El director del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana, Ignacio Mora, definió que no es que en Veracruz estén ocurriendo un mayor número de sismos, lo que ocurre es que hay mayor tecnología que informa que hay sismos, pero históricamente no son más que otros años, ello no quiere decir que no se le ponga la atención e importancia debida.
En entrevista, el Especialista rechazó de manera tajante que se pueda predecir un sismo, menos que vaya a ocurrir un megaterremoto como anda circulando en las redes sociales.
"Hasta ahorita no hay ninguna tecnología que nos ayude a hacer una predicción correcta, que sea útil; andan por ahí en las redes sociales unos cuates que dicen que son la Organización de Monitoreo Sísmico o no sé qué y en su casa los conocen, se están dando a conocer en las redes pronosticando un megaterremoto", criticó.
Explicó que los temblores muy fuertes se llaman terremotos, menos fuertes se llaman sismos, pero que él sepa no hay una definición de un "mega" terremoto; eso, sostuvo habría que definirlo. Eso, esas personas lo quisieron dar a conocer para espantar a la población.
Por ello, recomendó a la población y a los medios de comunicación consultar a especialistas que trabajan seria y científicamente en estos temas, porque ayudan a orientar a la población.
Comentó que un pronóstico "bueno" de dicha organización sería que dijera dónde, fecha, a qué hora, de qué magnitud será el terremoto, ya que reiteró, no hay ninguna tecnología en todo el mundo que pueda garantizar un pronóstico de tal naturaleza.
Lo demás, son corazonadas, basadas en datos estadísticos, de forma que tan mentirosos pueden ser esos que dicen que habrá un megaterremoto como él mismo si anduviera diciendo que no va a temblar, "mi negocio son los sismos, estoy dedicado a los sismos y estamos echándole ganas para que un día poder pronosticar como lo hace el pronóstico meteorológico".
Recalcó que no es que haya más sismos, lo que sucede es que hay esa percepción de que está temblando más, pero las estadísticas nacionales o internacionales demuestran que todo está dentro de lo normal.
"Es una percepción actualmente como de que está temblando más, pero si nosotros observamos las estadísticas que se toman a nivel país, a nivel internacional, que abarca los sismos históricos, antes de que hubiera sismógrafos; estaban lejos los sismos de otras partes que por eso no se registraban. Cuando va aumentando el número de aparatos podemos registrar sismos que antes no se registraban porque no estaban cerca los aparatos que los pudieran registrar; entonces, se ve en las estadísticas como que ha aumentado el número de sismos pequeños", explicó.
Aseveró que el número de sismos mayores, los que verdaderamente causan problemas, se han mantenido dentro de la estadística normal.
Por ello, argumentó, si se analiza el número de sismos que está registrando el Sismológico Nacional, se han aumentando en últimas fechas, pero subrayó se debe a que hay épocas de mayor reposo, donde ocurren temblores que no percibe la gente y hay épocas en donde aumenta un poco más el número de eventos.
Ignacio Mora precisó que todos los días está temblando y todos los días hay sismos de diferentes magnitudes.
Comentó que desde hace muchos años se sabe que en Guerrero hay una zona de "silencio sísmico" en donde ha dejado de temblar fuerte, lo que quiere decir que se está acumulando por ahí energía que se liberará cuando sea suficiente para romper el material que está "trabado" entre una placa y otra.
Ignacio Mora recordó que el territorio está dividido en zonas sísmicas. La parte norte del Estado se considera con una sismicidad baja, la parte central con una sismicidad moderada y la parte sur con una sismicidad alta.
Ello se debe a la frecuencia de ocurrencia de temblores, pero no quiere decir que en una zona de baja sismicidad no vaya a haber temblores importantes como en el siglo pasado en la zona centro, que está catalogada como de sismicidad moderada, pues hay que recordar que ocurrieron algunos temblores que en número de víctimas fue grande como el de Xalapa en 1920.
Asimismo, el sismo de Orizaba de 1973, el 28 de agosto, que tuvo un número de muertos de alrededor de 500. Otro temblor fue el de Jáltipan, en 1959, pero de los dos primeros, a pesar de estar en una zona de sismicidad moderada, causaron muchas víctimas, tanto que si no hubiera ocurrido el sismo del 85, Xalapa hubiera sido el primer lugar por el número de muertos y el de Orizaba el segundo lugar.
"Estamos en un país que tiene alta sismicidad en general porque desde la falla de Baja California, donde de repente se agarra a temblar y a temblar. Hay épocas que disminuye aparentemente el efecto de los temblores y en la zona del Pacífico desde Jalisco hasta Chiapas es donde se están produciendo -la placa de Cocos y de Rivera- la mayoría de los sismos en nuestro país", explicó.
El Especialista recordó que en Veracruz ya existe una Red Sísmica, por lo que obviamente aumentará de manera estadística el número de temblores registrados, pero añadió, sí estamos pasando una época en donde la actividad es mayor, pero eso ha ocurrido durante muchos siglos.
Añadió que a todo esto hay que agregar que las redes sociales informan casi de manera instantánea los temblores, por lo que se conocen más y la gente está más al pendiente de estas cosas.