El mismo cobarde que subió a la Tribuna a ofenderme estando yo ausente, ahora amenaza con denunciarme penalmente por temor a lo que él llama “un posible daño en el futuro”.
Dice que “a veces es muy bronco”, pero su respuesta indica lo contrario. Es un cobardón que no tiene el valor de sostener sus ofensas y se escuda en senadoras y senadores para que lo protejan y lo apoyen en su denuncia.
Yo no soy “bronco” nada más soy varón; bien educado, formado en el respeto a los demás y en la no agresión, pero también en la respuesta debida frente al agravio. Al “llorón de Chihuahua” le pedí que me ofreciera una disculpa por las ofensas y en lugar de hacerlo quiso burlarse. Ni a él ni a nadie se lo permito. El que agrede debe asumir las consecuencias de la agresión.
La tribuna del Senado no debe ser ocupada para ofender, para agredir. Creo en el debate de altura, en los argumentos, en las razones. Mis intervenciones en tribuna han tratado de ajustarse a ello. Nunca he faltado al respeto a nadie. He sido más que prudente, pero han confundido prudencia con debilidad y no es así.A los argumentos, responderé con argumentos; a las ofensas responderé como se debe responder, que nadie tenga duda.