23 de marzo de 2022
alcalorpolitico.com
*Vandalismo saqueador
*Los motivos del lobo
*Furia transportista
De paso los transportistas, que con todo y las pesadas unidades de carga pesada desfilan por las carreteras de gran parte del país, escenarios de rabia, cansancio y protesta ante los ya inaguantables niveles delincuenciales, hechos que se registran mientras las autoridades sostienen que operan eficientes y suficientes cuerpos de seguridad, versión que se convierte en mascarada cuando cotidianamente en las carreteras se ejecutan actos delincuenciales, lo que no es novedoso para el conglomerado social y, ya de tiempo atrás, viene originando protestas tanto del sector empresarial relacionado con el transporte, como por parte de los conductores de vehículos y obviamente sus familiares.
Los datos en poder de las organizaciones de transportistas, dejan en claro que se transita por una de las etapas de mayor riesgo para los conductores, ello como efectos directos que reflejan en la actualidad los incrementos en los niveles de peligrosidad, que de hecho se encuentran plenamente confirmados por las agresiones registradas cotidianamente hacia ese sector, el cual, frente a los entornos de crecientes niveles de riesgo, reclaman tanto a los empresarios como a las instituciones gubernamentales pertinentes, el que se realicen acciones eficientes y contundentes, que verdaderamente conduzcan al país, con clara notoriedad, hacia un decrecimiento en los rangos de inseguridad, mismo que incontenible hoy se registra en nuestras carreteras.
Está claro que el problema de inseguridad que persiste, e incluso se incrementa en las diversas rutas que nutren el mapa de carreteras en el país, han sido otras de las “promesas y programas no cumplidos en los marcos de la Cuarta Transformación” y, resultado de ello, es que muchos son los reconocidos especialistas y expertos en la materia que enmarcan como realmente incomprensible que tales impactos de elevados efectos sociales, económicos e incluso directamente al interior de numerosas familias, se mantengan distantes de la energía y la capacidad de acción que los cuerpos de seguridad (especializados para ello) pareciera que han desgastado su capacidad de respuesta y, por lo mismo, su eficacia para recuperar mayores niveles de seguridad en las vías de comunicación.
Paralelamente a ello también se advierten ineficacias en los renglones de investigación, que se ha convertido en ineficiente sobre hechos delincuenciales sobre las vías comunicación, lo que origina como lógicos reflejos entre el sector de transportistas, lo que en la actualidad ya se empieza a registrar con mayor energía y determinación: caravanas gigantescas de conductores que con todo y las unidades que ellos operan, emprenden “peregrinaciones” pero no de oración, sino de reclamo, demandando que las autoridades otorguen valor a las leyes y se extermine de tierras mexicanas el cotidiano pillaje, al que se agrega la agresión contra trabajadores del volante e incluso pasajeros, que se ven obligados a permanecer horas sin movimiento, como efectos colaterales tanto de la ineficacia en el cobro de casetas, como por los frecuentes hechos delincuenciales que se suscitan en las vías de comunicación, lo que ya no resulta extraño, precisamente porque las autoridades reflejan su incompetencia para superar tales aberraciones... Nada fácil los patéticos panoramas por los que atraviesa el país... ¿Hasta cuándo?
Lo que se lee
Cierto es que el Gobierno de Veracruz, primordialmente por conducto de la Secretaría de Educación, en coordinación con áreas de obras públicas, así como con el apoyo de los municipios y todo bajo los lineamientos del gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, han emprendido sobresalientes obras de restauración de espacios escolares, que mayormente fueron afectados por el descuido de autoridades locales y directivos escolares, abandono que obviamente fue aprovechado por los habituales depredadores...
Por el lamentable panorama se requiere de obras de restauración significativas y notorias por su costo, todo porque tales centros escolares de plano fueron saqueados por ladrones, a la vez que dañados sin obtener ningún provecho de lo mal habido, sino sólo destruir para causar frustración, lo que apunta sobre los rangos de la descomposición social que, de verdad, no es menor ante lo registrado en tierras veracruzanas...
Rotundamente los veracruzanos confirmamos (con tales escenarios) que hemos topado con el vandalismo, pero... ¿y las autoridades responsables de vigilar el orden y salvaguardar el patrimonio del pueblo?
Lo que se ve
Y efectivamente, si a la depredación que está hermanada con el robo, le agregamos los escenarios espantosos de la pederastia, el asalto bajo amenaza de muerte, el silencioso pero irritante robo, el imperdonable secuestro y la extorsión, así como el tráfico de estupefacientes, habremos de entender lo que un poeta identificó como “los motivos del lobo”...
Aquel que, obligado por inercia y desesperanza a la autodefensa, tiende también hacia la violencia, cual víctima de la descomposición social, todo ello porque quienes gobiernan, no cumplen con los rangos de eficacia, pronta y expedita para generar productividad, que a la vez conduzca al desarrollo sustentable, así como hacia la paz y tranquilidad, que todo núcleo social requiere para su desarrollo integral.
Lo que se oye
Lo que se escucha entre los trabajadores y empresarios del transporte es exactamente lo mismo que se externa entre millones de familias mexicanas:
“En las carreteras de México, todos los días asaltan, secuestran y asesinan” escenario más que suficiente para entender y dimensionar el por qué hoy vivimos enérgicas y molestas protestas en las carreteras de nuestro país, lo que obviamente registrará efectos negativos en el vecino país del norte, en el cual también repercuten los impactos no gratos por los elevados rangos de inseguridad e inestabilidad en el territorio mexicano.
