“La sola palabra –secreto- es repugnante en una sociedad libre y abierta” (JFK)
Intentar asesinar a Donald Trump (DT), sin duda, será uno de los acontecimientos de mayor trascendencia para el mundo ocurridos en este año. Aunque, puede especularse que, de haber muerto, el beneficiario sería una parte del poder oculto cuyos intereses pensaba estaban en riesgo. Su afirmación de que “todo el sistema estaba amañado” les atemorizó; igual que su postura crítica, mostrada durante en campaña y algunas acciones realizadas en su primer mandato. Incluso, a un mes de ganar las primera elección, desafió a la gran oligarquía californiana (16/octubre/2016), pronunciando un discurso donde se erigía defensor de la clase trabajadora, enjuiciaba la política económica y fiscal; condenaba la corrupción oficial, a Wall Street y a las corporaciones.
De aquel discurso se extrajeron las siguiente frases:
-Trataremos de sustituir un fracasado y totalmente corrupto establishment político (EP).
-No hay mentira que (el EP) no sea capaz de contar para mantener su poder a tus expensas.
-El EP, las corporaciones y los medios existen sólo por una razón: protegerse y enriquecerse.
-No tienen presente nuestro bien.
-La democracia esta controlada por un pequeño grupo. Cualquiera que los desafíe será atacado, difamado.
-Nuestro EP corrupto esta detrás de la globalización radical y la privación de los derechos laborales. Sus recursos políticos, financieros y mediáticos son ilimitados, igual que su inmoralidad.
Su resistencia a la sumisión total, causó el fraude en 2020 y la imposición de un ser disminuido en todos los aspectos (Biden) que permitiera seguir “tirando de las cuerdas y manipulando cosas” (Gordon Adams)
1. Seguramente, las promesas de Trump de eliminar privilegios a las corporaciones y terminar con las guerras de Ucrania y Gaza, espantaron a los banqueros, al grado de intentar eliminarlo físicamente. La jugada falló y crearon a un Trump fortalecido. Su populismo atizando resentimientos y venganzas en los trabajadores y clases medias le hicieron confiable ante el electorado. También fue buena la estrategia sumar a su antes detractor, J. Donald Vance
3*. Un conservador publicitado como humanista, de sangre joven, quien sería el perfecto Caballo de Troya de la de extrema derecha, en caso de faltar aquel. Lo increíble es que el mismo Trump forma parte de ese establishment que dice combatirá a partir de enero de 2025 para recuperar, dice, la grandeza de Estados Unidos (EE.UU).
Trump y los Kennedy
Esa identificación con las clases populares le llevaron al triunfo en 2016: impedirle su regreso asesinándolo o con un fraude masivo hubiera sido muy inconveniente para la credibilidad del sistema ya en crisis. Hasta una confrontación fratricida hubiera producido. Sus fanáticos le reconocen de su primer mandato haber ordenado publicar 2891 (de 3091) informes secretos sobre el asesinato de John F. Kennedy, (22/11/1963, Dallas Texas) quien, en su mandato se oponían a la intromisión de las corporaciones en el Gobierno, lo mismo que Trump, de ahí su admiración por los hermanos Kennedy. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) le impidió revelar 200 informes, argumentando que comprometían la seguridad nacional. Trump se sometió declarando: “… dadas las advertencias de los responsables de inteligencia, no tengo más remedio que aceptar ciertas condiciones antes que causar un daño irreversible a la seguridad de la nación”. Ojalá, de vuelta a la Casa Blanca dé a conocer quiénes mataron a los Kennedy o, al menos, publique la advertencias y los daños a que se refería la CIA.
Kennedy fue el último presidente gringo sensible al sufrimiento de los asalariados. Durante su corto periodo apoyó el Movimiento por los Derechos Civiles, algo que Trump quisiera emular. Actualmente ha incorporado a Robert Kennedy hijo a su gabinete, en seguridad alimentaria y de la salud pública. Es un ¡tipo fantástico! Lo presumió Trump.
Probables motivos de los magnicidios
Cinco meses antes de ser asesinado, J.F. Kennedy había firmado el Decreto Ejecutivo 11110 con el cual rescataba las soberanías de emitir moneda y determinar la política económica Estatal. Estas facultades gubernamentales habían sido cedidas a la Junta de la Reserva Federal
2* privatizada; la cual podía hacer y prestar dinero sin tener respaldo sólido (oro). La moneda respaldada por oro (del Estado), condenaba a muerte el papel moneda creado por la Reserva Federal
2 sin respaldo sólido. Lamentablemente sólo se emitieron 4.3 millones de dólares llamados “Kennedy”. L. B. Johnson, el sustituto de Kennedy, tan pronto asumió el poder, suspendió su emisión. Siendo fiscal general, Robert F. Kennedy manifestó su intención de reactivar el decreto y profundizar la investigación del asesinato de su hermano: lo mataron en 1968, durante su propia campaña presidencial. Las indagaciones de este nuevo magnicidio estuvieron saturadas de irregularidades. Por ejemplo: el médico forense Philip Van Praag descubrió que hubo 13 disparos, no 9, reconocidos oficialmente; el cuerpo de Robert recibió 4 impactos, no 3; el arma de Sirhan (revólver Iver Johnson, calibre 22) únicamente tenía capacidad para 8 balas. Necesariamente, tuvo que haber otro tirador. El decreto mencionado sigue vigente, pero congelado; la Reserva Federal continúa imprimiendo billetes sin respaldo, endeudando a la Nación.
