9 de mayo de 2022
alcalorpolitico.com
*Valentonadas palaciegas
*¿Dónde sembramos vida?
*Mujeres en el poder
Tengo muy presente que de muy joven (pongámosle para que suene de verdad distante “más de medio siglo”) cuando entre núcleos de periodistas dialogábamos sobre los augurios de la amenaza que representaba el cambio climático, con recurrencia escucha voces que referían “no adelantes vísperas, ése no es problema para nosotros, sino que ya sabrán nuestros descendientes lo que tendrán que hacer”... En ese mismo contexto se argumentaba que el avance tecnológico (entre el que se vislumbraban los gigantescos pasos que registraría la entonces incipiente cibernética) permitirían a las venideras generaciones (o sea a nuestros hijos y nietos) el desarrollar las formulas tecnológicas requeridas para recuperar la calidad del medio ambiente y restaurar todo lo que en sus entornos se requeriría en beneficio del rescate ambiental...
Hoy... cuando un significativo número de quienes entablábamos tales augurios (preñados de optimismo) han partido hacia otras dimensiones y... aquellos que aún quedamos transitamos por la que habrá de ser nuestra última etapa de vida sobre la faz de la tierra, advertimos que aquellos augurios dotados de positivo optimismo, nos refieren millones de semillas de esperanza y errático optimismo, sembradas a la luz de positivas reflexiones pero inapropiadamente cultivadas, advierto en nuestros días por las propias experiencias sobre el tema, que efectivamente “árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”.
Y es que efectivamente no son los volcanes en erupción, no son los intensos rayos del sol, no son incluso las plagas ni tampoco las pandemias (hoy nuevamente tan de moda) las que originan los mayores desastres sobre la faz de la tierra, debe quedarnos muy claro que nuestras más destructivas amenazas, por sobre todo ello (incluyendo los soplos del huracán que dejaron sentencia escrita) son el resultado de quienes hemos depredado los bosques, de aquellos que hemos contaminado mantos acuíferos y el propio aire que respiramos, arrojando polución con millones de vehículos sobre la faz de la tierra...
Nuestra capacidad depredadora extermina la limpieza de los mares y hemos sido de niveles tan irresponsables, que el subsuelo sobre el que se encuentran nuestras viviendas, nuestros negocios, nuestros parques y nuestras escuelas y templos, también reciben descargas de aguas elevadamente contaminadas que formar parte de nuestros desechos contaminados.
Cielo, mares y todo lo que se encuentre a nuestro alcance lo hemos contaminado y transformado negativamente, hasta nuestra forma de gobernar la “hemos transformado” para no perder la costumbre y originar “más de lo mismo, o peor que lo anterior”... Siempre hemos tenido presente que es el hombre (y la mujer) los únicos que tropezamos con la misma piedra y, entre los mayores obstáculos que afrontamos para superar la contaminación, se encuentra la incompetencia, la ineficacia y el contubernio entre autoridades y “quienes detentan poderes”: El económico, el laboral, el gubernamental, el judicial... Todos bailando al mismo son y practicando los desgastados usos y costumbres, que “engrandecen nuestros yerros” entre ello la creciente amenaza climática.
Lo que se lee
Más que fortalecer el espíritu de solidaridad que de hecho el pueblo de México, de siempre ha mostrado (no con los pasados y actuales gobernantes dictatoriales, de perfiles retrogradas y aberrantes) de países como los de Venezuela y muy singularmente Cuba, la gira del Presidente de México por dichas tierras constituye el claro reflejo del apego que en los actuales círculos gubernamentales mexicanos, existen precisamente hacia tendencias antidemocráticas, escenarios registrados en el transcurrir de los últimos días que vuelven a encender las luces de alarma entre los sectores productivos mexicanos, al tiempo que alientan la tensión entre los más poderosos países de América, como los son el de Estados Unidos y Canadá, naciones en los que reaparecen “las miradas de reojo” de Norteamericanos hacia las posturas que se están asumiendo en tierras mexicanas.
Con frecuencia en México estamos olvidando que cuando en Estados Unidos estornudan, en México ya estamos afrontando cuatros de pulmonía, primordialmente en lo referente a economía y desarrollo integral... Refería Don Quijote de la Mancha: “Más sabe el necio en su casa, que el cuerdo en la ajena”.
