Por este medio, quisiera denunciar que la reciente desaparición del fideicomiso FOVIN representa un duro golpe para el magisterio en Veracruz. No se trata sólo de la extinción de un programa: se trata de la eliminación de una herramienta que durante años permitió a miles de docentes acceder a una vivienda digna mediante un apoyo complementario al crédito FOVISSSTE.
El FOVIN no era un lujo ni un capricho. Era un mecanismo eficaz que acompañaba al trabajador de la educación a lo largo del complejo proceso de adquisición de vivienda. Su esquema de crédito, descontado vía nómina, permitía cubrir gastos de escrituración, complementar montos insuficientes y hacer alcanzables opciones habitacionales que, de otro modo, quedaban fuera del presupuesto de cualquier docente promedio. Eso, sin discursos, sin complicaciones y sin burocracia excesiva: simplemente funcionaba.
Por ello resulta profundamente lamentable que, además de haberlo extinguido, no se haya implementado ninguna alternativa que sustituya sus beneficios. En un estado donde Xalapa y gran parte del territorio veracruzano presentan costos de vivienda cada vez más elevados, los créditos básicos del FOVISSSTE, por sí solos, se vuelven insuficientes e incluso simbólicos. Sin FOVIN, para muchos maestros la posibilidad de adquirir una vivienda se volvió, literalmente, inaccesible.
Solicito respetuosamente –y con la esperanza de que aún existan oídos receptivos– que el Congreso del Estado y la titular del Poder Ejecutivo reconsideren la importancia de garantizar prestaciones reales y útiles para el magisterio. Veracruz necesita un mecanismo que reviva, reponga o reemplace los beneficios que ofrecía el FOVIN. No puede apostarse al desarrollo social mientras se eliminan las herramientas que verdaderamente ayudaban a mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Es una verdadera ironía que, en nombre de la “transformación”, se borre todo lo que existía, incluso aquello que sí servía y que sí cumplía. Ojalá el Gobierno del Estado no continúe perfeccionando el arte de desaparecer lo que funciona, sino que se decida finalmente a recuperar lo que impulsa y dignifica al sector educativo.
Atentamente
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