Sin seguridad social, salario, ni prestaciones, un promedio de 60 bomberos voluntarios arriesgan a diario su integridad física y hasta su vida por salvar los bienes materiales y la integridad de los ciudadanos.
Para ellos no se organizan festejos, sin embargo, la hermandad que prevalece entre ellos les hacen empáticos para gestionar y pasar un momento de esparcimiento.
Al conmemorarse el Día del Bombero, en la zona centro del estado los héroes sin capa sobreviven de ayudas de la iniciativa privada y algunos apoyos de parte de organismos gubernamentales.
Ricardo Dantorie, comandante de Bomberos Metropolitanos, lamenta que las iniciativas promovidas por diputados ante el Congreso del Estado, no sean suficientes para brindarles autonomía económica y fortalecer los servicios.
Pero lamenta más, que quienes integran estas plantillas, sobrevivan con la gestión de ayudas para mejorar el parque vehicular y subsanar el gasto corriente que amerita el mantener a una corporación.
Los bomberos atienden fugas de gas, rescates en autopistas, carreteras y zona urbana, incendios de viviendas, comercios o industrias, así como de pastizales y montañas.
Muchos bomberos se especializan en brindar los primeros auxilios y salvar vidas, realizan rescates en ríos, montañas e incluso de personas atrapadas en vehículos tras accidentarse.
A diario están expuestos a explosiones, contaminación por derrame de sustancias químicas, quemaduras y atropellamientos.
En la zona centro de Veracruz, estas corporaciones trabajan con unidades de modelo atrasado, las mismas que gestionan ante organismos internacionales.
Se enfrentan a siniestros con equipo de protección deteriorado, e infraestructura obsoleta, pero con valor y ganas de servicio a la sociedad de la cual son ciudadanos.