Tomo prestado este irónico título de un artículo que acaba de escribir mi amigo y maestro Ramón Cotarelo sobre el resultado electoral del 26-J en España, en donde realiza un análisis político en el cual desnuda la actuación de los cuatro partidos políticos españoles: Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español, Ciudadanos y Podemos, de éste último augura hasta su desaparición, pero no me enfoco más en esa elección.
Bestiario que proviene del latín “bestiarum”, y cuyo significado es “un compendio de bestias”; pues bien, ante la inaceptabilidad de la derrota hoy vemos que la animalidad política tomó carta de naturalización en el estado de Veracruz.
El primer acto fue la agresión que padecieron los actores políticos del PAN: Miguel Ángel Yunes Linares, Santiago Creel Miranda y Ricardo Anaya por parte de los típicos golpeadores de gobierno, es decir la policía disfrazada de civil, una especie tropical de los integrantes de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) que se mezclaron con la organización de los 400 Pueblos; porque bastaba ver la “pinta” de los agresores y no eran los típicos campesinos, sino los sujetos que utilizan para golpear a los disidentes políticos, en el mejor de los casos; con este hecho violento la agonizante clase política veracruzana saltó a la palestra nacional como la más paleolítica de todas las que deambulan en este país.
El segundo acto es ver en lo que se convirtió la mayoría mecánica del PRI en el Congreso Local, y por supuesto que aquí cabe citar a Carlos Marx en
El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”. Parto de esta icónica polémica de Marx para adecuarla al papel trágico que ha desempeñado la actual legislatura, enalteciendo su conducta abyecta, allí están sus votaciones para aprobar: el aumento de la deuda pública del estado; la aprobación de las fotomultas; decretar una reforma político-electoral lesiva hacia la democracia y en particular con las candidaturas independientes; el nombramiento de funcionarios inútiles en el IVAI, CEDH; el presupuesto a modo para que lo desaparecieran los finos y honestos funcionarios de la secretaría de finanzas; entre sus votaciones más representativas.
Continuando con la línea de crítica anterior, hoy observamos que “existen” diputados rebeldes, y hasta toman la tribuna como si estuvieran haciendo una revolución parlamentaria, quizá lo más grave es que ante la desaparición de los políticos, los diputados abarroteros se conviertan en los paladines de la democracia, y hasta se convierten en teóricos de las coaliciones de gobierno, vaya paradoja política que vive el estado de Veracruz con su clase política muy propia de la tragicomedia veracruzana que hoy estamos padeciendo.
El tercer acto es la resolución del TEPJF sobre la apertura de los paquetes electorales, vaya es una simple ilusión jurídica para el PRI, porque simple y sencillamente los paquetes electorales ya se recontaron en diversos distritos electorales locales hasta en un 75%; lo interesante de esto es que antes del recuento y/o apertura de los paquetes electorales, la diferencia entre el primer y el segundo lugar en la gubernatura fue de 90 mil votos y con el recuento aumentó y se fue a 125 mil votos, ampliando la ventaja en el resultado; así que seguramente si abren el resto de los paquetes electorales, la primacía de sufragios será mayor hacia el ganador.
Finalmente, observo a un PRI que en lugar de convertirse en una oposición inteligente, la cambió por una conducta infantil en este proceso electoral, ya lo vimos en algunos distritos gritar su “voto por voto”, y ahora decir que la última palabra la tendrá el Tribunal Electoral, cuando ellos en otros procesos electorales se autodefinían como ganadores sin importarles la legalidad electoral, y ahora simple y sencillamente se autoengañan frente al hecho político que les afecta: su estrepitosa derrota; inclusive su aliado más visible vocifera que los hechos de violencia son “shows mediáticos”, lástima cuando se es peón disfrazado de la más recalcitrante oposición hay que pagarle caro al patrón hasta con la pérdida de la dignidad político-partidista.