Con 109 enfermos confirmados del primero de enero al 18 de julio, Veracruz es el primer estado del país en casos de chikungunya, por sobre entidades como Nayarit que registró 38; Guerrero con 27; Sinaloa 24 y Campeche 22.
Hace apenas dos semanas, eran 98 los casos confirmados de chikungunya en el estado de Veracruz.
Las entidades federativas con apenas un caso de chikungunya registrado en su territorio son Puebla, Nuevo León y Coahuila.
En el 2015, nuestro Estado fue el que más casos de enfermos de chikungunya registró ese año, con dos mil 301 enfermos y una defunción por este motivo.
La Secretaría de Salud del Gobierno Federal, a través de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud y de la Dirección General de Epidemiología, publica semanalmente la estadística “Casos Confirmados de Fiebre Chikungunya”, siendo el último de ellos el de la semana epidemiológica 27 del 2016, emitido el pasado 18 de julio.
La fiebre chikungunya es una enfermedad viral transmitida a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados del género Aedes Agypti y Aedes Albopictus, que es la misma especie de mosquitos que transmite el dengue.
Esta enfermedad se describió por primera vez en un brote ocurrido en el sur de Tanzania, en 1952.
“Chikungunya” es una voz del idioma Kimakonde que significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha informado que en comparación con el Aedes aegypti, la especie Aedes albopictus, prospera en una variedad más amplia de acumulaciones de agua que le sirven de criaderos, tales como cáscaras de coco, vainas de cacao, tocones de bambú, huecos de árboles, charcos en rocas, además de depósitos artificiales tales como neumáticos de vehículos o platos bajo macetas.
Esta diversidad de hábitats explica la abundancia de Ae. albopictus en zonas rurales y periurbanas y en parques urbanos sombreados.
Ae. aegypti está más estrechamente asociado a las viviendas y tiene criaderos en espacios interiores, por ejemplo en floreros, recipientes de agua y tanques de agua en baños, además de los mismos hábitats exteriores artificiales que Ae. albopictus.
En nuestro país, a través del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) se realiza la recolección sistemática, continua, oportuna y confiable de información relevante y necesaria sobre las condiciones de salud de la población y sus determinantes.
El análisis e interpretación de esta información permite establecer las bases y facilitar su difusión para la toma de decisiones.
Por su parte de la OMS, indica que la prevención y el control de brotes de chikungunya, se basan en gran medida en la reducción del número de depósitos de agua naturales y artificiales que puedan servir de criadero de los mosquitos, para lo cual es importante movilizar a las comunidades afectadas.
Durante los brotes se pueden aplicar insecticidas, sea por vaporización, para matar los moquitos en vuelo, o bien sobre las superficies de los depósitos o alrededor de éstos, donde se posan los mosquitos; también se pueden utilizar insecticidas para tratar el agua de los depósitos a fin de matar las larvas inmaduras.