El obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, celebró el solemne TeDeum, tal y como se efectuó el 26 de agosto de 1821, cuando Juan de O'Donojú e Iturbide acudieron a la ahora catedral San Miguel Arcángel para dar gracias por la firma de Los Tratados de Córdoba.
El escritor Armando López Macip, recordó que aquella celebración fue presidida por el Teniente de Cura, Padre José María Suárez y que en la solemne ceremonia tuvieron su sitial, bajo dosel, el último de los Virreyes y el Libertador de México.
“Gracias a Don José María Naredo se ha conservado el discurso que el muy Reverendo Padre Fray Nicolás García de Medina, Maestro en Teología de la Orden de los Predicadores dominicos, pronunció en la muy solemne ceremonia realizada con la asistencia de las autoridades civiles, del cabildo de indígenas, y de españoles, de la clerecía y el pueblo en general".
Recordó que resalta lo siguiente:
"El Clero de esta Villa, reconocido a los favores singulares con que siempre lo ha distinguido, y deseando presentar un corto tributo de veneración a vuestra Ilustrísima, con la presencia del Señor Primer Jefe de los Ejércitos Imperiales, y de todas las corporaciones, por el logro feliz de la Independencia de este Reino, confirmada por el convenio de los dos Representantes Americano y Español.
“Al anhelo por la justa libertad de la Nación, y la ansiosa solicitud de conservar unos con otros las mutuas relaciones, que nos manda la caridad, y nos impone la naturaleza. Defensa de la Religión. Amor a la Patria. Unión y fraternidad. Ved
aquí, Señores, las bases del nuevo Gobierno que hemos reconocido. Por ello, ofrecemos sacrificios al Altísimo, y tributarle solemnes cánticos de alabanza. No temáis, Señores, ni os dejéis poseer del recelo y de la desconfianza, cuando escucháis un lenguaje que tres siglos ominosos habían sofocado entre nosotros. La opresión ha desaparecido, y se ha disipado".
Dijo López Macip, que en el discurso se percibe un sentido patriótico extraordinario y que el padre Medina hizo enfasis en vivas a la religión de los padres, el nuevo Imperio Mexicano, el General de los Ejércitos Nacionales.
"Y dijo que sobre todo, seamos siempre fieles a aquel Señor, a quien sólo es debido con preferencia y en propiedad la alabanza, la bendición y el padecimiento de gracias. Como podemos notar, desde ese momento, ya se habla, como lo determinaba el Plan de Iguala, de un Imperio Mexicano, y al parecer es la primera vez, en que se menciona a Iturbide como emperador".
Y fue así que se celebró el TeDeum por parte del prelado acompañado de algunos sacerdotes.