Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Baños “El Museo Marino” historia familiar de éxito en Xalapa

Creado por Casimiro Esquivel el negocio cumplió 80 años el 20 de diciembre

Xalapa Antiguo Xalapa, Ver. 26/12/2024

alcalorpolitico.com


Click para ver fotos
Los baños de vapor “El Museo Marino” cumplieron este viernes 20 de diciembre nada más y nada menos que 80 años. Aquí te cuento su historia:

El relato inicia con don Casimiro Esquivel Corona, oriundo de Las Vigas, Veracruz, poco tiempo después de haber estallado la Revolución Mexicana. Don Casimiro tuvo 2 hermanas, Lucía, quien era además su gemela, y Dolores. La muerte de su hermana Lucía y de su mamá hicieron que el padre de Casimiro lo llevara a vivir con unos familiares a González Ortega, un pueblo ubicado en el estado de Puebla, muy cerca de los límites con Veracruz.

En aquel lugar, Casimiro conoció a Vicente Hernández, uno de sus primos, quien también se convirtió en su mejor amigo. Casimiro creció con esta familia y se encariñó profundamente con cada uno de sus miembros al grado de que decidió cambiarse el apellido de Esquivel a Hernández. Es posible que este cambio de apellido también haya sido motivado por la conveniencia de ser aceptado en el pueblo como parte de la familia Hernández, pero definitivamente Casimiro siempre se sintió más Hernández que Esquivel.



Al crecer Casimiro y darse cuenta de que no le gustaba la vida del campo, decidió marcharse a Xalapa, donde vivía su papá y su hermana. La Capital veracruzana era pequeña y el trabajo escaso, así que Casimiro decidió autoemplearse. Compró sierra, un pescado económico pero de buen sabor, lo frió en aceite y salió a venderlo. Sorprendentemente para él logró terminar todo el pescado que había preparado. Con el tiempo vendía más y más pescado pero como siempre sucede, otras personas empezaron a copiar su idea y las ventas disminuyeron para él.

A pesar de esto, Casimiro no se dio por vencido y se le ocurrió explorar un mercado nuevo: Coatepec. Muy temprano en la mañana, Casimiro se levantaba y preparaba el pescado que iba a vender a Coatepec. Casimiro hizo renacer su negocio. Para incrementar las ganancias, Casimiro analizó que comprar el pescado directamente de los pescadores y no de los revendedores, podría hacer una gran diferencia. Así, Casimiro empezó a hacer viajes regulares al Puerto de Veracruz y compraba el pescado fresco directamente de los pescadores. Tenía una gran visión para los negocios y se dio cuenta que el establecerse en un lugar fijo podría darle mejores ingresos que el ser vendedor ambulante, así que conociendo ahora dónde comprar el pescado, abrió una pescadería en la calle Revolución (foto), entre las calles Juárez y Altamirano. En su nueva pescadería, Casimiro seguía ofreciendo su famoso pescado frito, además de una gran variedad de pescado fresco. Sin embargo, su pescadería aún no tenía nombre.

Un día, unos buenos amigos de Casimiro lo pasaron a visitar a su pescadería y empezaron a bromear con él diciéndole que el pescado no estaba realmente fresco. Es más, que todo su pescado estaba tan viejo que en lugar de parecer una pescadería, parecía más bien un museo, un museo marino. Fue entonces que Casimiro le cambió el nombre a “Museo Marino”. Durante el tiempo que Casimiro trabajó en la pescadería, notaba que muchas personas viajaban de los pueblos cercanos a Xalapa para comprar en el mercado Jáuregui, localizado a menos de una cuadra de su negocio. Muchas veces la gente terminaba cansada y sucia y le preguntaban a Casimiro si sabía donde habría un lugar para tomarse un baño; inclusive algunas personas acudían al manantial de Tecajetes a darse un chapuzón, aunque sólo lo hacían cuando el clima lo permitía.



