Para poder abatir por completo la pobreza en las zonas indígenas, tendrán que pasar unos 30 ó 40 años, siempre y cuando ya no tengan políticos que se crean virreyes, aseguró Xóchitl Gálvez, quien participó como ponente en el “II Congreso de Liderazgo”, organizado por el colegio Euro Hispanoamericano.
“Este es un tema de 30 ó 40 años, lo dije cuando llegué al gobierno de Fox, es una mentira decir que en un sexenio o dos vamos a revertir el problema del hambre, es imposible, tiene que ver con capacidades, tiene que ver con transferirle a la gente conocimiento que le permita resolver su problema de pobreza. Yo nunca he estado de acuerdo con simplemente darles un apoyo económico, tenemos que apostarle a la educación”.
Entrevistada previo a su ponencia, comentó que el programa nacional de la Cruzada contra el hambre puesto en marcha por el presidente Enrique Peña Nieto, es un buen intento, positivo, pero más que resolverle a la gente pobre sus problemas, se les debe de enseñar y capacitar para que sean autosuficientes.
“Es un buen esfuerzo, me parece importante, celebro cualquier cosa que se haga a favor de la gente, pero creo que no es suficiente, hace falta una clase de política más honesta, una sociedad civil más comprometida y menos esperanzada sólo en sus políticos, más esperanzada en sus propias capacidades y una mayor rendición de cuentas. Todavía tenemos alcaldes que son unos verdaderos virreyes y que son unos inmorales, entonces mientras eso no cambie, difícilmente vamos a ver otra cosa en el país”.
Dijo que actualmente es empresaria, pues se dedica a apoyar a mujeres indígenas de su estado (Hidalgo) a través de su empresa de tecnología para que hagan purificadoras de agua.
“Hoy estoy trabajando desde la fundación que tengo con mujeres indígenas en algo que le hemos llamado
Social Business que es cómo enseñarles a las mujeres a hacer negocios sociales pero rentables; estamos haciendo purificadoras de agua para llevar agua purificada a bajo costo en zonas muy marginadas”.
Señaló que se les da el financiamiento para construir las purificadoras a través de un Fondo Europeo a una muy baja tasa de interés y acompañamiento técnico para poder llevar a 10 pesos el garrafón de agua purificada a las casas.
“Las mujeres ganan entre 4 y 5 pesos por garrafón que venden, tenemos por cada proyecto 200 mujeres empleadas, pero sobre todo le llevamos salud a muchos niños. Empecé en Hidalgo y ahora me estoy ampliando a Chiapas y mi sueño sería poner 300 purificadoras en el país para cubrir al total de población que sufre de agua de beber de mala calidad”.
Indicó que este programa podría llegar a Veracruz a través de otra institución local a la cual estaría dispuesta a compartirle el “Know How”.