La tala de árboles en municipios de la región no se ha erradicado y con ello se afecta de manera considerable la producción de agua de los bosques, lamentaron ejidatarios de La Perla y Nogales.
Pero además del fenómeno de la tala, los incendios forestales, afectan gravemente un importante número de hectáreas de bosque, con la pérdida de árboles de diferentes especies.
En lo anterior coinciden Evaristo Andrade, Octavio Peralta y Dionicio Luna, ejidatarios quienes lamentan actualmente la baja producción de agua de los veneros y manantiales.
Otro fenómeno es el cambio de uso de suelo, explican, donde se cortan grandes extensiones de árboles para dedicararlas al pastoreo de ganado, y la siembra de otras especies como el aguacate, la flor o el follaje.
Por ello, de enero a mayo, de cada año, el estiaje afecta a pobladores tanto de la zona urbana, como de comunidades enclavadas en las faldas del Volcán, Pico de Orizaba.
El llamado que han hecho tanto biólogos, como asociaciones civiles y ejidatarios, es a las autoridades Federales para preservar el bosque, considerado el principal productor de agua.
"Pedimos que regresen los programas de reforestación en los bosques con que se empleaba a la gente, pues aquí no hay otro modo de salir adelante que no sea el campo", precisaron.