Donald Trump, acostumbrado a pelear, probablemente utilizó como chantaje los archivos con información reservada que sustrajo en su primer periodo. Esto explica por qué se reunió con Robert Kennedy (candidato independiente) después del “orejicidio”. ¿Le comunicó que de la banca y políticos corruptos provienen las principales sospechas de los autores intelectuales de los magnicidios de John y Robert? Ellos fueron beneficiarios y los más de 33 billones de dólares sería una de sus consecuencias. Pues un mundo sin deuda no es negocio para ningún banco. Actuar contra ellos radicalmente, provocaría un colapso del sistema capitalista, por ello, preferirán “humanizarlo” con la agenda 2030, tratados comerciales, gobiernos aliados, presidentes populistas.
Escenarios futuros
Poco se podrá hacer contra los privilegios de los banqueros y la precarización laboral norteamericana, en lo inmediato y sin un pueblo realmente empoderado: “Las carreteras y puentes se hacen pedazos; nuestros aeropuertos están en condiciones tercermundistas y 43 millones de estadounidenses se alimentan con vales de comida”, declaró Trump.
Varias cosas son seguras: el racismo, desempleo y la injusticia permanecerán, pues son características inmanentes del capitalismo salvaje. Pero, bueno, con 8 cosas que cumpliera se ganaría un pedestal en la historia mundial: detener la guerra en Ucrania, reconocer el Estado Palestino, reactivar el decreto 11110, devolver la esperanza a los trabajadores, terminar el bloqueo a Cuba, retirar bases militares, iniciar un diálogo mundial para la paz y claro, revisar los injustos tratados comerciales. Esto no significa que Trump sea un hombre de izquierda o el bueno de la película. Puede considerársele, si acaso, un simpatizante de ese capitalismo humano recomendado por el foro de Davos, contenido en la Agenda 2030 impuesta a México también.
México-Estados Unidos
Aquí y allá, se tendrá que cohabitar con las mafias políticas y económicas. Pocos cambios beneficiarán realmente al trabajo si no existe un partido de masas, organizado y dirigido por ciudadanos o un movimiento independiente de trabajadores que hagan posible una revolución pacífica. Debido a la asimétrica vecindad y dependencia económica, nuestro País resultará afectado en varios aspectos críticos como la migración, las inversiones, la deuda, el narcotráfico, la paridad dólar-peso, el comercio, los aranceles que serán revisados durante la renegociación del T-MEC en 2026. Las corporaciones yanquis querrán servirse con la cuchara grande, como lo hicieron con AMLO.
De hecho, su reelección refuerza su advertencia sobre la posible intervención militar yanqui para combatir los cárteles mexicanos: porque “están dirigiendo a México”, dijo Trump. Vance, su vicepresidente, promueven, junto con la oposición mexicana, la intervención militar en México.
Los mexicanos han sido polarizados por la oficialidad y la oposición convenientemente a sus intereses. Se ha posicionado la idea, principalmente entre la clase política, de que si algo beneficia el bolsillo individual, entonces es bueno; y malo si lo afecta. Y quién no esté de acuerdo conmigo es un traidor a la patria o amante de dictaduras. No hay término medio, ni espacio para la conciliación.
Los yanquis encontrarán síntomas de descomposición política generalizada y millones de resentidos (decepción, amargura mezcladas con la envidia y esperanza debilitada (Nitche) con una democracia electorera controlada por el dinero, donde se “incuban los futuros demagogos” (Lince Graam) quienes con olfato de sabuesos explotarán el resentimiento de los descontentos, pobres o ricos. En este aspecto, Trump y AMLO coincidieron. Ambos se crearon un escaparte mediático para desplegar sus guerras contra todo aquel que criticara sus políticas populistas, incondicionalidad a sus seguidores. Afirma Lince Graam: “Las ruedas de prensa amañadas se convierte en espectáculos habituales (…) televisadas en directo a primera hora de la mañana, en las que atacaba a los oponentes a los que llamaba “fifís”, “neoliberales” y “títeres”, ofrecía “otros datos” y exponía elogios descabellados de México como “un país hermoso y seguro”.
1 Experto en política de defensa y seguridad nacional.
2 Conformada por los 12 principales bancos: decide la política monetaria de EUA; vigila a los bancos, controla el sistema financiero.
3 Netflix exhibe la película “Una elegía rural” (2016) basada en su biografia (Hillbilly)