Lo que se ve
Con mayor recurrencia, con más clara notabilidad y con efectos de superior impacto que los registrados en el pasado, las temporadas de sequía en tierras mexicanas y muchos otros puntos del planeta, otorgan claro testimonio de que cuando disponemos de agua, no contamos con tuberías suficientes y áreas para reservas, misma que cuando se presente la escasez, permitan disponer de las reservas requeridas para afrontar el estiaje.
Sin embargo, lo que no escasea son las decenas de expresiones que almacenan los gobernantes en su memoria para “justificar” lo que debe ser considerado como injustificable, tal y como lo es la reducción de zonas boscosas criminalmente deforestadas, actividad aberrante que de siempre ha sido tolerada por elementos responsables de hacer cumplir las leyes forestales, mismos que con frecuencia se transforman en “socios de los depredadores” incrementando sus ingresos, al tiempo que, ya sin honorabilidad traicionan los fines para los que fueron capacitados y contratados.
Nada se ha logrado de manera destacada en lo relativo al programa “Sembrando Vida” porque, mientras por un lado se aplica, por otro se desaplica, historia de ayer y hoy que regularmente han encabezado las autoridades mexicanas... ¿Hasta cuándo?
Lo que se oye
En su mayoría de manera claramente multitudinaria, los integrantes de la sociedad sostienen el criterio que proviene de nuestros propios orígenes, en el sentido de que el hombre lo es por sus propias características físicas, el lado fuerte de la humanidad, al igual que las mujeres podrían considerase (por la diferencia con el hombre en sus órganos reproductivos) como “el sagrado recinto de la creación de la reproducción”.
Simple y sencillamente se sostiene la tesis de que el hombre no puede ser igual a las mujeres, porque las mujeres físicamente son distintas a los hombres, ellas poseen el sagrado proceso de reproducción cuando nosotros (los hombres) sólo participamos, por lo que ya es tiempo de empoderar al sector femenino en renglones de elevadas tareas y ello hace pensar en la cercana posibilidad de que una mujer no sólo gobierne al Estado de Veracruz, sino que incluso despache en la silla presidencial... El tema en nade debe considerarse como ocioso. Al tiempo y ya veremos.
*¿Dónde sembramos vida?
*Mujeres en el poder
Tengo muy presente que de muy joven (pongámosle para que suene de verdad distante “más de medio siglo”) cuando entre núcleos de periodistas dialogábamos sobre los augurios de la amenaza que representaba el cambio climático, con recurrencia escucha voces que referían “no adelantes vísperas, ése no es problema para nosotros, sino que ya sabrán nuestros descendientes lo que tendrán que hacer”... En ese mismo contexto se argumentaba que el avance tecnológico (entre el que se vislumbraban los gigantescos pasos que registraría la entonces incipiente cibernética) permitirían a las venideras generaciones (o sea a nuestros hijos y nietos) el desarrollar las formulas tecnológicas requeridas para recuperar la calidad del medio ambiente y restaurar todo lo que en sus entornos se requeriría en beneficio del rescate ambiental...
Hoy... cuando un significativo número de quienes entablábamos tales augurios (preñados de optimismo) han partido hacia otras dimensiones y... aquellos que aún quedamos transitamos por la que habrá de ser nuestra última etapa de vida sobre la faz de la tierra, advertimos que aquellos augurios dotados de positivo optimismo, nos refieren millones de semillas de esperanza y errático optimismo, sembradas a la luz de positivas reflexiones pero inapropiadamente cultivadas, advierto en nuestros días por las propias experiencias sobre el tema, que efectivamente “árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”.
Y es que efectivamente no son los volcanes en erupción, no son los intensos rayos del sol, no son incluso las plagas ni tampoco las pandemias (hoy nuevamente tan de moda) las que originan los mayores desastres sobre la faz de la tierra, debe quedarnos muy claro que nuestras más destructivas amenazas, por sobre todo ello (incluyendo los soplos del huracán que dejaron sentencia escrita) son el resultado de quienes hemos depredado los bosques, de aquellos que hemos contaminado mantos acuíferos y el propio aire que respiramos, arrojando polución con millones de vehículos sobre la faz de la tierra...
