Aunque a Xalapa se le conoce como una ciudad culta a raíz de la fundación de la Escuela Normal Veracruzana, lo cierto es que la fundación de esta Escuela Normal es un fenómeno tardío con respecto a la fundación del estado nacional. La fundación de la Escuela Normal fue en 1886, sus funciones entran el primer día del 87 pero antes de eso había un movimiento muy fuerte, intelectual, de pintores y escritores que son ahora absolutamente desconocidos, así lo asegura el doctor Ángel José Fernández Arriola.
Escritor, ensayista, poeta, editor, académico e investigador acucioso del siglo XIX, al cual le ha dedicado gran parte de las energías de su vida, —“porque me he dado cuenta que hay muchas lagunas y a pesar de que ya estamos muy avanzados en el siglo XXI, todavía no conocemos nuestro siglo XIX, lo cual es una vergüenza”—, Ángel José Fernández expresa que en Xalapa “hay asociaciones de escritores (de esa época) de las que no tenemos absolutamente ninguna noticia”.
“No tenemos actas de reuniones, actas de fundación de los grupos. Hay una asociación de pintores, que por ahí hay algunos documentos pero no tenemos nada, no tenemos periódicos, no tenemos periódicos de época, por lo tanto estamos un poco desperdigados”.
Sin embargo, añade “yo creo que antes, desde el principio de la elevación de la República Mexicana y del estado de Veracruz y desde luego de Xalapa como la Capital del Estado, ha habido muchos escritores que han contribuido precisamente a la fama que todo mundo se la da, sobre todo después de la fundación de la Escuela Normal y de la función que la Escuela Normal tuvo con respecto a las fundaciones de las otras escuelas normales del país”.
Así, considera que “el sustrato y la cultura que hay en Xalapa data desde los primeros años de la vida independiente, si no es que antes”.
Escritores olvidados
Autor de la edición crítica de
Poesía de Enrique González Llorca, la edición facsimilar, acompañada de prólogo, índices y notas, de
Violetas. Periódico literario (Veracruz, 1869); de la edición de
Memorias de fray Servando Teresa de Mier; la edición crítica, en coautoría con Leticia Mora Perdomo, del
Romancero de la Guerra de Independenciay de la edición crítica de
Poesía de Manuel Eduardo de Gorostiza, el doctor Ángel José Fernández Arriola se refiere a los escritores del siglo XIX como los olvidados en Xalapa.
Como ejemplo, cita la figura de José de Jesús Díaz, quien no es xalapeño pero que vive en Xalapa desde niño y está aquí a partir de 1812. “Hay otras figuras. Indudablemente uno de los más importantes es José María Roa Bárcena, tan importante que ahora también es olvidado pero es una figura que de repente sale, que nació en 1827, que siendo muy joven comenzó a publicar y que fue además promotor de la creación literaria y de la divulgación de las obras literarias del entorno”.
“Xalapa se ha distinguido, no hay muchos ejemplos, hay cuatro o cinco escritores, muy importantes, que ahí están perdidos, porque tuvieron su importancia local o regional pero que fueron muy importantes porque eso sembró inquietud, por ejemplo, entre los grupos cultos de la Escuela Normal”.
“Si tenemos que revisar el siglo XIX de escritores xalapeños o de escritores no xalapeños que vivían en Xalapa, hay muchos y casi todos olvidados. Nadie conoce la obra poética de José de Jesús Díaz”, reitera.
José de Jesús Díaz
Uno de los únicos textos críticos que hay sobre la poesía de José de Jesús Díaz lo escribió precisamente José María Roa Bárcena. Lo publicó en el semanario
La Cruz de la Ciudad de México, cuando murió José de Jesús Díaz hacia la mitad del siglo XIX, expresa el investigador durante la entrevista.
“Ahí habla de una cosa fundamental. Dice: fue mi maestro en la literatura, seguí su modelo para construir los romances históricos y a partir de los romances históricos que escribió José de Jesús Díaz, hice un ensayo sobre la recuperación de la vida y la obra de José de Jesús Díaz que es, por cierto, el material más confiable sobre el poeta
y ahí habla precisamente de que propuso una recuperación de una identidad nacional a través de los romances históricos”.
“Por ejemplo, él escribió el Romance al Cura Morelos y escribe otro tipo de Romances de carácter histórico o tradicional y entonces recupera costumbres y recupera vidas de héroes. Hay una cosa curiosa en el caso de José de Jesús Díaz, quien fue portaestandarte del Ejército Trigarante cuando Iturbide entró a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Era un chamaco, tenía 16 años y fue el portaestandarte”, indica.
