que se reunió con José Azueta y tal vez con Juan Rodríguez Clara y con san Juan Evangelista – uno ve lo que está haciendo la candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz y piensa en los trabajos de Sísifo, personaje mitológico condenado a empujar a la cima de una montaña una piedra que se caía antes de llegar a su meta.

A ver. La señora se reunió no hace mucho con los productores de piña de la cuenca del Papaloapan, una de las regiones piñeras más importantes del país, y oyó lo que le dijeron, que no fue poco.

Los piñeros pidieron que se gestionen vinculación industrial y créditos para el sector, plantearon la necesidad de realizar un censo por municipio y por número de hectáreas cultivadas para vincularlos con la función pública (sic) y la industria, y solicitaron que se revisen el dragado y las concesiones de las cuencas hídricas.


En el encuentro se acordó la creación de una mesa especial para conformar un programa integral de trabajo (sic) que se va a sumar al plan nacional de la próxima presidenta de México (resic), Claudia Sheinbaum. Aistá. Asunto resuelto. Pero no.

Lo que plantearon los piñeros – y quizá van a plantear los sectores productivos de Veracruz – son temas que tenían que haberse resuelto en los cinco años de gobierno de Morena, cosas simples como la falta de un censo, o como las gestiones para vincular al sector con la industria.

El equipo de la ingeniera y la ingeniera misma parecen ignorar que ya hay datos – no muchos, pero hay – sobre el tema, porque el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ya hizo un estudio que publicó en noviembre del año pasado.


También debe haber información oficial de la secretaría del ramo sobre la situación de los piñeros y en general de todos los sectores productivos del estado, aunque quién sabe. Pero eso es ya lo de menos. Lo importante se reduce a reunirse con cada sector y que los productores digan otra vez cómo están y qué necesitan, y que el candidato (o la candidata) haga como que les oye. Todo se va a un plan nacional, y de ahí quién sabe a dónde.

El asunto piñero ilustra bien lo que pasa en el país – y en el estado – desde que los conservadores y los neoliberales estaban en el gobierno, ahora como entonces: cada seis años había que redescubrir el mundo y destruirlo para crear algo nuevo, en una tarea de nunca acabar. Sísifo vive. Viva Sísifo.

Para mejores resultados


Desde la cárcel donde purga una condena de varios años por asociación delictuosa y lavado de dinero, Javier Duarte de Ochoa da consejos políticos a la ingeniera Nahle, la tía Chío: Esta elección la tiene ganada salvo que cometa el enorme error de confiarse, dice Duarte. La soberbia de su equipo es preocupante.

Pero ni la tía Chío ni su equipo han reaccionado a la recomendación de Duarte de Ochoa, cuya carrera política lo llevó a las alturas y luego lo arrastró a la celda donde paga sus delitos. Tampoco se han distanciado de él, ni le han reclamado el tono afectuoso que usa para instruir a la candidata de Morena.

Por algo será. No hay nada de malo en tener paciencia, prudencia, verbal continencia, presencia o ausencia según conveniencia, como declaró Duarte de Ochoa cuando lo detuvieron en Guatemala. La propia Karime Macías, quien se divorció del exgobernador hace poco más de tres años, hacía la misma recomendación a los lectores de su columna: Se debe consumir a diario para mejores resultados.


Desde el balcón

Uno sale al balcón para lo estrictamente necesario, y vuelve a la sala iluminada por el sol de invierno, que alumbra pero no calienta. Allá el señor que pasa resoplando al trote por el sendero del parque, allá la pareja que camina abrazada y sin prisa, allá los pocos pájaros que se atreven a ir de una rama desnuda a otra rama desnuda en la tarde fría.

Uno sabe que pronto saldrá la luna y el jueves será llena, y quisiera tener una bolsa de seda llena de fulimiñín – como la que llevó Gustavo Salazar en su exilio a España – para saber a dónde va la Patria, y por qué, y hasta dónde va a llegar, y qué pasará con ella. Pero no hay. Uno ve el mundo desde el balcón, aunque sabe que está del otro lado del vidrio. Y tiembla.