Nuestra capacidad depredadora extermina la limpieza de los mares y hemos sido de niveles tan irresponsables, que el subsuelo sobre el que se encuentran nuestras viviendas, nuestros negocios, nuestros parques y nuestras escuelas y templos, también reciben descargas de aguas elevadamente contaminadas que formar parte de nuestros desechos contaminados.
Cielo, mares y todo lo que se encuentre a nuestro alcance lo hemos contaminado y transformado negativamente, hasta nuestra forma de gobernar la “hemos transformado” para no perder la costumbre y originar “más de lo mismo, o peor que lo anterior”... Siempre hemos tenido presente que es el hombre (y la mujer) los únicos que tropezamos con la misma piedra y, entre los mayores obstáculos que afrontamos para superar la contaminación, se encuentra la incompetencia, la ineficacia y el contubernio entre autoridades y “quienes detentan poderes”: El económico, el laboral, el gubernamental, el judicial... Todos bailando al mismo son y practicando los desgastados usos y costumbres, que “engrandecen nuestros yerros” entre ello la creciente amenaza climática.
Lo que se lee
Más que fortalecer el espíritu de solidaridad que de hecho el pueblo de México, de siempre ha mostrado (no con los pasados y actuales gobernantes dictatoriales, de perfiles retrogradas y aberrantes) de países como los de Venezuela y muy singularmente Cuba, la gira del Presidente de México por dichas tierras constituye el claro reflejo del apego que en los actuales círculos gubernamentales mexicanos, existen precisamente hacia tendencias antidemocráticas, escenarios registrados en el transcurrir de los últimos días que vuelven a encender las luces de alarma entre los sectores productivos mexicanos, al tiempo que alientan la tensión entre los más poderosos países de América, como los son el de Estados Unidos y Canadá, naciones en los que reaparecen “las miradas de reojo” de Norteamericanos hacia las posturas que se están asumiendo en tierras mexicanas.
Con frecuencia en México estamos olvidando que cuando en Estados Unidos estornudan, en México ya estamos afrontando cuatros de pulmonía, primordialmente en lo referente a economía y desarrollo integral... Refería Don Quijote de la Mancha: “Más sabe el necio en su casa, que el cuerdo en la ajena”.
Lo que se ve
Con mayor recurrencia, con más clara notabilidad y con efectos de superior impacto que los registrados en el pasado, las temporadas de sequía en tierras mexicanas y muchos otros puntos del planeta, otorgan claro testimonio de que cuando disponemos de agua, no contamos con tuberías suficientes y áreas para reservas, misma que cuando se presente la escasez, permitan disponer de las reservas requeridas para afrontar el estiaje.
Sin embargo, lo que no escasea son las decenas de expresiones que almacenan los gobernantes en su memoria para “justificar” lo que debe ser considerado como injustificable, tal y como lo es la reducción de zonas boscosas criminalmente deforestadas, actividad aberrante que de siempre ha sido tolerada por elementos responsables de hacer cumplir las leyes forestales, mismos que con frecuencia se transforman en “socios de los depredadores” incrementando sus ingresos, al tiempo que, ya sin honorabilidad traicionan los fines para los que fueron capacitados y contratados.
Nada se ha logrado de manera destacada en lo relativo al programa “Sembrando Vida” porque, mientras por un lado se aplica, por otro se desaplica, historia de ayer y hoy que regularmente han encabezado las autoridades mexicanas... ¿Hasta cuándo?
Lo que se oye
En su mayoría de manera claramente multitudinaria, los integrantes de la sociedad sostienen el criterio que proviene de nuestros propios orígenes, en el sentido de que el hombre lo es por sus propias características físicas, el lado fuerte de la humanidad, al igual que las mujeres podrían considerase (por la diferencia con el hombre en sus órganos reproductivos) como “el sagrado recinto de la creación de la reproducción”.
Simple y sencillamente se sostiene la tesis de que el hombre no puede ser igual a las mujeres, porque las mujeres físicamente son distintas a los hombres, ellas poseen el sagrado proceso de reproducción cuando nosotros (los hombres) sólo participamos, por lo que ya es tiempo de empoderar al sector femenino en renglones de elevadas tareas y ello hace pensar en la cercana posibilidad de que una mujer no sólo gobierne al Estado de Veracruz, sino que incluso despache en la silla presidencial... El tema en nade debe considerarse como ocioso. Al tiempo y ya veremos.