“Una cosa es ser el portaestandarte del Ejército y otra cosa es ser General del Ejército”, aclara. “A la luz de la historia, dicen que fue General del Ejército. No, no fue nada. Seguramente su padre le compró, que eso sí se permitía, sí se podía, le compró un grado militar, como el papá de Ignacio Comonfort se lo compró a Comonfort, como muchos otros lo compraron, como el papá de Santa Anna se lo compró a Santa Anna, verdad, de la misma manera el padre de José de Jesús Díaz seguramente le compró un puesto de Capitán del Ejército a este muchachito que era un niñito y como tenían amistad con Iturbide, entonces fue portaestandarte pero no fue militar”, indica.
“Ahora, no tengo noticias de su formación académica, si es que la tuvo. Seguramente no la tuvo pero no la tengo. Sin embargo, después de que hay esa acción histórica de ser el portaestandarte, cuando él tenía 16 años, acababa de cumplir 16 años cuando entra con el estandarte del Ejército Trigarante, después hay un vacío pero cuando él tiene 20 años ya es empleado de la Secretaría de Gobierno del Gobierno del Estado de Veracruz en Xalapa”.
“Entonces él es un burócrata. Es un burócrata que empieza a ascender en el escalafón hasta llegar a ser Secretario de Gobierno y por ser Secretario de Gobierno fue Gobernador del Estado, por horas o por días, suplente o sustituto mientras estaba ausente el Gobierno o se quedaba el Gobierno del Estado sin la cabeza de su gobernador o de su vicegobernador, que ocurría y ocurría con frecuencia”.
“El señor fue un burócrata, de primera línea, mandos medios, superiores, tuvo una vida muy modesta, fue un hombre muy decente y cuando viene la invasión americana en 1846, él se tiene que ir al exilio. Teniendo el puesto de Secretario de Gobierno se tiene que ir a Puebla porque el Ejército americano está aquí en Xalapa. Estando allá se enferma y se muere”.
“Es curioso que su lugar de muerte sea el estado de Puebla, de donde él casualmente había sido oriundo, aunque no nació en la ciudad de Puebla sino en Cholula”.
“He rastreado la presencia de la familia de José de Jesús Díaz en Xalapa y la familia de José de Jesús Díaz llegó en 1812. Es decir, cuando José de Jesús Díaz tenía 5 años de edad. Obviamente, no es xalapeño por nacimiento pero toda su vida, salvo el acontecimiento de su muerte, que ocurrió por motivos políticos fuera de Xalapa, él fue xalapeño y vivió en la vida pública, en la vida local de Xalapa y debemos de considerarlo xalapeño”.
Su poesía, en un libro
“Me llama mucho la atención que en Xalapa hay una calle que se llama poeta José de Jesús Díaz y nadie lo conoce. Todo mundo dice que es xalapeño. No es xalapeño pero eso no importa. Vivió en Xalapa y fue muy importante”, destaca Ángel José Fernández.
A iniciativa del Ayuntamiento de Xalapa, el doctor Ángel José Fernández compiló e hizo un amplio estudio sobre la vida y obra del poeta José de Jesús Díaz. El libro ya se encuentra en imprenta y verá muy pronto la luz.
“Es una compilación de lo poco que se conoce de su obra en verso, que se reduce a cuatro romances históricos y a ocho o nueve fragmentos de carácter lírico. Eso es todo lo que yo he localizado de José de Jesús Díaz”.
“Los romances están publicados en la década de 1840, en la Ciudad de México. De ahí los tomé, se transcribieron y los poemas de carácter lírico los rescató don José María Roa Bárcena en su estudio sobre la poesía de José de Jesús Díaz”.
“Creo que vale mucho la pena porque es un poeta neoclásico en su forma y romántico en su contenido. Creo que vale mucho la pena exhumar del olvido esa obra, sobre todo porque para los poetas de la segunda mitad del siglo XIX fue un modelo para escribir los romances de carácter histórico”, añade.
“Como dice por ahí en algún ensayo José Zorrilla a propósito de José de Jesús Díaz, efectivamente él no descubrió el hilo negro del romance histórico, él tomó de la tradición española, por ejemplo, los romances históricos de Saavedra, del Duque de Rivas y entonces él aclimató precisamente las circunstancias históricas de México, la forma pero construyó el contenido a través de la historia propia de la
nación y entonces creo que ahí está, es un cambio importante pero es también un aporte muy importante, es una forma de empezar a ser mexicano, de permear una realidad, un imaginario mexicano y es a través, precisamente, del conocimiento del pasado remoto”.
—¿Esta compilación la creó a raíz de la iniciativa del Ayuntamiento de Xalapa?
“Es una iniciativa del Ayuntamiento de la ciudad de Xalapa. Tienen la idea de sacar una colección de escritores locales o de escritores que viven en Xalapa o han vivido en Xalapa y a mí, cuando me hicieron el ofrecimiento para publicar propuse rescatar la obra de José de Jesús Díaz, porque es una inquietud que está en el ambiente por ahí y que es bueno rescatar, sobre todo para que los lectores de ahora tengan conocimiento de quién fue ese señor”, concluye.
