El obispo Eduardo Cervantes Merino señaló que es necesario reconstruir el mundo violento en el que vivimos, donde las cifras sobre actos delictivos se acomodan según la conveniencia de cada quien, y donde no se quiere ver el dolor que la inseguridad, las desapariciones y otros problemas continúan causando.
"Cada quien tiene sus propios datos, no podemos acostumbrarnos a ver a las mamás de los desaparecidos buscando entre escombros, entre fosas, a sus seres queridos. Qué triste, hermanos, ver tanto movimiento de migración. Porque hay situaciones dolorosas en el entorno y así podemos seguir repasando situaciones dolorosas, como el trato de la familia, en las relaciones humanas, la violencia en la familia, en el trato no adecuado a la mujer, a la dignidad", dijo.
Durante la misa del Domingo de Resurrección, exhortó a pedir a Dios que "nos ayude a mover esa piedra como en el sepulcro, que permita construir un mundo diferente donde no seamos indiferentes a la violencia, a la injusticia", dijo.
El Prelado pidió a los fieles poner en práctica el Evangelio y buscar hacer el bien, así como procurar relaciones que permitan cada día funcionar como personas en un trato digno, respetuoso, atento y con el ánimo de ser mejores.