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Sección: Estado de Veracruz

“Santuario de las garzas”, santuario de la muerte

Las 15 hectáreas destinadas para aves migratorias, donde las leyes no se cumplen

Sabino Cruz V. / Especial Xalapa, Ver. 29/09/2011

alcalorpolitico.com

Desolación, abandono, inmundicias, como sinónimo de negligencia es lo que a escasos días de haberse encontrado el cuerpo de la joven Gabriel Gabriela Arlene Benítez Ibarra, estudiante del colegio Preparatorio de Xalapa, y de quien, a manera de protesta, colocaron su imagen acompañada de moños negros en todas las ventanas, se percibe en el área conocida como Santuario de las Garzas.

Localizado en el perímetro del área natural protegida del Molino de San Roque, declarado por la Quincuagésima Tercera Legislatura como Área destinada al Mejoramiento y Conservación del Ambiente para el establecimiento de zonas de protección mediante decreto publicado en la Gaceta Oficial de fecha 23 de septiembre de 1986, con el objetivo de proteger el bosque mesófilo de montaña y la ciénaga, así como proporcionar refugio a la fauna local y migratoria, hoy es el vivo ejemplo de viejas prácticas que señalan que las leyes se hicieron para conocerse, mas no para cumplirse.

Este espacio se localiza en el norte de la Ciudad de Xalapa, entre el Centro de Especialidades Médicas (CEM) y el Seminario Mayor. El área se encuentra dividida por un andador que comunica a la unidad FOVISSSTE con la colonia Lomas del Seminario. Abarca una superficie de 15-42-85 hectáreas y presenta un rango altitudinal de aproximadamente mil 350 metros sobre el nivel del mar.

En el sitio aún se pueden observar especies originales de encino (Quercus xalapensis); liquidámbar (Liquidambar macrophylla), pepinque (Carpinus caroliniana), marangola (Clethra mexicana), gordolobo (Bocconia frutescens), acuyo (Piper auritum), higuerilla (Ricinus comunis), mozote (Melampodium divaricatum), rama tinaja (Trichilia havanensis), pasto estrella (Cynodon plectostachyum), tifal (Typha dominguensis), juncos (Juncus sp.), y papiros (Cyperus sp.).

Sin embargo, lo que ya no podemos ver son las aves que le dieron nombre al lugar, sea por la contaminación, el cambio del uso de suelo que se observa en una parte del área o por el arrastre de aguas negras del riachuelo que corría por uno de sus costados. Como tampoco lo que en otro tiempo fue lugar de abastecimiento de pastura para las bestias o punto de reunión familiar.

Hoy, simplemente el Santuario de las Garzas, es un referente internacional por la serie de asesinatos de jóvenes mujeres y la aparición de cuerpos de hombres entre la maleza. Además de hallarse en el más completo abandono la caseta de policía y los espacios evidenciar las huellas de un descuido sistemático: basura por todos lados, pasto sin cortar, zonas inundados, luminarias inservibles, amplias zonas sin iluminar.

A la fecha se tienen contabilizadas más de cuatro jóvenes asesinadas en ese lugar, por lo que más allá de declaraciones banqueteras se deben diseñar y ejecutar acciones concretas para hacer de este lugar un santuario de seguridad, esparcimiento, reencuentro familiar y modelo de administración sustentable.

Acostumbrarnos a vivir con miedo o con el Jesús en los labios para que no sea a nosotros o alguien cercano a nosotros el que le pase esto, no es la solución. El futuro de cientos de familia está en juego. La carrera política de muchos está bajo la lupa: no sea que luego pase lo mismo que a los habitantes del pueblo de Fuenteovejuna, España.