El obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, exhortó a los católicos a no dejar de rogar lo que resta del año, por el eterno descanso de quienes murieron a consecuencia del COVID-19, por los enfermos por este virus y ahora por los migrantes quienes viven una realidad terrible.
"Nuestros hermanos migrantes que salen de sus países porque no hay oportunidad de vida", pero también por todos aquellos que siguen sufriendo por la violencia.
"Ponemos en manos de Dios a los jóvenes, que el Señor los ilumine para que sus padres enderecen sus caminos por la paz".
Indicó que también es importante que la iglesia y sus fieles sigan trabajando por la comunidad en todos los sentidos, pero en gran medida se debe continuar cuidando al prójimo a través de las medidas sanitarias como la sana distancia, el uso del cubrebocas y gel antibacterial.
"Debemos tener unidad, somos de diferente familia, tenemos diferentes trabajos, algunos se dedican al cultivo en el campo, otros han tenido la oportunidad del estudios y han logrado terminar su carrera, otros tienen su negocio, otros viven en el centro o las orillas, pero aún y cuando somos diferentes todos somos hermanos".