México ocupa el primer lugar de embarazo adolescente, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil jóvenes de 15 a 19 años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señaló el diputado federal Mario Ariel Juárez Rodríguez.
Por ello, impulsa un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Salud y al Instituto Mexicano de la Juventud a implementar políticas públicas y acciones efectivas que reduzcan los índices de embarazo en niñas, jóvenes y adolescentes, ya que las realizadas no han resultado eficientes en el combate de esta problemática.
El legislador sostuvo que la maternidad adolescente es considerada un problema público en México, principalmente porque se ha documentado que en esta etapa representa un mayor riesgo para la madre y su producto, tanto durante el embarazo como en el parto.
A nivel mundial, las dificultades durante el embarazo y parto son la segunda causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, y enfrentan 50 por ciento más probabilidades de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida que las de mujeres de 20 a 29 años.
Otros riesgos de salud para las jóvenes madres, son: aumento de peso, hipertensión, preeclampsia, anemia, infecciones de transmisión sexual, y desproporciones cefalopélvicas causantes tanto de la muerte de la madre como del hijo(a), provocando que las complicaciones en la etapa de gravidez sean mayores a las que tienen las mujeres de más de 20 años.
Juárez Rodríguez mencionó que aproximadamente 31.2 por ciento de los adolescentes mexicanos de entre 15 y 19 años, han iniciado su vida sexual, pero no de manera responsable, ya que 56 por ciento termina en embarazo.
En 2014, la edad media de la primera relación sexual de las mujeres en edad fértil fue de 17.6 años. Del grupo de 15 a 19 años, 29.2 por ciento declararon ya haber tenido relaciones sexuales, y 16.4 por ciento ser sexualmente activas.
El diputado resaltó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) también afirma que el embarazo adolescente es uno de los principales factores que contribuye al círculo de enfermedad y pobreza, al disminuir las oportunidades de progreso personal, social y profesional de las madres porque a muy temprana edad merman el proyecto de vida de los jóvenes, limitando el desarrollo de sus competencias y habilidades.
Lo anterior, impacta en un importante costo económico para cualquier país, dado que se pierde la oportunidad de que las madres adolescentes generen los mismos ingresos anuales que otras mujeres, en el transcurso de su vida.
Por ello, destacó la necesidad de que los adolescentes adquieran la información y medios para un auto cuidado y responsabilidad en su comportamiento sexual.