Petróleos Mexicanos comenzará a vender gasolina mezclada con etanol en varias partes del país, proveniente de caña de azúcar de Veracruz y sorgo de Tamaulipas, como primer paso de un programa a largo plazo, que, además, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sobre este anuncio, el director del Instituto Veracruzano de Bioenergéticos (Inverbio), Osiel Castro de la Rosa, destacó que será de amplio beneficio para el sector agroindustrial de la entidad, pues también se dio conocer que Pemex invertirá 880 millones de pesos en infraestructura para manejo y mezcla de etanol, así como en la preparación de biocombustible base en refinerías de Ciudad Madero, Tamaulipas y Minatitlán.
El informe, precisó, señala que la Empresa Productiva del Estado podrá comprar hasta 123 millones de litros de etanol al año mediante contratos a 10 años de vigencia; el plan es mezclarlo en una proporción de 5.8 por ciento en gasolina Magna, la de mayor cantidad de azufre de las dos que se comercializan en el país.
Dijo que esta composición será posible tras el fallo de una licitación que le permitirá comprar un mínimo de ocho mil millones de pesos (523 millones de dólares), y un máximo de 11 mil 457 millones de pesos (750 millones de dólares) de etanol anhidro producido en México.
En ese sentido, Pemex utilizará etanol de manera generalizada en las terminales de almacenamiento y reparto que se ubicarán en Ciudad Madero, Mante, Ciudad Valles, San Luis Potosí, Pajaritos, Perote y Xalapa, donde en una primera etapa se venderán 60 mil barriles diarios de gasolina aditivada.
Castro de la Rosa reiteró que la venta efectiva de las gasolinas mezcladas con etanol será paulatina, y recordó lo citado por el organismo: “La Reforma Energética puesta en marcha por el gobierno en 2014 busca terminar gradualmente con el monopolio minorista de Petróleos Mexicanos, que tiene cerca de 11 mil estaciones de servicio franquiciadas en todo el país y permitir que otras empresas importen gasolina desde 2017”.
Por último, expuso que el proyecto reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en una proporción de al menos 35 por ciento, con respecto a los valores de referencia del combustible fósil a sustituir.