Precampaña electoral: la distorsión

El actual sistema electoral mexicano está agotado en su conjunto, de hecho es disfuncional a la frágil democracia; haciendo un poco de memoria el 6 de julio de 1997 Vicente Fox Quesada declaró que buscaría la presidencia de la república en el año 2000, es decir 3 años antes de la campaña, por supuesto que aún no existía la ridícula fase electoral de la precampaña.

En la actual contienda electoral se observa una tensión jurídica, la vulneración del Estado de derecho, ya que tanto la legalidad electoral, como el INE, -que es un remedo de árbitro electoral-, de igual manera el TEPJF están permitiendo que se violente la propia legalidad al permitir que los candidatos únicos de las coaliciones electorales hicieran precampaña, pero además el garlito de la precampaña fue que se tenía que dirigir única y exclusivamente hacia la militancia de cada uno de los partidos políticos, cuyo resultado fue inundar de spots con la absurda frase, “este mensaje publicitario está dirigido hacia los militantes”. Este hecho jurídico violatorio de la legalidad electoral, que al menos en el año 2012 se dio a respetar dicha legalidad, basta recordar que el único partido político que tuvo una precampaña fue el PAN.

El resultado de la actual precampaña era algo conocido por los sabedores de la política y no por los aprendices de brujo, vamos por partes: a) que AMLO es el político más popular del país, puesto que lo conoce el 97% de la población, porque simple y sencillamente tiene 18 años haciendo campañas electorales (Jefe de Gobierno, y dos veces candidato presidencial); mientras su intención de voto es del 33, -que en realidad es su techo electoral-, del cual no subirá ni porque sume a militantes de otros partidos políticos, su problema es aumentar su intención del voto y sobre todo mantenerse en esa aceptación ciudadana; para continuar en la pelea b) el candidato del PAN que dice fue votado por el 73% de su militancia interna, es difícil creer ese nivel de votación con un candidato único, sería entonces

como una especie de José López Portillo panista, un candidato único que pudo obtener hasta el 92% de la votación constitucional, y después fabricó su affaire “Cisen”, precisamente para que no le cuestionaron el resultado interno, es decir, se creó su propia “caja china”, y c) José Antonio Meade, quien está momentáneamente en las encuestas en tercer lugar porque apenas lo conoció la población en los últimos tres meses.

Dentro de la disfuncionalidad del sistema electoral, por ejemplo se encuentra está democracia vaciada de contenidos, y llena de spots, por ejemplo allí está que Ricardo Anaya como presidente nacional del PAN apareció en 674 mil 188 promocionales del 20 de noviembre de 2015 al 15 de marzo de 2016, triplicando a AMLO, quien también como presidente de su partido apareció en el mismo periodo con 218 mil 88 spots. Ambos presidentes de sus partidos que tuvieron la capacidad política de autodesignarse, del primero destruyó la filosofía, el pensamiento y la actuación de Don Manuel Gómez Morín cuando fundó a AN; del segundo es la parte bizarra del PRI, es decir mucho más grotesco y con la misma cultura política, al menos en la “cargada”, que es una práctica de los oportunistas, los trepadores, los que buscan un hueso, los que justifican su nueva adhesión (ya cambió, no es el mismo de antes, etc.). La spotización de la vida pública hoy se puede resumir en un partido político unipersonal cuya única oferta política es: “na,na,na, movimiento naranja”; del PRD ya no hay nada que decir, al menos lo políticamente correcto para esta etapa de su vida era compararlo con el extinto PPS, pero ya ni siquiera eso, -hoy en día el PRD es una especie de PVEM del PAN, no es un sector más, es quien cacha las migajas políticas que le sobran a Acción Nacional, es su especie de Judas Iscariote que por 30 monedas pueden hacer una alianza política.

Lo novedoso de esta fase electoral, es que las casas encuestadoras son a la política, lo que las calificadoras a la economía de cualquier país, aquellos son los nuevos hechiceros electorales, sus oráculos, es decir sus encuestas hoy son propaganda electoral, sus fallas es que miden lo mismo de siempre, conocimiento del personaje, si van a votar, si tienen credencial de elector, si en este momento fueran las elecciones, por quién votaría?, son sus clichés; además de que las fallas son metodológicas y el sesgo que le dan a los candidatos; mientras la respuesta de la sociedad a sus 1,000 cuestionarios nacionales es ocultar su decisión; al final las encuestas en México se han equivocado en los últimos 30 años de manera sistemática, por eso cuando las encuestas son usadas políticamente por los medios de comunicación nacionales, terminan siendo unas fake news.



Finalmente, esta fase de la campaña electoral fue de una gran simulación, es el arranque de este proceso electoral, ahora vendrá la segunda fase que será para ir ajustando a los propios candidatos, es decir a bajarlos del lugar que tienen en las encuestas, esta es la primera fotografía de una elección federal altamente complicada, sobre todo por la regresión y degeneración de la política y su clase política en el país.