*Los motivos del lobo
*Furia transportista
De paso los transportistas, que con todo y las pesadas unidades de carga pesada desfilan por las carreteras de gran parte del país, escenarios de rabia, cansancio y protesta ante los ya inaguantables niveles delincuenciales, hechos que se registran mientras las autoridades sostienen que operan eficientes y suficientes cuerpos de seguridad, versión que se convierte en mascarada cuando cotidianamente en las carreteras se ejecutan actos delincuenciales, lo que no es novedoso para el conglomerado social y, ya de tiempo atrás, viene originando protestas tanto del sector empresarial relacionado con el transporte, como por parte de los conductores de vehículos y obviamente sus familiares.
Los datos en poder de las organizaciones de transportistas, dejan en claro que se transita por una de las etapas de mayor riesgo para los conductores, ello como efectos directos que reflejan en la actualidad los incrementos en los niveles de peligrosidad, que de hecho se encuentran plenamente confirmados por las agresiones registradas cotidianamente hacia ese sector, el cual, frente a los entornos de crecientes niveles de riesgo, reclaman tanto a los empresarios como a las instituciones gubernamentales pertinentes, el que se realicen acciones eficientes y contundentes, que verdaderamente conduzcan al país, con clara notoriedad, hacia un decrecimiento en los rangos de inseguridad, mismo que incontenible hoy se registra en nuestras carreteras.
Está claro que el problema de inseguridad que persiste, e incluso se incrementa en las diversas rutas que nutren el mapa de carreteras en el país, han sido otras de las “promesas y programas no cumplidos en los marcos de la Cuarta Transformación” y, resultado de ello, es que muchos son los reconocidos especialistas y expertos en la materia que enmarcan como realmente incomprensible que tales impactos de elevados efectos sociales, económicos e incluso directamente al interior de numerosas familias, se mantengan distantes de la energía y la capacidad de acción que los cuerpos de seguridad (especializados para ello) pareciera que han desgastado su capacidad de respuesta y, por lo mismo, su eficacia para recuperar mayores niveles de seguridad en las vías de comunicación.
Paralelamente a ello también se advierten ineficacias en los renglones de investigación, que se ha convertido en ineficiente sobre hechos delincuenciales sobre las vías comunicación, lo que origina como lógicos reflejos entre el sector de transportistas, lo que en la actualidad ya se empieza a registrar con mayor energía y determinación: caravanas gigantescas de conductores que con todo y las unidades que ellos operan, emprenden “peregrinaciones” pero no de oración, sino de reclamo, demandando que las autoridades otorguen valor a las leyes y se extermine de tierras mexicanas el cotidiano pillaje, al que se agrega la agresión contra trabajadores del volante e incluso pasajeros, que se ven obligados a permanecer horas sin movimiento, como efectos colaterales tanto de la ineficacia en el cobro de casetas, como por los frecuentes hechos delincuenciales que se suscitan en las vías de comunicación, lo que ya no resulta extraño, precisamente porque las autoridades reflejan su incompetencia para superar tales aberraciones... Nada fácil los patéticos panoramas por los que atraviesa el país... ¿Hasta cuándo?
Lo que se lee
Cierto es que el Gobierno de Veracruz, primordialmente por conducto de la Secretaría de Educación, en coordinación con áreas de obras públicas, así como con el apoyo de los municipios y todo bajo los lineamientos del gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, han emprendido sobresalientes obras de restauración de espacios escolares, que mayormente fueron afectados por el descuido de autoridades locales y directivos escolares, abandono que obviamente fue aprovechado por los habituales depredadores...
Por el lamentable panorama se requiere de obras de restauración significativas y notorias por su costo, todo porque tales centros escolares de plano fueron saqueados por ladrones, a la vez que dañados sin obtener ningún provecho de lo mal habido, sino sólo destruir para causar frustración, lo que apunta sobre los rangos de la descomposición social que, de verdad, no es menor ante lo registrado en tierras veracruzanas...
Rotundamente los veracruzanos confirmamos (con tales escenarios) que hemos topado con el vandalismo, pero... ¿y las autoridades responsables de vigilar el orden y salvaguardar el patrimonio del pueblo?
Lo que se ve
Y efectivamente, si a la depredación que está hermanada con el robo, le agregamos los escenarios espantosos de la pederastia, el asalto bajo amenaza de muerte, el silencioso pero irritante robo, el imperdonable secuestro y la extorsión, así como el tráfico de estupefacientes, habremos de entender lo que un poeta identificó como “los motivos del lobo”...
Aquel que, obligado por inercia y desesperanza a la autodefensa, tiende también hacia la violencia, cual víctima de la descomposición social, todo ello porque quienes gobiernan, no cumplen con los rangos de eficacia, pronta y expedita para generar productividad, que a la vez conduzca al desarrollo sustentable, así como hacia la paz y tranquilidad, que todo núcleo social requiere para su desarrollo integral.
Lo que se oye
Lo que se escucha entre los trabajadores y empresarios del transporte es exactamente lo mismo que se externa entre millones de familias mexicanas:
“En las carreteras de México, todos los días asaltan, secuestran y asesinan” escenario más que suficiente para entender y dimensionar el por qué hoy vivimos enérgicas y molestas protestas en las carreteras de nuestro país, lo que obviamente registrará efectos negativos en el vecino país del norte, en el cual también repercuten los impactos no gratos por los elevados rangos de inseguridad e inestabilidad en el territorio mexicano.