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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Les queda un año
Miguel Molina
30 de noviembre de 2023
alcalorpolitico.com
Uno oye hablar a los funcionarios. Emmanuel Vargas Barrientos, encargado del despacho de la secretaría de Educación de Veracruz, se sentó frente un grupo de diputados y soltó cifras: se invirtieron mil ochocientos nueve millones veintiséis mil veinte pesos – aunque no se sabe en cuánto tiempo – en la construcción y la rehabilitación de trescientas treinta y dos escuelas y ocho complejos deportivos.

Y de ahí en adelante. Millones aquí, millones allá, millones acullá, gracias al trabajo incansable del exsecretario Zenyazen Escobar García, quien – según el encargado del despacho – revalorizó a los ciento treinta y seis mil setecientos setenta y un docentes, y cumplió con los dos millones cuarenta y cinco mil estudiantes que van a veintitrés mil novecientas ochenta y tres escuelas.

Hasta ahí iba bien. Olvidó – o no quiso – mencionar casos como los de la sierra de Zongolica, donde en muchas escuelas hace falta cuando menos un maestro, según Liborio Panzo Sánchez, líder natural de la comunidad de Chicomapa: hacen falta maestros en todos los grados, desde preescolar a bachillerato.


Chicomapa es uno de muchos casos en el estado. Vargas Barrientos reconoció que en Veracruz hacen falta dos mil ochocientos ochenta y siete profesores de educación básica y seiscientos noventa y dos en educación superior. El déficit – declaró el funcionario – fue originado por las administraciones anteriores "que aplicaron cambios, movimientos o asignaciones de personal docente sin ninguna planeación", una vaina que nadie ha podido desenredar en los cinco años que van de este gobierno: los responsables son otros.

Si no tuviera que hacer cosas más importantes y más interesantes, me pondría a comparar las transcripciones de las comparecencias de los secretarios de cada ramo ante las legislaturas que han sido en los últimos quince años. Pero no hay que leerlo para comprobarlo: cada año de cada sexenio todo iba mejor que antes, el sector iba bien, de maravilla. No había problemas aunque hubiera.

En fin. Bienvenido quien logre descifrar cuánto a quién, y dónde y cómo, en la danza de millones que deslumbró a la bancada oficial pero no convenció a la oposición. Y de ahí en adelante. Quién sabe quién se dio cuenta de que entre tantos números es fácil perder de vista a quienes no tienen acceso a nada todavía, que no tienen escuela ni profesor, ni ninguna otra cosa. Son pocos pero son.


Hubo dinero (quinientos diez millones de pesos) para un estadio de futbol y (setecientos veintiocho millones) para un complejo deportivo, y todavía quedan escuelas sin aulas, aulas sin techo ni paredes, ni profesores ni mucha esperanza en el futuro. Como recomienda el clásico: habría que atender primero lo urgente y luego lo importante. Les queda un año para seguir echando la culpa de lo que pasa a las administraciones pasadas.

Desde el balcón

En tardes como esta, la malta se bebe a sorbos de este lado del ventanal, a salvo del frío que vino a ver qué onda y se encontró a sí mismo. Anochece temprano, con cielos grises de miércoles, y quedan ecos del piano que toca algo semejante a Chopin en alguna parte del edificio.


Uno piensa en Luis Arturo Pérez Fraga, El Pollo de todos, que sufre en Veracruz un mal mayor sin desaliento. Desde acá, uno alza la copa de malta en la dirección general del puerto, y de un lado del mundo al otro brinda por él y por lo que ha vivido, y por lo que ha hecho, bueno y malo, y porque a fin de cuentas es un hombre sencillamente feliz. Salud, Pollo, un abrazo.