Andrés Manuel López Obrador auguró tiempos de violencia en México, ante la profunda desigualdad que se ha generado en los últimos 25 años.
Además, ratificó su desconfianza en la llamada "sociedad política" -de la que forman parte diputados y senadores-, la calificó de "deshonesta, corrupta y podrida", y dijo que el cambio tendrá que venir "de abajo hacia arriba", desde la sociedad.
Al margen de los debates que acaban de concluir en el Senado de la República, Andrés Manuel López Obrador, al igual que Porfirio Muñoz Ledo, Diego Valadés y Luis Villoro, expresó su desconfianza en el Congreso de la Unión pues, dijo, los cambios no se darán a partir de las iniciativas de la llamada sociedad política.
En tanto, Muñoz Ledo la catalogó como "la partidocracia".
Sería extraño que después de 25 años de desempleo, de falta de crecimiento, de desigualdad y de carencias, no hubiera inseguridad y violencia dijo López Obrador.
Se ha llevado al país a una situación tal como no se veía en muchas décadas, insistió.
"Más de 5 mil asesinatos en 18 meses; esto no se va a resolver con el discurso sensacionalista de la mano dura y de leyes más severas".
Prevalece el miedo en todo el país, aseguró admonitorio; los crímenes que se han registrado no son "pleitos entre bandas", son jóvenes los que engrosan las filas de la delincuencia, jóvenes a los que se les canceló la posibilidad de seguir adelante, a los que se les cerró las puertas, que no tuvieron posibilidades ni de trabajo ni de estudio, porque encima de todo han venido aplicando una política educativa que excluye.
Cada año 300 mil jóvenes que salen de escuelas públicas son rechazados, con el pretexto de que no pasan el examen cuando en realidad las universidades públicas no cuentan con el presupuesto suficiente, insistió.
"No creo que los cambios que necesita el país, la renovación de las instituciones, se dé a partir de iniciativas de la llamada sociedad política; no creo que el motor principal de este cambio esté en la llamada sociedad política", subrayó López Obrador.
Al participar en la presentación del libro "La Ruptura que Viene", de Porfirio Muñoz Ledo, dijo que en todo caso "van a contribuir a este cambio las contradicciones que se están dando, pero creo que lo fundamental va a ser el empuje del movimiento ciudadano. El cambio se va a dar en México de abajo hacia arriba".
En esta visión coincidieron el propio coordinador nacional del Frente Amplio Progresista, Porfirio Muñoz Ledo; el politólogo Luis Villoro y el ex secretario general de la UNAM, Diego Valadés.
El primero añadió que "tampoco los partidos políticos" servirán de mucho para impulsar ese cambio, de ahí la necesidad de una reforma del Estado.
Esto fue planteado ante una multitud que literalmente atiborró la antigua Escuela de Medicina, a un costado de la Secretaría de Educación Pública, en el centro de la ciudad, donde privó la desorganización.
Y ni el propio coordinador nacional de la consulta ciudadana del próximo domingo, Manuel Camacho Solís, pudo entrar.
Decenas exigían, enardecidos, poder entrar a ver a López Obrador.
Muñoz Ledo dijo a su vez que en México se ha construido una "coalición oligárquica" que ha reinstalado al salinismo.
"Acabó instalándose una de las versiones más nocivas del neoliberalismo".
El equilibrio de poderes que se alcanzó en 1997 se transformó en juego de complicidades copulares fundada sobre la falta de representatividad, sentenció, en abierta referencia al Congreso y los partidos.
El sistema electoral solo sirvió para un reparto de los cargos públicos, en la reconstrucción feudal del poder y a relaciones prevaricadoras entre los órdenes de gobierno.