Hace 6 años, en el 2018, el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez recibió una deuda pública estatal directa de 50 mil 336 millones de pesos y la dejará en 46 mil 775 millones de pesos, significando que durante la actual administración se saldó un monto de 3 mil 561 millones de pesos.
De acuerdo con la evaluación el Sistema de Alertas, publicada el 29 de agosto de este año, el endeudamiento del Estado de Veracruz se encuentra en nivel sostenible, pues el saldo de la deuda representa el 60 por ciento de sus ingresos de libre disposición, lo que implica que hay un margen de 40 por ciento del monto de los ingresos de libre disposición para emitir deuda de forma sostenible.
Sin embargo, a una semana para que concluya el Gobierno estatal no se recurrirá a la contratación de un crédito a corto plazo.
Del mismo modo, la capacidad financiera del Estado para hacer frente a sus compromisos a corto plazo ya sea con contratistas de obra, proveedores de bienes y servicios o financiamientos se encuentra también en un nivel sostenible.
Al 31 de agosto de 2024, el saldo total de la Deuda Pública Estatal Directa, que asciende a los 46 mil 775 millones de pesos, se desglosa de la siguiente manera:
43 mil 89 millones de pesos de deuda bancaria de largo plazo garantizada con participaciones federales; y 3 mil 607 millones de pesos de deuda bancaria de largo plazo garantizada con el 14.4425 por ciento de los recursos provenientes del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF).
78 millones de pesos de deuda garantizada por el 25 por ciento del Fondo de Infraestructura Social Estatal (FISE); y mil 234 millones de pesos de Bonos Cupón Cero.
La disminución de la deuda significativa no sólo cumple con el objetivo de sanear las finanzas públicas, sino que también fortalece la capacidad del Estado para hacer frente a sus obligaciones financieras sin comprometer los recursos destinados al desarrollo social y económico.
Durante la presente administración, Veracruz ha mantenido su deuda en niveles sostenibles, destacándose por la reducción de la tasa de interés promedio y la mejora continua de sus calificaciones crediticias. Estos logros son indicativos de una administración financiera sólida y proactiva que prioriza la estabilidad económica del estado.
Para el año 2025, se prevé un escenario favorable en el que se pagará menos por el servicio de la deuda. Esta situación se debe a la tendencia a la baja en las tasas de interés, iniciada en el segundo trimestre de 2024, cuando el Banco de México comenzó a reducir su tasa de referencia.
Se anticipa que este ciclo de disminución continúe en 2025, lo que permitirá liberar recursos que podrán ser destinados a la inversión en obra pública productiva. De esta manera, se espera traducir la inversión en bienestar tangible para los veracruzanos. Así, Veracruz se encamina hacia un futuro financiero sólido, en el que la deuda se convierta en un instrumento al servicio del bienestar social y económico de su población.