Sepultan a los policías asesinados en Moloacán

La tarde de este viernes fueron sepultados los policías municipales de Moloacán, Francisco Montalvo Cancino y Antonio Rodríguez Cruz, quienes fueron asesinados el pasado miércoles por la noche cuando trataron de frustrar un asalto en la carretera Moloacán – Cuichapa a la altura del ejido Trancas Viejas.

Pasadas las dos de la tarde arribaron a los bajos del palacio municipal las carrozas que transportaban los féretros de los dos policías caídos, cerca de un millar de pobladores abarrotaba la plaza principal de este municipio.

Los dos ataúdes fueron cargados por los elementos de seguridad pública, quienes no podían ocultar en el rostro el dolor de perder no solo a dos compañeros, sino a dos amigos con los que compartían prácticamente media vida, por aquello del turno de 24 x24.

El sacerdote del lugar salió para dar la bendición e iniciar la misa, la cual estuvo acompañada de tristes coros que erizaban la piel, que partían el alma, que animaban más la impotencia de una población que hace tres días perdió la calma.

Al finalizar la emotiva misa, los cuerpos fueron trasladados hasta el parque principal donde fueron colocados al centro, mientras que sus compañeros los cubrían nuevamente con la bandera nacional, como lo merecen los héroes.

El homenaje dio comienzo con un breve discurso del alcalde Simón Ramos Chablé, quien destacó que las acciones cobardes de aquellos que le dispararon a los policías, no quedarán impunes y estos héroes de la seguridad serán recordados por siempre por el pueblo Moloacanense.

El munícipe catalogó de históricos estos hechos, pues nunca en la larga historia local se habían desarrollado hechos similares, los cual demuestra que el hampa es un mal que se extiende por todo el país.

Posteriormente el ingeniero Marcelo Cervantes Huerta, Delegado de Política Regional del Gobierno del Estado, anunció que por orden del Gobernador Fidel Herrera Beltrán se les asignarán plazas permanentes a las viudas, mientras que los hijos de estos dos gendarmes serán apoyados para que continúen con sus estudios.

La banda de guerra del Cobaev de Ixhuatlán entonó la marcha de honor, donde los redobles le dieron el toque solemne a la ceremonia, mientras que la corneta cual llanto profundo, se dejó escuchar por todo el lugar.

El alcalde Simón Ramos Chablé recibió de manos de los oficiales la bandera debidamente doblada y procedió a entregársela a las viudas, a quienes les refrendó todo el apoyo de su gobierno.

Mientras que el director de esta corporación, Alfredo Santiago Amador, dio el correspondiente pase de lista a los compañeros caídos, dando fin a la ceremonia para dar paso a los sepelios de los jóvenes gendarmes.

Las sirenas de las patrullas se dejaron escuchar una vez más, ahora durante el recorrido a los respectivos panteones, el ulular de las sirenas fue particularmente triste, como un lamento profundo, interminable, inolvidable.

Francisco Montalvo Cancino fue trasladado al panteón ubicado en la cabecera municipal, curiosamente su tumba quedó a escasos 150 metros de su domicilio, solamente lo separan una barda y una pequeña calle.

En el entierro estuvo presente el representante del gobernador del estado, además de un nutrido grupo de elementos moloacanenses y de la vecina policía municipal de Ixhuatlán del Sureste.

Mientras que el cabo patrullero Antonio Rodríguez Cruz fue trasladado a la comunidad de Popotla, donde arribó a su última morada acompañado del alcalde y parte del cuerpo edilicio, además de otro contingente de compañeros y elementos de la policía del estado, quienes se unieron a la pena de sus compañeros municipales.