Al cumplirse 11 años de las desapariciones de Argenis Yosimar Pensado y de Antonio de Jesús Viveros, sus madres Fabiola Pensado Barrera y Rosa Elena Ladrón de Guevara, respectivamente, reprocharon el nulo avance en las investigaciones de la Fiscalía General del Estado y de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBV).
“Seguimos sufriendo la lentitud con la que avanza la investigación en campo, por lo que solicitamos a la Fiscalía General del Estado una reunión para la revisión de nuestros casos, no estamos dispuestos a esperar más” demandó Pensado Barrera.
Acusó que ni la Fiscalía ni la Comisión de Búsqueda cuentan con un análisis de contexto de las desapariciones de Argenis y Antonio de Jesús, y a la Gobernadora Rocío Nahle García y el Secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil demandó la implementación urgente de un plan para el procesamiento de los restos recuperados en la Barranca de la Aurora en Emiliano Zapata y el panteón Palo Verde de Xalapa.
Esto, para descartar cualquier indicio de que Argenis pudiera haber sido inhumado de manera ilícita en alguno de los dos espacios, al tiempo que demandó acelerar la búsqueda de Antonio de Jesús en Vega de Alatorre.
La madre buscadora reiteró su reclamo mostrando objetos personales de Argenis Yosimar, entre estos una camisa, unas películas, una cartera y una figura de acción.
Ambas demandantes aprovecharon el espacio para exigir justicia por la muerte de Magdaleno “Maleno” Pérez Santes, padre buscador asesinado a golpes por elementos de la Policía Municipal de Poza Rica tras ser detenido por una supuesta falta administrativa.
“Hacemos nuestra la exigencia de su familia y del Colectivo a quienes mandamos un abrazo fraterno” dijo Pensado Barrera.
Por su parte Rosa Elena Ladrón de Guevara, madre de Antonio de Jesús, expresó que les horroriza pensar que los hijos o hijas de los colectivos de búsqueda pudieran estar entre las víctimas del campo de exterminio en el Rancho Izaguirre, municipio de Teuchitlán, Jalisco.
“A once años de su desaparición aprovechamos para condenar la ignonimia del sitio de exterminio y repudiar la inacción de las autoridades del Estado para señalarse que es imposible que no supiera lo que sucedía en Teuchitlan, lo que pasa en Veracruz, en el gran campo incinerador que se llama México”.