Los árbitros de futbol en España y en la mayoría de los países del viejo continente se retiran a los 40 años, máximo a los 45. Los basquetbolistas profesionales de la liga de Estados Unidos lo más que alcanzan son los 37 años. Los futbolistas profesionales pueden llegar a los 33 y considerarse veteranos, 35 en el caso de los porteros, algunos han podido llegar a los 40 y son pocos los casos. Cuauhtémoc blanco nació en el 73, tiene 37 años y es todo un viejo del deporte de las patadas.
No todos los futbolistas lo hacen por igual, pero existe una explicación del porqué la mayoría sí lo hace. Resulta que a esa edad han perdido la capacidad física de antes, el tiempo hace lo suyo, ellos mismos dan testimonio de que sienten que “no es lo mismo que hace 10 años”, u otras veces tan solo sienten que ya terminaron su carrera o que es necesario pasar más tiempo con la familia, que ya acabó su ciclo como jugador.
¿Cuál debería ser la edad ideal para retirarse de laborar, para los que llegan a tener esa opción en su vida? De hecho, deben de ser pocos realmente, ya que debido a las condiciones económicas del país para muchos mexicanos resulta imposible siquiera aspirar a eso.
¿A qué edad cree usted que los mexicanos quisiéramos retirarnos? La respuesta seguro varia entre uno y otro ciudadano y ciudadana. Difícil sería entonces tratar de sacar una media matemática. La respuesta puede depender de varios factores primordiales para la vida como la salud, las metas laborales, la situación familiar y la lucidez, pero seguro muchos coincidiríamos en que uno determinante lo queramos o no son los recursos o el dinero con el que contemos.
Todos quisiéramos tener a una determinada edad recursos suficientes para reorientar nuestro camino laboral, para retirarnos de manera oficial de una actividad y dar paso a otras complementarias. Considerando retirarse no para convertirse en un inútil, ni mucho menos dejar de hacer algo productivo sea el sentido que se le quiera dar: Volver a trabajar incluso en otro tipo de actividad, pintar, escribir, ejercitarse, crear, enseñar, asesorar, entre otros varios.
En el país, las instituciones que pueden pensionar o jubilar a los trabajadores son el IMSS y el ISSSTE. Pero qué sucede en nuestro país, como ejemplo para aquellos que aspiran a ser jubilados y pensionados en su madurez, que el Seguro Social (IMSS), está buscando urgentemente reformas “de nueva generación” que otorguen viabilidad financiera al casi quebrado Instituto.
El propio titular Daniel Karam reconoció que la institución que dirige enfrenta la situación financiera más delicada de toda su historia y que de no hacer cambios al sistema, en el corto plazo será incapaz de atender las necesidades de servicios de los derechohabientes. De hecho, los problemas que enfrenta el organismo por la carga que le representa el pago del régimen de jubilaciones y pensiones a los trabajadores del IMSS equivalen a casi 11 por ciento y más de 45 por ciento del producto interno bruto –respectivamente–, por lo que el riesgo es real. De continuar la tendencia actual en que los gastos superan los ingresos, en 2012 será imposible la prestación de servicios a los afiliados y sus familias.
¿Qué nos queda entonces a futuro a los jóvenes-jóvenes y los jóvenes maduros mexicanos que un día queremos “retirarnos”? Lo primero, tomar consciencia de la situación, después saber que no se trata sólo de trabajar más duro de lo que originalmente lo pensamos, sino que ahora también buscar ahorrar, invertir, generar toda una concepción adecuada a la crisis y lo que viene, si aspiramos a un día cumplir ese anhelo. Con visión de futuro. Todo un reto.
[email protected]