12 de julio de 2022
alcalorpolitico.com
1.- Más allá de los dimes y diretes por la “presunta investigación” al ex presidente Enrique Peña Nieto por los también presuntos delitos de los que pueda ser acusado, por una parte, y por la otra los escarceos contra Alejandro Moreno Cárdenas, algo ha quedado en la realidad mexicana: son fuegos artificiales para saber hasta dónde es posible que alumbren en la oscuridad de alguna noche de fiesta.
El asunto es que los chinampines truenen a costa de quien sea.
Visto como está, la muerte y cremación de los restos del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, sólo desenterraron antiguos rencores de opinadores que en vida de quien fuera el jefe del Poder Ejecutivo federal, no se atrevieron a escribir lo que ahora, muerto el exejecutivo federal, sueltan a carretadas, como si ahora importara. A don Luis Echeverría Álvarez sólo la historia lo juzgará con más rigor que con lo que se conocen los pasados de sus días de presidente de la república.
2.- Al México de ahora debe importarle el por qué los alimentos básicos aumentan sin freno alguno y lo que fue la canasta básica ahora es una aspiración que quedó en buenos deseos. Las autoridades responsables de vigilar que los precios no sean sobre valorados por quienes los cobran en pequeños o grandes negocios, y rebasen las posibilidades de pago de los mexicanos, o también han sido rebasadas o de plano, les importa un comino lo que suceda en la economía nacional.
3.- A partir de hoy la atención nacional estará centrada en lo que suceda por la visita del presidente López Obrador a la Casa Blanca en Washington.
Es una visita que interesa a todos los mexicanos habida cuenta de la temática de la migración y sus consecuencias para los dos países.
4.- Y mientras aquí, en las calles de la ciudad capital de la república, centenares de operadores políticos de la Ciudad de México cerraron filas con Ricardo Monreal Ávila para impulsarlo como candidato presidencial, con la línea de buscar la reconciliación del país. ¿No son actos anticipados de campaña?
Convocados a una reunión privada en un restaurante al sur de la Ciudad de México, los impulsores de la candidatura monrealista en la capital del país, rebasaron la capacidad de la plaza de toros que forma parte del restaurante.
“No me voy a confrontar con el presidente López Obrador nunca. No me voy a pelear con la historia; no me voy a confrontar con la historia, pero voy a defender en lo que pienso y en lo que creo y vamos a ir hasta el final del camino, a correrlo por el bien del país”, expresó Monreal Ávila.
En esta ocasión sin pancartas, sin playeras, sin gorras que tuvieran el nombre de Monreal Ávila, la reunión mostró los apoyos con porras y música, como una balada rítmica que destaca la personalidad de Ricardo Monreal. Ahí se estrenó el rap que canta el propio Monreal y que es una crónica de su vida política.
Ahí, junto con él, estaban diversos legisladores federales, como Eduardo Ramírez Aguilar, Gabriela Jiménez y Soledad Luévano, del Senado.
“¡Presidente! ¡Presidente!”, gritaron una y otra vez los seguidores del también ex jefe delegacional de Cuauhtémoc.
“Creemos en la reconciliación. Yo quiero ser el presidente de la reconciliación nacional. Yo quiero ser el presidente que atenúe los efectos de la confrontación. Yo quiero ser el presidente que concilie a los sectores, porque soy de los que piensa que podemos llegar al mismo puerto, al mismo destino, con acuerdos y con consensos, dijo Monreal.
“No necesitamos una confrontación permanente en nuestra sociedad. Es más, creo que Morena no debe alejarse de la clase media, porque la clase media, a la que todos pertenecemos, fue la que le dio el triunfo a Morena. No debemos alejarnos tampoco de los académicos, de los universitarios, ni siquiera de los empresarios. No podemos alejarnos de las asociaciones religiosas. No podemos alejarnos de los sectores que nos apoyaron y nos respaldaron toso estos años de lucha”, destacó.
Y anunció que esta misma semana dará a conocer su plan de gobierno en sus redes sociales, para que todos los interesados lo enriquezcan.
¿No que no don Simón?
El asunto es que los chinampines truenen a costa de quien sea.
Visto como está, la muerte y cremación de los restos del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, sólo desenterraron antiguos rencores de opinadores que en vida de quien fuera el jefe del Poder Ejecutivo federal, no se atrevieron a escribir lo que ahora, muerto el exejecutivo federal, sueltan a carretadas, como si ahora importara. A don Luis Echeverría Álvarez sólo la historia lo juzgará con más rigor que con lo que se conocen los pasados de sus días de presidente de la república.
2.- Al México de ahora debe importarle el por qué los alimentos básicos aumentan sin freno alguno y lo que fue la canasta básica ahora es una aspiración que quedó en buenos deseos. Las autoridades responsables de vigilar que los precios no sean sobre valorados por quienes los cobran en pequeños o grandes negocios, y rebasen las posibilidades de pago de los mexicanos, o también han sido rebasadas o de plano, les importa un comino lo que suceda en la economía nacional.
3.- A partir de hoy la atención nacional estará centrada en lo que suceda por la visita del presidente López Obrador a la Casa Blanca en Washington.
Es una visita que interesa a todos los mexicanos habida cuenta de la temática de la migración y sus consecuencias para los dos países.
4.- Y mientras aquí, en las calles de la ciudad capital de la república, centenares de operadores políticos de la Ciudad de México cerraron filas con Ricardo Monreal Ávila para impulsarlo como candidato presidencial, con la línea de buscar la reconciliación del país. ¿No son actos anticipados de campaña?
Convocados a una reunión privada en un restaurante al sur de la Ciudad de México, los impulsores de la candidatura monrealista en la capital del país, rebasaron la capacidad de la plaza de toros que forma parte del restaurante.
“No me voy a confrontar con el presidente López Obrador nunca. No me voy a pelear con la historia; no me voy a confrontar con la historia, pero voy a defender en lo que pienso y en lo que creo y vamos a ir hasta el final del camino, a correrlo por el bien del país”, expresó Monreal Ávila.
En esta ocasión sin pancartas, sin playeras, sin gorras que tuvieran el nombre de Monreal Ávila, la reunión mostró los apoyos con porras y música, como una balada rítmica que destaca la personalidad de Ricardo Monreal. Ahí se estrenó el rap que canta el propio Monreal y que es una crónica de su vida política.
Ahí, junto con él, estaban diversos legisladores federales, como Eduardo Ramírez Aguilar, Gabriela Jiménez y Soledad Luévano, del Senado.
“¡Presidente! ¡Presidente!”, gritaron una y otra vez los seguidores del también ex jefe delegacional de Cuauhtémoc.
“Creemos en la reconciliación. Yo quiero ser el presidente de la reconciliación nacional. Yo quiero ser el presidente que atenúe los efectos de la confrontación. Yo quiero ser el presidente que concilie a los sectores, porque soy de los que piensa que podemos llegar al mismo puerto, al mismo destino, con acuerdos y con consensos, dijo Monreal.
“No necesitamos una confrontación permanente en nuestra sociedad. Es más, creo que Morena no debe alejarse de la clase media, porque la clase media, a la que todos pertenecemos, fue la que le dio el triunfo a Morena. No debemos alejarnos tampoco de los académicos, de los universitarios, ni siquiera de los empresarios. No podemos alejarnos de las asociaciones religiosas. No podemos alejarnos de los sectores que nos apoyaron y nos respaldaron toso estos años de lucha”, destacó.
Y anunció que esta misma semana dará a conocer su plan de gobierno en sus redes sociales, para que todos los interesados lo enriquezcan.
¿No que no don Simón?