10 de junio de 2024
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Threads: @helíherrerahernández
(X) HELÍHERRERA.ES
Terminados los cómputos de la elección federal, podemos ya confirmar varias predicciones que nos atrevimos a dar, antes del 2 de junio, tomando en cuenta el análisis serio y profundo del proceso electoral, y de la correlación de fuerzas que se desprendía del mismo. Comienzo hoy con éste del PRD.
El Partido de la Revolución Democrática perderá su registro nacional como partido político. Aquel instituto que surgió en 1989 al llamado del excandidato a la presidencia de la república Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que aglutinó a infinidad de hombres y mujeres de los partidos Mexicano Socialista, del Partido Mexicano de los Trabajadores, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Trotskista PRT y varios partidos estatales y asociaciones políticas a lo largo y ancho de México, y que se convirtió en una verdadera alternativa para el pueblo de México en la década de los 90, y todavía al inicio del nuevo siglo, ha fenecido, enterrado por sus propios fundadores, por sus ambiciones y por su pérdida de rumbo político. Al poner sus intereses personales por encima de los que la nación requería. Terminaron por sepultarlo.
Todavía recuerdo cuando en aquellos años todo mundo abandonaba sus militancias para irse al PRD, augurándole el triunfo de la presidencia de la república y su permanencia en ella por varias décadas, sin avizorar las luchas intestinas que se desatarían entre ese coctel de ideologías y ambiciones. Allí está, como registra la historia de un Andrés Manuel López Obrador abandonando su partido el PRI, después de hacer campaña política por Carlos Salinas de Gortari, para irse a ese nuevo partido, al igual que miles de los que hoy están en MORENA.
Lo empecé a escribir a mediados de 1990 y allí están mis artículos en las hemerotecas de varios periódicos, recopilados además muchos de esos en dos de mis libros >Voces de mis tiempos<, donde afirmo que ese partido político desparecería, producto de la ausencia de principios de sus máximos dirigentes, que lo mismo hacían alianza con la derecha ultraconservadora, que, con la iglesia y grupos económicos poderosos, alejados totalmente de su declaración de ser un partido de izquierda. ¡Eran todo, menos eso!
Hoy sus errores, sus bastardas ambiciones, sus tribus cuyos dirigentes se enriquecieron, su ayuno de construir una democracia y patria para todos, como su lema decía, su divorcio con su declaración de principios, el sentirse divinos, tocados por dios porque les afirmaban a otros partidos políticos que la tierra giraba en torno al PRD, y que si había que hacer alianza era tan solo para apoyar a sus dirigentes que iban como candidatos, les ha costado lo que les auguré desde hace tiempo. El PRD ha perdido su registro como partido político nacional, sepultado por ellos mismos.
Y dejo para la posteridad la siguiente predicción, que en otras entregas en este medio las describiré: igual proceso sufrirá MORENA, en principio porque sus fundadores serán rebasados a partir del 2030 por los malos priistas que han llegado allí, que ya son gobernadores, y otros se ubican en cargos públicos trascendentales, así como dentro de las dirigencias partidarias nacional y estatales. Su ADN priísta de marrulleros, ambiciosos vulgares y varios de ellos apátridas, terminarán destruyendo a ese partido, si no es que antes, si lamentablemente faltara AMLO.
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Terminados los cómputos de la elección federal, podemos ya confirmar varias predicciones que nos atrevimos a dar, antes del 2 de junio, tomando en cuenta el análisis serio y profundo del proceso electoral, y de la correlación de fuerzas que se desprendía del mismo. Comienzo hoy con éste del PRD.
El Partido de la Revolución Democrática perderá su registro nacional como partido político. Aquel instituto que surgió en 1989 al llamado del excandidato a la presidencia de la república Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que aglutinó a infinidad de hombres y mujeres de los partidos Mexicano Socialista, del Partido Mexicano de los Trabajadores, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Trotskista PRT y varios partidos estatales y asociaciones políticas a lo largo y ancho de México, y que se convirtió en una verdadera alternativa para el pueblo de México en la década de los 90, y todavía al inicio del nuevo siglo, ha fenecido, enterrado por sus propios fundadores, por sus ambiciones y por su pérdida de rumbo político. Al poner sus intereses personales por encima de los que la nación requería. Terminaron por sepultarlo.
Todavía recuerdo cuando en aquellos años todo mundo abandonaba sus militancias para irse al PRD, augurándole el triunfo de la presidencia de la república y su permanencia en ella por varias décadas, sin avizorar las luchas intestinas que se desatarían entre ese coctel de ideologías y ambiciones. Allí está, como registra la historia de un Andrés Manuel López Obrador abandonando su partido el PRI, después de hacer campaña política por Carlos Salinas de Gortari, para irse a ese nuevo partido, al igual que miles de los que hoy están en MORENA.
Lo empecé a escribir a mediados de 1990 y allí están mis artículos en las hemerotecas de varios periódicos, recopilados además muchos de esos en dos de mis libros >Voces de mis tiempos<, donde afirmo que ese partido político desparecería, producto de la ausencia de principios de sus máximos dirigentes, que lo mismo hacían alianza con la derecha ultraconservadora, que, con la iglesia y grupos económicos poderosos, alejados totalmente de su declaración de ser un partido de izquierda. ¡Eran todo, menos eso!
Hoy sus errores, sus bastardas ambiciones, sus tribus cuyos dirigentes se enriquecieron, su ayuno de construir una democracia y patria para todos, como su lema decía, su divorcio con su declaración de principios, el sentirse divinos, tocados por dios porque les afirmaban a otros partidos políticos que la tierra giraba en torno al PRD, y que si había que hacer alianza era tan solo para apoyar a sus dirigentes que iban como candidatos, les ha costado lo que les auguré desde hace tiempo. El PRD ha perdido su registro como partido político nacional, sepultado por ellos mismos.
Y dejo para la posteridad la siguiente predicción, que en otras entregas en este medio las describiré: igual proceso sufrirá MORENA, en principio porque sus fundadores serán rebasados a partir del 2030 por los malos priistas que han llegado allí, que ya son gobernadores, y otros se ubican en cargos públicos trascendentales, así como dentro de las dirigencias partidarias nacional y estatales. Su ADN priísta de marrulleros, ambiciosos vulgares y varios de ellos apátridas, terminarán destruyendo a ese partido, si no es que antes, si lamentablemente faltara AMLO.