El cultivo de pitahaya es una alternativa idónea en la región norte de Veracruz, donde los cítricos acaparan grandes extensiones, ya que se pueden aprovechar porciones mínimas de terrenos desde un cuarto hasta una hectárea y es bastante rentable, aseveró el ingeniero Adrián Monroy Hernández, promotor agrícola e integrante de la agrupación Pitahaya Mexicana.
En entrevista, apuntó que el clima cálido y con humedad de esta zona es favorable para la fruta, particularmente la de pulpa blanca, aunque también se experimenta con la de pulpa roja, con buenos resultados.
Destacó que actualmente la producción para mercado es baja y la demanda es alta, lo que deriva en buen precio tanto en el mercado nacional y, sobre todo, en la exportación.
Monroy Hernández, propietario de una reserva forestal en la ruta hacia el ejido La Concepción, en este municipio, añadió que se pueden fijar los injertos en árboles vivos, como la chaca, o incluso troncos, y antes de un año empiezan a dar las primeras frutas.
“En una hectárea se pueden obtener 30 toneladas anualmente, con periodos de cosecha desde junio hasta octubre. En la frontera el precio es de 200 pesos el kilo. El mercado no está saturado y tiene alta demandas, así que es una buena opción para los productores”, recalcó.
Entre las propiedades de la pitahaya, abundó, es que tiene mucha fibra soluble y es muy buena para la digestión, además de un oxidante muy fuerte, en tanto que ayuda a reducir enfermedades degenerativas, como la diabetes, cáncer de colon, enfermedades del corazón, así también en el controlar del nivel de colesterol y la presión arterial.
Aclaró que no se recomienda intercalarla en huertas citrícolas, ya que las plagas de los naranjos se trasfieren a las matas de pitahaya, por lo que se debe elegir un terreno específico para este producto que es originario de México, con mayor producción en el sureste, como lo es la península de Yucatán, así también en Puebla, pero en Veracruz es relativamente incipiente.