En Xalapa, además del abandono de las unidades, las líneas del transporte urbano no operan como un sistema, sino como concesiones “personalizadas” al interés de cada camionero, consideró el docente de tiempo completo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana, Arturo Velázquez Ruiz.
“El transporte público, que en algunos casos hace mucho tiempo funcionaba como una suerte de cooperativa o sistema cambió y entonces, usualmente ahora, en las ciudades tenemos una suerte de concesión personal”.
Esto es, que cada concesionario cuenta con su unidad y una ruta asignada, pero éste es libre de decidir a qué hora da las vueltas, su rapidez o si juega carreritas para ganar pasaje. “Porque no funciona como un sistema, yo me preocupo por mi gasto, por mi ganancia y entonces estoy peleando continuamente por este pasaje y no hay un sistema como tal”.
Otro ejemplo que dio es que en Xalapa, el transporte quedó completamente abandonado y no representan una opción segura para los usuarios. “Tu ves las unidades y el estado que se encuentran hoy en día y en la mayoría de los casos, ya no digamos cómodas, no son seguras para la gente que las usa”.
Consideró además dos factores: uno, el cambio de uso de suelo en la Capital en los últimos 20 años en la periferia, y dos, la movilidad de los habitantes en dichas colonias rumbo al centro o los nodos comerciales de la ciudad. “Entonces estamos creciendo en nuestras ciudades de una densidad muy baja, muy extendidas y eso implica problemas porque estamos trasladando a la gente muy lejos”.