Aportaciones de la familia Díaz Covarrubias
En el libro José de Jesús Díaz. Poesía, el doctor Ángel José Fernández Arriola aclara errores históricos que se han venido publicando sobre la obra de José de Jesús Díaz. En una investigación profunda en archivos eclesiales y en bibliotecas, el autor detalla el origen y la vida del poeta.
Se refiere también, minuciosamente, a la familia que formó al lado de doña María Guadalupe Raymunda Covarrubias Peredo, hija de José Sabás Covarrubias y doña Doña María Manuela Vidal Peredo.
“El poeta José de Jesús Díaz se casó con una de las hijas Covarrubias Peredo: doña María Guadalupe Raymunda, nacida en Coatepec, el 14 de marzo de 1812; había sido bautizada a los dos días de nacida en la Parroquia de San Jerónimo. En el momento de desposarse era vecina de Xalapa”, escribe el doctor Ángel José Fernández en el libro, transcribiendo la Partida de bautizo de María Guadalupe Raymunda Covarrubias Peredo, del 16 de marzo de 1812, en Libro número 1 de bautismos de españoles solos (años 1792-1826), f. 67. Archivo de la Parroquia de San Jerónimo, Coatepec.
“El matrimonio Díaz Covarrubias procreó seis hijos: tres hombres y tres mujeres; sus hijas se consagraron a sus respectivas familias, todas ciertamente de prosapia y se desempeñaron como amas de casa, mientras los varones hicieron estudios superiores y se desenvolvieron en la esfera pública. Sus seis descendientes nacieron en Xalapa y, al faltarles su padre siendo aún muy pequeños, en 1848 se marcharon a la Ciudad de México en compañía de su madre, con el propósito de superarse, salir adelante y forjarse un porvenir. Según Francisco Sosa, doña Guadalupe Covarrubias Peredo, además de estar ‘dotada no sólo de sobresaliente hermosura’, poseía ‘muy claro talento’ y ‘extraordinaria energía’”, indica el autor en el libro que muy pronto será publicado.
Francisco Díaz Covarrubias, Elena María Concepción de Jesús, Juan José de Jesús –Juan Díaz Covarrubias para las letras–, Adelaida Manuela Guadalupe, José de Jesús Antonio –José Díaz Covarrubias para las letras y la vida pública– y Leoncia Guadalupe Antonia fueron los hijos del poeta José de Jesús Díaz.
En la obra, el autor cuenta detalladamente la trayectoria y las aportaciones de cada uno de los hijos del poeta.
“A la manera de unas cuantas familias veracruzanas proclives a la vida intelectual, como las configuradas por escritores, como las Díaz Mirón, Esteva, Zayas Enríquez, Bustos Cerecedo o Bonifaz Nuño, la procreada por José de Jesús Díaz y Guadalupe Covarrubias con antelación a la primera mitad del siglo XIX, ha sobresalido por contribuir al arte literario, al mundo político y al campo de la educación y de la ciencia”, expresa Ángel José Fernández en esta obra inédita.
La compilación poética
La obra del investigador, como él mismo lo señala, reúne “los pocos textos rescatados de la prensa mexicana de época: un breve conjunto de poemas líricos, una ‘Marcha patriótica’, una letrilla, un soneto y los romances históricos publicados por la prensa mexicana antes de culminar la primera mitad del siglo XIX”.
Aquí compartimos dos breves poemas que nos ha proporcionado el autor:
[BREVE ROMANCE]
Embalsamando el ambiente
con su aliento perfumado,
la risueña primavera
embellece nuestros campos.
De las auras deliciosas
al fecundo soplo blando,
las yertas plantas recobran
su antiguo verdor lozano.
Huye el inclemente cierzo
al oscuro norte helado,
y los carámbanos dejan
libre al arroyuelo el paso.
Bullendo claras sus ondas
y entre las guijas saltando,
vierte su riego propicio
al mustio sediento prado.
¡Cómo se viste pomposo!
¡Cómo se esmaltan los cuadros
donde sus tintas y aromas
va la estación prodigando!
Así, tras la guerra odiosa
ofrece en dulce reinado
al hombre la paz benigna
sus ricos dones preciados.
[La Cruz, 1856]
NAPOLEÓN. (SONETO)
Nuncio tuyo el cañón, meció tu cuna;
te engalanó, guerrero, la victoria;
de mayor capitán no se halla historia,
ni de César más varia suerte alguna.
Sucumbió la discordia a tu fortuna;
y a conservar de libertad la gloria,
bendijeran con gozo tu memoria
generaciones mil, una tras una.
Sol de entre el mar tuviste nacimiento;
brillar el mundo te miró, asombrado,
sobre los tronos erigir tu asiento.
También caíste al mar, sol despeñado,
tu ascensión, de los pueblos fue escarmiento;
es tu ocaso de reyes un dechado.
(Xalapa, septiembre de 1844.)
[El Museo Mexicano, 1844]