Para una gran mayoría no tiene sustento científico la carga de energías en el equinoccio de primavera, y señalan que es una tradición fomentada para generar turismo. Al respecto, Antero Reyes de la Cruz, integrante de la Sociedad Esotérica y estudioso de la Numerología, compartió su punto de vista y explicó el fenómeno anual.
Dijo que los desfiles y los festivales por el Equinoccio de Primavera se llevan a cabo cada 21 de marzo, pero la fecha y hora de terminación del invierno e inicio de la nueva estación es variable. En 2024 sucedió el 19 de marzo a las 21.06 horas y este año será a las 03:01 horas (tiempo del centro de México) de este 20 de marzo, abundó.
Resaltó que con ello inicia el nuevo año solar, que tiene un vínculo especial en este 2025 porque la suma de los dígitos (2+0+2+5) da 9, número de la finalización y la trascendencia, con la preparación para un nuevo ciclo de vida.
“El 9 es un número muy profundo, la novena esfera; cuando uno nace se esperan 9 meses de gestación y, cuando uno muere, se realiza el novenario a los 9 días, y ahí está el 9 rigiéndonos. Y entonces se deja morir, desechar, dejar todo e iniciar un nuevo amanecer”.
Abundó que con el equinoccio de primavera inicia realmente el año solar, aunque mundialmente se celebra el 1 de enero. “Nosotros lo vamos a festejar el viernes, cuando se ha abierto el portal y ya se puede hacer el mantra, el yoga y pranayama, que es el ejercicio de respiración que induce a un estado de calma y serenidad, a la conexión con uno mismo, para ir curándote los males, porque esta energía nos va a curar”, detalló.
Admitió que para muchos la “carga de energía solar” no tiene sustento científico, aunque atajó que durante el equinoccio la persona puede realmente cargarse de energía con las manos extendidas al cenit, cuando el sol se alinea sobre el ecuador con un equilibrio entre el día y la noche, con igual cantidad de luz y de oscuridad, conocimiento que ya tenían los mayas, aztecas, egipcios, persas y otras culturas, subrayó.
El esotérico sugirió respirar profundamente para recibir la energía al elevar los brazos con las manos extendidas, la izquierda ligeramente más arriba para recibir de mejor manera el prana, que representa la fuerza o energía vital. “La palma de la mano es la parte que tiene más terminales nerviosas y están conectadas con el resto del cuerpo”, concluyó tras mencionar que el ritual no necesariamente debe ser ante los edificios prehispánicos.