Una mañana en su pescadería una joven llegó a comprar pescado para la fonda de su mamá. Casimiro quedó enamorado, su nombre: Asunción Martínez, más conocida como Chonita. Al poco tiempo de conocerse, Chonita y Casimiro se casaron en una casa, ya que eran tiempos en que estaban prohibidas las misas públicas. Con la muerte del padre de Casimiro, éste heredó una propiedad en una esquina en la ahora calles de Guerrero y Victoria. La propiedad incluía una vecindad y 2 casas viejas sobre la calle de Guerrero, además de unos pequeños terrenos baldíos sobre la calle de Victoria. En unas casas viejas, Casimiro llevó a Chonita a vivir junto con sus 2 hijas de su primera relación, a quienes Chonita las aceptó como sus hijas. Poco después, Chonita y Casimiro tuvieron a Mario, Anastacio, Lucía y Roberto. Con la llegada de los hijos se incrementaron las necesidades económicas y a Casimiro se le ocurrió dejar de pagar renta de la pescadería y abrió una tienda de abarrotes a la que también le puso “El Museo Marino” en la otra casa antigua, ahora de su propiedad. Además tenía un puesto de cocteles de mariscos afuera del Hotel México. A este puesto también le llamó “El Museo Marino”, por supuesto.

El crecimiento de la ciudad llevó al surgimiento de la necesidad de los autos de alquiler y Casimiro, con su espíritu emprendedor, fue una de las primeras 3 personas en Xalapa en tener placas para taxi. Ese lugar era justamente enfrente del Hotel Méico. Recordando a todas aquellas personas que buscaban un lugar para bañarse, se le ocurrió la idea de construir unos baños públicos. Así pues, puso manos a la obra y logró construir el primer baño público de la historia de la ciudad de Xalapa. Ese baño quedó listo justo a tiempo para la temporada de frío, exactamente el 16 de diciembre de 1944. Don Casimiro había fundado los baños públicos “El Museo Marino”. Las ganancias del primer baño ayudaron para la construcción del segundo y así sucesivamente. Con el tiempo, don Casi adquirió una caldera para generar vapor y ser más eficiente para calentar el agua, además de ofrecer un servicio con valor agregado al incluir vapor.

El éxito y fama de los baños de vapor “El Museo Marino” se incrementó año con año. Varios otros negocios similares surgieron durante los años 60 y 70, pero ninguno tan prestigioso como “El Museo Marino”. A finales de los 70 Casimiro se sentía cansado y decidió retirarse y dejar el mando de los baños a Mario, su hijo mayor; esa fue quizá la época más prolífica del “El Museo Marino”. Los bañitos con entrada de escotilla de submarino de los años 50 fueron transformados en baños modernos, lo que también provocó un cambio en la clientela. De tener clientes de bajos recursos a políticos de la época.



En 1981, murió don Casimiro y Mario y su hermano Anastacio ­(Tacho) retomaron el negocio, volviéndolo a levantar como en sus mejores tiempos. En 1983, Lucía y Roberto, los otros 2 hijos de Chonita y Casimiro se integraron al grupo que manejaría los baños por los siguientes 30 años. Durante las décadas 80, 80 y 2000, los ingresos de los baños “El Museo Marino” ayudaron a mantener básicamente a 4 familias. Incluso aún con las crisis del País, que forzaron a desaparecer los baños públicos de Xalapa, el “El Museo Marino” se mantuvo a flote. A principios de la década de 2010, la partida de 3 de los 4 hijos de don Casi, llevaron a que la tercera generación de los Hernández empezara a hacerse cargo de los baños. Actualmente los baños El Museo Marino es un símbolo y orgullo para la familia Hernández. Enhorabuena

Actualmente los propietarios de esta gran tradición familiar son la familia Hernández, con Yolanda Cano de Hdez; Katya, Erika, Karla y Anastacio Hernández Martínez, a los que acompañan los más jóvenes de la familia, los nietos Memo, Fidel e Ivanova Ordóñez.